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EL PENSAMIENTO NO PUEDE OBSERVAR LA TOTALIDAD; LA PARTE NO PUEDE VER EL TODO


    “… El silencio necesita espacio, ¿no es cierto? Puedo estar en silencio en un espacio reducido, aislándome, cerrando los ojos, construyendo una pared a mi alrededor, concentrándome en algún asunto insignificante y encontrar así cierta paz, cierto silencio; puedo ir a mi estudio, a mi habitación de lectura o a una habitación tranquila y sentarme cómodamente, pero aun haciendo eso el espacio es muy limitado, no sólo en esa pequeña habitación, sino también el espacio en mi cerebro es muy limitado; la mayoría de nosotros nunca nos planteamos estas preguntas, nunca pensamos en todo esto.

   ¿Qué es, por tanto, el espacio? ¿Es el espacio entre dos puntos, es el espacio una dimensión limitada o el espacio no tiene centro y por eso no tiene periferia? Mientras tenga un "yo", mientras tenga mis problemas, mis demandas egoístas, mi, mi, mi, eso es muy limitado porque ese pequeño espacio es una pared que sirve para autoprotegerme, esconderme con el fin de no ser molestado, de no tener complicaciones, de no tener dificultades, etc. Para la mayoría de nosotros el espacio del ego es el único espacio que tenemos, y desde ese espacio preguntamos qué es el espacio, pero si hay límite no puede haber espacio, eso es todo. Espacio significa silencio, pero el ruido no tiene espacio. En todo el ruido de las grandes ciudades, en la gente, en toda la música moderna, no hay espacio, en ningún lugar hay silencio, sólo hay ruido, ya sea un ruido placentero o no, pero ese no es el asunto.

   Y bien, ¿qué significa tener espacio? El espacio entre dos notas de un piano es muy pequeño, el silencio entre dos personas que han estado peleando y después reanudan la pelea es un espacio muy limitado; es decir, ¿existe un espacio que no tenga límite? No en el cielo, no en el universo, sino en nosotros, tener en nuestra forma de vivir espacio, no imaginarlo, no como algo romántico, sino ese verdadero sentimiento de un espacio inmenso. Seguramente dirán: «Sí, lo entiendo intelectualmente», pero si captan plenamente esta cuestión con todos los sentidos, descubrirán que existe ese espacio inmenso que está relacionado con el universo.

   … Necesitamos una nueva mente para crear un nuevo mundo, usted y yo, que somos personas comunes y corrientes, no los políticos, los religiosos o los técnicos; nosotros somos quienes tenemos que cambiar por completo, quienes debemos producir esa mutación en nuestras mentes y en nuestros corazones. Eso sólo puede hacerse de forma inmediata cuando uno ve el hecho y permanece con él, sin tratar de buscar excusas, dogmas, ideales, escapes, sino permaneciendo total y completamente con el hecho; entonces ese completo darse cuenta pone fin al conflicto. El conflicto debe terminar, y tan sólo cuando la mente está en completa calma y no en un estado de conflicto, únicamente entonces, la mente puede profundizar muy hondo en espacios que están más allá del tiempo, del pensamiento y del sentimiento.

   … Pero existe algo sagrado que no es del pensamiento ni pertenece a un sentimiento revivido por éste. El pensamiento no puede reconocerlo ni utilizarlo. El pensamiento no puede formularlo. Pero existe algo sagrado que ningún símbolo o palabra pueden tocar. Eso no es comunicable. Es un hecho. Un hecho es para ser visto, y el ver no tiene lugar por medio de la palabra. Cuando un hecho es interpretado, cesa de ser un hecho; se vuelve algo por completo diferente. El ver es de la más alta importancia. Este ver está fuera del tiempo-espacio; es inmediato, instantáneo. Y lo que es visto, nunca es igual otra vez. No hay otra vez o mientras tanto. 

