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Vuestras palabras


Reflexión de Sito
Si tenemos que descubrir algo que sea nuevo, tenemos que empezar desde cero, es decir, dejar apartadas todas las prenociones sobre lo que creemos saber acerca de lo que nos proponemos investigar. Tuve varias charlas personales en el encuentro sobre lo que yo he querido llamar “dialéctica Krishnamurtiana”, pues ciertamente creo que con frecuencia hemos caído en ella sin percatarnos de que al hacer esto estamos introduciéndonos en otro patrón, el patrón de K, traicionando así de manera esencial la enseñanza.
Empezemos hablando sobre la paradoja del lenguaje. Es poco frecuente obtener una comprensión total e instantánea (insight) a través del leguaje. Como muchas veces puntualizaba K “la comprensión verbal de la guerra no ha acabado con ella”, pero si estamos obligados a entendernos los unos con los otros de alguna manera, es a través del lenguaje.
Por esta razón, he decidido emplear una mezcla de análisis gramatical y filosófico personal como comienzo, teniendo en cuenta que el todo siempre es más que la suma de las partes por separado, pero siendo las partes palabras cargadas de un significado que no tiene porque ser el mismo para unos que para otros. No creo que sea prudente pasar a indagar la cuestión de ser una luz para uno mismo sin establecer las bases de lo que significa, al menos para mí, cada una de estas palabras.
Voy a dividir la frase en dos partes. Primero “ser una luz”. Esta primera parte es sin duda la acción, que a de ser por necesidad acción de “ser” algo, en este caso “luz”. Más adelante proseguiremos con la acción (“ser”) y lo que es (“luz”). Ahora nos detendremos un poco en la palabra “una” o “un” que expresa varias cosas, pero sobretodo se refiere a “lo que no se puede dividir”. Creo que esto es exactamente lo que quería matizar K, que la luz no se puede fragmentar, ha de ser una para todo. No pueden ser luces de distinta intensidad para la familia o para el trabajo o para el ocio, ha de ser una luz que este presente en todo momento y con la máxima intensidad. Para mí la palabra que me viene a la cabeza para significar lo que une el “ser” con la “luz” es “unicidad”, que según el diccionario significa “cualidad de único”, significando esto a su vez “extraordinario o que no hay otro igual”, o sea, que la unicidad se podría definir como “cualidad de lo que es extraordinario”. Por tanto, estamos siendo algo extraordinario e indivisible: ser UNA luz.
¿Pero que es “ser”? Todos damos por hecho que sabemos lo que es, pero ¿Qué significa? Desde luego en los tratados de filosofía no hay un consenso sobre lo que significa.
Según Martin Heidegger, la definición del ser es uno de los mayores errores en la historia de la filosofía, al definir este la metafísica como el olvido del ser. Parménides lo define como lo que hay o existe y que es completamente opuesto a la nada. Según Aristóteles el ser es sustancia compuesta de materia y forma y Platón dirá que el ser es una idea inmaterial.
Aún así, la definición más aceptada es la de “una entidad capaz de definirse a sí misma frente a un medio”, refiriéndose esta al ser como ente (entidad). Pero “ser” es un verbo, y como tal se define también como “tener una cualidad” (hay más definiciones pero esta es la que creo que se adapta más al contexto).
Teniendo todo esto sobre la mesa voy a definir lo que para mí significa la palabra “ser”: no puedo aceptar que sea un ente que se define a sí mismo, pues entraríamos en el problema del observador y lo observado. He de distanciarme de mí para definirme y por lo tanto lo que estaría definiendo no sería yo. Pero si puedo aceptar y acepto que tengo una existencia, existo, no porque piense, sino por que soy consciente de estar existiendo aquí y ahora, que es el único momento en que la existencia como tal, se da. Además, soy consciente igualmente de que hay otras existencias coexistiendo conmigo y con las que me relaciono en distintos medios. Con todo esto, yo diría que “ser” es “la cualidad de relación que se tiene con la existencia a cada momento”.
Al hablar de “luz” mi opinión es que K utilizaba una metáfora, y he de reconocer que durante las charlas de mi grupo me puse un poco de los nervios porque no llegábamos a definir lo que significaba realmente esa “luz”. Recuerdo comentar en un momento de la charla: “¿Qué quiere decir realmente ser una luz? ¿Me convierto en luz o irradio como un gusi-luz?” y aunque alguien se rió, creo que otros se ofendieron, así que pido perdón, pues no quería ofender a nadie. A pesar de esto tengo que volver a preguntar: ¿Qué significa para K esta luz? ¿Qué significa para nosotros? K nos impele a que haya luz en nosotros, porque donde no hay luz, hay oscuridad; donde no hay absoluta sinceridad, hay engaño; donde no hay amor, hay mediocridad; y donde no hay pureza, no hay verdad. Por todo esto yo diré que lo que K llama “luz”, para mi es “lo que es puro y verdadero”.
Si “ser una luz” es la acción que yo ejecuto, entonces “para sí mismo” se refiere al receptor de la acción, que también soy yo. Pero ¿puedo dividir la acción entre ejecutar y recibir? K nos dice que la comprensión es acción instantánea y no divisiva. Aquí es donde el lenguaje es un poco escurridizo. Ser una luz para si mismo es ser una luz para todo lo demás. Y no solo eso, sino que no se puede ser una luz para lo demás sin ser una luz para sí mismo, pues en ese proceso es donde se da el engaño, el auto-engaño, la mediocridad y en definitiva, el predicar moral para los otros sin practicarla nosotros.
Así que, teniendo en cuenta todo lo que hemos comentado hasta el momento y resaltando también que esta reflexión es totalmente personal e idiosincrática, a la pregunta “¿Qué significa ser una luz para si mismo?” yo responderé que es “la relación de unidad que tengo con lo que es puro y verdadero en mí a cada momento”.
Estas son mis reflexiones sobre el tema que nos llevó a (al encuentro) y que, de alguna forma, necesitaba plasmar y compartir.
Sin más, un saludo a todos y nos vemos en el próximo encuentro.

Sito Sánchez