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La Vid 2013, Juan Carlos

Encuentro de amigos de K en La Vid,  - Juan Carlos


Quisiera compartir con vosotros lo que hoy siento, que no sé si será
lo que sentiré mañana.

Hoy siento que no amamos la verdad. Y siento que negamos el amor.

Siento que nos hemos apegado a una estructura muerta de ideas
aprendidas que llamamos "Enseñanza de Krishnamurti", a la que
defendemos contra toda intromisión que pudiera derrumbarla. Y a ella
le hemos ido agregando nuestros propios K's particulares o nuestros
propios saberes personales.

Y esa estructura no es más que una imagen formada por lo que creemos
correcto, lo que conocemos, lo que recordamos... Y toda imagen impide
una relación con el presente de manera inocente, y así jamás podemos
ver ni escuchar la verdad de lo que se nos presenta ante nosotros.

Supongo que quien de verdad ame la verdad no se sentirá ofendido por
estas palabras, pues ya habrá visto con cuánto empeño nos aferramos a
lo falso, puesto que aún no hemos descubierto lo verdadero, que, como
alguien dijo, está siempre delante de nosotros mismos.

Y quienes nos sentimos molestos cuando alguien nos dice esto, o cuando
pensamos que ya hemos visto la verdad, o que poseemos al menos ciertas
verdades, creo que hemos de dejar por un momento de leer y de hablar
sobre lo verdadero y lo falso, y empezar a mirarnos a nosotros mismos
y ver si defender unas palabras y atacar otras -aunque la defensa y el
ataque se muestren con expresiones de apariencia mesurada- no es sino
aferrarnos a unas ideas y por tanto alejarnos de la verdad, porque la
palabra nunca es el hecho.

Y nos aferramos a las ideas porque tenemos miedo, como en todo apego,
a la inevitable discontinuidad de todas las cosas, y eso nos impide
percibir el constante cambio de todo en la vida. Y evitamos el
encuentro con la incertidumbre que esto nos genera percibiendo sólo lo
conocido, lo que ya sabemos, que se proyecta al futuro para sentir así
la seguridad que nos ofrece la idea de la continuidad de las cosas.

Pero aferrarnos a lo conocido nos aleja de la inocencia, la
sensibilidad y el afecto. Y como negamos el amor, no podemos afirmar
que 'amamos' la verdad.

Negamos el amor cuando no escuchamos.

Negamos el amor cuando rechazamos a alguien que nos dice algo que no
nos gusta. O que no coincide con los planteamientos de K, a los que
nos aferramos porque nos brindan seguridad. O cuando oímos algo en un
lenguaje que, por ser nuevo y distinto, creemos que es contrario a su
enseñanza, y tal vez, si nos atreviéramos a considerarlo amablemente,
viésemos con claridad hasta dónde llega su concordancia en lo esencial
y, mucho mas aún, hasta dónde llega realmente  la propia verdad de lo
expresado , sin comparar nunca lo escuchado con lo ya asumido o
conocido.

Negamos el amor y somos violentos cuando ignoramos a alguien.

Negamos el amor y somos violentos cuando le gritamos o no le
permitimos expresarse.

Negamos el amor y somos violentos cuando le odiamos porque nos grita.

Negamos el amor y somos violentos cuando somos indiferentes ante la
violencia y la negación del amor.

Negamos el amor y somos violentos cuando nos negamos a percibir si
alguien habla o escucha con amor.

Y si negamos el amor, ¿cómo podemos creer que 'amamos' la verdad? ¿No
habíamos visto la contradicción?

Yo no he visto muchas cosas. He visto esto. Y he visto que niego el
amor y soy violento, porque me he visto en las cinco actitudes que he
mencionado.

Y lo que hoy siento es que he perdido el interés por seguir
participando en más encuentros de amigos de nadie. No sé lo que haré
mañana. Sólo sé lo que siento hoy. Y quería compartirlo con vosotros,
con quienes sois seres humanos en busca de la verdad... Esa es mi
verdad HOY.

Creo que hoy sólo participaría en encuentros de amigos de la verdad,
pues no tengo una idea fija de lo que es. Y en encuentros de amigos
del amor y del AFECTO, pues me parece que sí sé ya lo que no es.

En encuentros donde nos interesemos de corazón por la FELICIDAD del
otro, donde no ignoremos a quien se sienta a nuestro lado. Donde
escuchemos, donde preguntemos (para saber, no para comprometer). Donde
abracemos. Donde amemos... Porque si no amamos, ¿cómo podríamos 'amar'
la verdad? Y si no amamos la verdad, ¿qué esperamos encontrar?

Esto es lo que siento hoy, y sólo quería compartirlo con vosotros. Los
que me conocéis, que sois mis amigos, sabéis que no me gusta debatir
con nadie, aunque algunas veces he caído en el error de hacerlo.
Ahora, con esto, tampoco.

Creo que, al menos hoy, no necesito buscar el lado "positivo" de las
cosas. Ni de los encuentros. De los desencuentros, tampoco. Siento que
nada hay más positivo que la verdad. Y tal vez este fin de semana
todos hemos tenido la oportunidad de descubrir, como alguien dijo, la
verdad en lo falso. Y lo falso como falso.

 Un abrazo a todos.

Juan Carlos