   … El pensamiento es siempre fragmentario y lo que retiene como recuerdo es siempre parcial. El pensamiento no puede observar la totalidad; la parte no puede ver el todo, y la huella de la bendición no es verbal, no puede comunicarse mediante palabras, ni mediante símbolo alguno. El pensamiento fracasará siempre en su tentativa de descubrir, de experimentar aquello que está fuera del tiempo y del espacio. El cerebro, la maquinaria del pensamiento puede aquietarse; el cerebro muy activo puede estar quieto; su maquinaria puede funcionar muy lentamente. La quietud del cerebro es esencial, aunque éste debe hallarse intensamente sensible; sólo entonces puede haber inocencia, frescura, una cualidad nueva del pensamiento. Es esta cualidad la que pone fin al dolor y a la desesperación. 

  … Porque el cerebro puede funcionar tan sólo en el tiempo y el espacio; sus filosofías están sujetas a su propio condicionamiento; sus teorías, sus especulaciones son una prolongación de su propia astucia. Cualquier cosa que haga, el cerebro no puede escapar de sí mismo. Sus dioses y sus salvadores, sus maestros y líderes son tan pequeños e insignificantes como él mismo. Si él es torpe trata de volverse talentoso, y su talento lo mide en términos de éxito. Está siempre persiguiendo o siendo perseguido. Su propio dolor es su sombra. Haga lo que haga, será siempre insignificante. 

   … La importancia misma de ponerle fin al pensamiento para observar más a fondo, ocasiona el cese del pensamiento. Es así de simple. No lo complique. Si quiero nadar tengo que aprender. La intención es más fuerte que el temor a nadar. Esto es importante porque el pensamiento, al ser limitado, tiene en esa limitación su propio espacio, su propio orden. Cuando cesa la actividad del pensamiento limitado, entonces hay espacio, no solo en el cerebro, sino espacio. No el espacio que el ego crea a su alrededor, sino el que no tiene límite. El pensamiento es limitado y cualquier cosa que haga siempre será limitada, porque en su naturaleza misma está condicionado. Cuando el pensamiento descubre por sí mismo su limitación, y ve que ésta está causando desorden en el mundo, entonces esa observación misma le pone fin al pensamiento para descubrir algo nuevo. Entonces hay espacio y silencio.”

   
   J. Krishnamurti




¿CÓMO PUEDE HABER FRATERNIDAD MIENTRAS EL PATRIOTISMO SEPARA AL HOMBRE DEL HOMBRE?


   “… El hombre afectuoso, bondadoso, no tiene sentido ninguno del poder y, por lo tanto, ese hombre no está atado a ninguna nacionalidad, a ninguna bandera. Carece de bandera. Pero el que busca poder en cualquier forma, ya sea derivado de la burocracia o de la autoproyección a la que llama Dios, continúa atrapado en un proceso de aislamiento. Si lo examináis con sumo cuidado veréis que, por su propia naturaleza, el deseo de poder es un proceso de encierro. Cada cual busca su propia posición, su propia seguridad, y mientras exista ese móvil, la sociedad tendrá que estar basada en un proceso de aislamiento. Donde hay búsqueda de poder hay proceso de aislamiento, y lo que está aislado tiene forzosamente que engendrar conflicto. Eso, exactamente es lo que ocurre a través del mundo, cada grupo busca el poder y así se aísla. Este es el proceso del nacionalismo, del patriotismo que al final lleva a la guerra y a la destrucción.

   … El separativo espíritu nacionalista se está propagando como el fuego por todo el mundo. Quienes buscan una mayor expansión, poder y riqueza, cultivan astutamente el patriotismo, y cada uno de nosotros forma parte de este proceso al desear también todo eso. Conquistar otras tierras o a otros pueblos proporciona nuevos mercados para los bienes económicos, así como para las ideologías políticas y religiosas.

   … ¿Cómo nos libramos del nacionalismo? Sólo comprendiendo plenamente lo que él implica, examinándolo, captando su significación en la acción externa e interna. En lo externo, él causa divisiones entre los hombres, clasificaciones, guerras y destrucción, lo cual es obvio para cualquiera que sea observador. En el fuero íntimo, psicológicamente, esta identificación con lo más grande, con la patria, con una idea, es evidentemente una forma de autoexpansión.

