Tras oír hasta el aburrimiento neuronal lo de que ¿se puede observar sin el observador?... mi pequeño y humeante cerebro me devolvió una cuestión... y me dijo..: Oye cretino, como puedes pensar sin tu masa encefálica, ver sin tus ojos o agarrar algo sin manos.
Estas sesudas divagaciones más propias del humor corrosivo de los niños, me vienen al pelo para imaginarme una charla amistosa con Krishnamurti, y poner los puntos sobre las íes de divagaciones filosóficas que he oído en Gran Vía.
Sé que mi ironía puede rozar la falta de consideración a quien piensa de forma diferente a la mía... y pido sinceras disculpas. Ojalá mi acto de contrición resuene en algún corazón. Pero es que hablar con propiedad, mimando el léxico, me parece una forma de cortesía propia de todo intento de diálogo.
Dicho esto, mi mente está sinceramente agradecida del experimento afectivo de Diálogos en los lunes.
Aunque no siempre me reconforte escuchar lo oído, si me lo tomo como algo personal, reconozco que oír en templado silencio, es una buena experiencia. Cuando mis palabras hayan podido interpretarse como una forma de vanagloria intelectual, querría percibir del oyente mi más sincero deseo de jugar con los pensamientos, de forma lúdica e infantil. Al hablar desde la experiencia, solo trato de ser, sin más aspiraciones.
Abrazos de toda índole.
El ignorante sensato