   … Viviendo en una pequeña aldea, o en una gran ciudad, o donde sea, yo no soy nadie; pero si me identifico con lo más grande, con el país, si me llamo a mí mismo hindú, ello halaga mi vanidad, me brinda satisfacción, prestigio, una sensación de bienestar; y esa identificación con lo más grande, que es una necesidad psicológica para los que sienten que la expansión del “yo” es esencial, engendra asimismo conflicto, lucha entre los hombres. De suerte que el nacionalismo no sólo causa conflictos externos, sino frustraciones íntimas; y cuando uno comprende el nacionalismo, todo el proceso del nacionalismo, éste se desvanece. La comprensión del nacionalismo llega mediante la inteligencia. Es decir, observando cuidadosamente, penetrando el proceso íntegro del nacionalismo, del patriotismo, surge de ese examen la inteligencia; y entonces no se produce la sustitución del nacionalismo por alguna otra cosa.

   … En el momento en que reemplazáis el nacionalismo por la religión, la religión se convierte en otro medio de autoexpansión, en una fuente más de ansiedad psicológica, en un medio de alimentarse uno mismo con una creencia. Por lo tanto, cualquier forma de sustitución, por noble que sea, es una forma de ignorancia. Es como alguien que substituyera el fumar por la goma de mascar o el fruto del betel. En cambio, si uno comprende realmente, y en su totalidad, el problema del fumar, de los hábitos, sensaciones, de las exigencias psicológicas y todo lo demás, el vicio de fumar desaparece.

   … Sólo podéis comprender cuando hay un desarrollo de la inteligencia, cuando la inteligencia funciona; y la inteligencia no funciona cuando hay sustitución. La sustitución es simplemente una forma de autosoborno, de incitaros a que no hagáis esto, pero sí hagáis aquello. El nacionalismo, con su veneno, sus miserias y la lucha mundial que acarrea, sólo desaparece cuando hay inteligencia, y la inteligencia no surge por el mero hecho de pasar exámenes y estudiar libros. La inteligencia surge cuando comprendemos los problemas a medida que se presentan. Cuando hay comprensión del problema en sus diferentes niveles, no sólo en la parte externa, sino de lo que él implica en su aspecto interno, psicológico, entonces, en ese proceso, la inteligencia se manifiesta. Cuando hay, pues, inteligencia, no hay sustitución; y cuando hay inteligencia desaparece el nacionalismo, el patriotismo, que es una forma de estupidez.

  … Mientras usted sea neozelandés y yo hindú, es absurdo hablar de unidad del género humano. ¿Cómo vamos a unirnos como seres humanos, si usted en su país y yo en el mío, conservamos nuestros prejuicios religiosos y formas económicas? ¿Cómo puede haber fraternidad mientras el patriotismo separa al hombre del hombre, y millones de seres están restringidos por condiciones económicas deprimentes, en tanto que otros gozan de la abundancia? ¿Cómo puede haber unidad entre los hombres cuando las creencias nos dividen, cuando hay dominio de un grupo por otro, cuando los ricos son poderosos y los pobres tratan de alcanzar ese mismo poder, cuando hay mala distribución de las tierras, cuando unos pocos están bien nutridos mientras las multitudes se mueren de hambre?

   … Por nuestro nacionalismo, o nuestra modalidad de culto religioso, propendemos a pensar que somos diferentes de otras personas; tratamos al mundo como si estuviese independiente de nosotros, y llegamos a ser exclusivos en nuestras perspectivas. Destruiremos en vez de crear si tenemos tan limitada visión y tan restringidas ideas. Yo deseo, en cuanto se me alcance, despertar en cada uno de vosotros esta Voz, que os guiará por el camino que queráis seguir, que es vuestra propia vida, el sendero por vosotros mismos trazado. Y mientras obedezcáis a esta Voz, a esta Intuición, no podréis errar; pero erraréis si tratáis de obedecer y seguir las órdenes, las ideas, las visiones de los demás.” 

   J. Krishnamurti

SI OBSERVAN, VERÁN QUE SUS MENTES FUNCIONAN DENTRO DE HÁBITOS

 

   “… Reaccionamos, nos rebelamos, acumulamos, nos defendemos, oponemos resistencia, conseguimos, nos sometemos; todo eso son reacciones. Si le digo algo que no le gusta, de inmediato hace algo para responder a eso que no quiere aceptar; así es como normalmente actuamos. Nos han condicionado y educado en un modelo concreto de vida, así es como uno vive su vida diaria, ese es su modelo de vida, tanto interno como externo, y cuando eso es cuestionado se rebela; con su condicionamiento reacciona de acuerdo con sus hábitos, y de esa reacción surge otra acción. Con lo cual nos movemos de reacción en reacción todo el tiempo, y por eso, nunca somos libres. Esta es una de las fuentes del sufrimiento. Comprendan esto, por favor. Cierta forma de reacción debe existir. Si veo algo feo, reacciono; si veo algo hermoso, reacciono; si veo una serpiente venenosa, reacciono; de otra forma estaría muerto, no estaría vivo, sería insensible y torpe. Pero esa reacción es diferente de la reacción que la sociedad y uno mismo han creado a través de las experiencias, que se han convertido en nuestro condicionamiento.

   … En la mayoría de nosotros el cerebro sólo actúa conforme a ciertas directrices, siguiendo determinados surcos que usamos de manera continua como fuente de recuerdos, rutinas, hábitos, reacciones, surcos que nos resultan familiares; así, el cerebro se vuelve cada vez más mezquino, obtuso, está cada vez más fatigado; el cerebro mismo y cada una de sus células. No sé si lo han observado ustedes, aunque no estoy utilizando un lenguaje científico, ya saben de lo que estoy hablando. Es necesario activar ese cerebro; ese cerebro debe volverse extraordinariamente activo y, para generar esa intensa actividad, uno necesita darse cuenta de todo lo que hace.

   … El interlocutor no ha entendido a qué me refiero por ‘darse cuenta’. Si tiene un hábito, por ejemplo, el esnobismo, no tiene sentido cambiar ese hábito por otro, por uno opuesto; es inútil combatir un hábito con otro hábito. Lo que libera a la mente de un hábito es la inteligencia, y el darse cuenta es el proceso de despertar la inteligencia, no de crear nuevos hábitos para combatir los viejos. De manera que debe ser consciente de los hábitos de su pensamiento y no intentar cultivar ciertas habilidades o hábitos opuestos. Si pone toda su atención, si permanece en ese estado de observación sin elección alguna, entonces percibirá todo el proceso que crea el hábito, y también el proceso opuesto de superarlo. Esta percepción despierta una inteligencia que elimina todos los hábitos del pensamiento.

   … Uno de los principales factores del deterioro es la imitación, la imitación psicológica, no el ponerse una camisa o un abrigo, o ir a la oficina, o aprender una determinada técnica que uno repite; es demasiado superficial. Se trata del mecanismo de formación de hábitos que operan en la mente, el cual, en los estados psicológicos, funciona como creencias, dogmas, opiniones. Si observan, verán cómo sus mentes funcionan dentro de hábitos. La mente funciona de ese modo porque teme, en esencia, carecer de seguridad. Por consiguiente, uno de los verdaderos factores de deterioro es el temor, el temor psicológico, no el temor natural de ser mordido por una serpiente, temor gracias al cual uno se protege; ésa es una cuestión diferente.

   … Es un grupo grande de personas que le dicen lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer. También es la cultura, las costumbres, los hábitos de una comunidad determinada; la estructura social, moral, ética y religiosa en la cual el hombre vive, es generalmente llamada sociedad. Ahora bien, si cada individuo de esa sociedad hiciera lo que le gusta, sería un peligro para tal sociedad. Si usted hiciera su gusto aquí en la escuela, ¿qué ocurriría? Sería un peligro para el resto de la escuela, ¿verdad? De modo que, en general, la gente no desea que los otros sean libres. Un hombre que es libre de verdad, no en ideas, sino que está internamente libre de codicia, ambición, envidia, crueldad, es considerado un peligro para los demás, porque él es por completo diferente del hombre común. Entonces la sociedad, o le rinde culto, o lo mata, o se muestra indiferente con él.

   … Cada vez que sus creencias son cuestionadas se irrita, pero continúa en lo mismo. Los niños son educados para pensar, para formar surcos de hábitos y funcionar en esos hábitos por el resto de sus vidas. Van a obtener empleos, serán ingenieros, médicos, y el patrón ya estará establecido para todo el resto de sus vidas. Cualquier desvío con respecto al patrón, es perturbador. Esa perturbación se ve aminorada mediante el matrimonio, las responsabilidades, los hijos; y así, poco a poco, el molde se solidifica. Y todo el pensar transcurre entre lo que es conveniente, lo que no es conveniente, lo que es beneficioso, lo que vale la pena, siempre dentro de ese campo.

   … Así, pues, nunca podrá la mente hacerse libre por medio de un sistema. Sin embargo, la mayor parte de las mentes están atrapadas en un sistema, que es el camino de la tradición, y que invariablemente engendra mediocridad. Esto es lo que nos ha ocurrido a casi todos nosotros, ¿no es así? Al funcionar en los hábitos, en la tradición antigua o moderna, a la que llamamos conocimiento, la mente se enfrenta con un problema inmenso, un problema que está siempre cambiando. Sea personal o impersonal, colectivo o individual, ningún problema es estático. Pero la mente es estática, porque está presa en un carril de tradición, de costumbres, está habituada a cierta manera de pensar; hay, pues, siempre una contradicción entre la condición estática de la mente y el problema que está siempre cambiando, moviéndose. Una mente así es incapaz de hacer frente al problema y resolverlo, lo cual creo que es bastante claro.”

   J. Krishnmaurti


ENTONCES YA NO HAY UNA LUCHA, SINO MÁS BIEN UNA LUZ QUE DISIPA LA OSCURIDAD


   “…No hay camino alguno que nos conduzca a la verdad, y no hay dos verdades. La verdad no es del pasado ni del presente, es intemporal; y el hombre que cita la verdad del Buda, de Shankara, de Cristo, o aquel que meramente repite lo que yo digo, no encontrará la verdad, porque la repetición no es la verdad. La repetición es una mentira. La verdad es un estado del ser que surge cuando la mente que busca dividir, ser exclusiva, que sólo puede pensar en términos de resultados, de logros, ha llegado a su fin. Sólo entonces existirá la verdad. La mente que hace esfuerzos, que se disciplina a fin de lograr un objetivo, esa mente no puede conocer la verdad, porque el objetivo es su propia proyección, y el hecho de perseguir esa proyección, por noble que sea, es una forma de culto de sí misma. Un ser así es un ególatra y, por lo tanto, no puede conocer la verdad. La verdad es para conocerse sólo cuando comprendemos el proceso total de la mente; es decir, cuando no luchamos.

    … Conoce la verdad sólo aquel que no busca, que no lucha, que no trata de obtener un resultado... La verdad no es continua, no tiene lugar permanente, puede ser vista sólo de instante en instante. Es siempre nueva; por lo tanto, es intemporal. Lo que fue verdad ayer no es verdad hoy, lo que es verdad hoy no es verdad mañana. La verdad no tiene continuidad. La mente es la que desea hacer continua la experiencia que ella llama verdad, y una mente así no conocerá la verdad, que es siempre nueva, que está en ver la misma sonrisa y ver esa sonrisa de un modo nuevo, en ver la misma persona y verla de un modo nuevo, en ver de un modo nuevo las palmeras ondulantes; la verdad está en enfrentarse de un modo nuevo a la vida.

    … Sólo hay esfuerzo cuando uno escapa a ese vacío interior por medio de la acción, de la contemplación, de la adquisición, del logro, del poder y lo demás. Esa es nuestra diaria existencia. Yo me doy cuenta de mi insuficiencia, de mi pobreza interna, y lucho para huir de ella o para llenarla. Esto de huir, de evitar el vacío o de procurar encubrirlo, ocasiona lucha, rivalidad, esfuerzo.

   Bueno, ¿por qué existe el deseo de colmarnos? Es obvio que el deseo de realizarnos, de llegar a ser algo, surge cuando existe la percepción de que uno nada es. Como no soy nada, como soy insuficiente, vacío, interiormente pobre, hecho por llegar a ser algo, externa o internamente, lucho para llenar mi vacío con una persona, con una cosa, con una idea. Llenar ese vacío es todo el proceso de nuestra existencia. Dándonos cuenta de que somos vacíos, interiormente pobres, luchamos por acumular cosas en lo externo o por cultivar la riqueza interior.

    … ¿Y qué sucede si uno no hace un esfuerzo para huir? Que uno vive con esa soledad, con esa vacuidad; y al aceptar esa vacuidad, uno hallará que adviene un estado de ser creador, que no tiene nada que hacer con la lucha, con el esfuerzo. El esfuerzo sólo existe mientras tratamos de evitar esa soledad, ese vacío interior; mas cuando lo miramos y lo observamos, cuando aceptamos lo que es, sin esquivarlo, hallaremos que surge un estado de ser en el que cesa toda lucha. Ese estado de ser es creatividad y no es resultado del esfuerzo.

    … Pero cuando hay comprensión de lo que es; o sea, del vacío, de la insuficiencia interior; cuando uno vive con esa insuficiencia y la comprende plenamente, adviene la realidad creadora, la inteligencia creadora que es lo único que trae felicidad.

    … Algunos buscan la seguridad física mediante la riqueza, el confort y el poder sobre los demás que la riqueza les otorga; ellos se interesan en las diferencias sociales, y en los privilegios sociales que les aseguran una posición de la cual derivan su satisfacción personal. La seguridad física es una forma cruda de seguridad, pero puesto que para la mayor parte de la humanidad ha sido imposible obtenerla, el hombre se ha vuelto hacia formas sutiles de seguridad que él llama espiritual o religiosa. Debido al deseo de escapar del conflicto, ustedes buscan y establecen la seguridad física o espiritual. El anhelo de seguridad física se revela en el deseo de tener una sustanciosa cuenta bancaria, una buena posición social, en el deseo de ser considerado alguien en la ciudad, en la lucha por grados y títulos, y en todo ese tipo de insensatas estupideces.

    … Cada uno tiene que averiguar qué es lo que está buscando; si no está buscando nada, entonces hay satisfacción y deterioro. Si hay conflicto, está el deseo de superar ese conflicto, de escapar de él, de dominarlo. Como he dicho, el conflicto puede existir solamente entre dos cosas falsas, entre esa supuesta realidad que ustedes llaman el "yo", que para mí es nada más que el resultado del medio, y el medio mismo. En consecuencia, si nuestra mente se interesa tan sólo en superar esa lucha, entonces estamos perpetuando la falsedad y, por esto, hay más conflicto, más dolor. Pero si comprendemos el significado del medio; es decir, la riqueza, la pobreza, la explotación, la opresión, las nacionalidades, las religiones y todas las insensateces de la vida social en la existencia moderna, no tratando de superar esas cosas, sino viendo su significado, entonces tiene que haber una acción individual, y una revolución completa en las ideas y en el pensamiento. Entonces ya no hay una lucha, sino más bien una luz que disipa la oscuridad. No hay conflicto entre la luz y la oscuridad. No hay conflicto entre la verdad y aquello que es falso. El conflicto existe sólo donde hay opuestos.”

   J. Krishnamurti