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VEAN SI CUANDO TIENEN UN PREJUICIO PUEDEN OBSERVAR CLARAMENTE

 

   “… Es muy interesante discutir esto desde el punto de vista de lo que es el aprender. Yo estoy celoso de usted, estoy envidioso de usted y quiero aprenderlo todo al respecto, porque cuando aprendo acerca de todo lo que ello implica, se terminó, no me corroe más. Ahora bien, ¿cómo aprendo? ¿Qué es el aprender? Aparte del aprender un idioma o cómo manejar un automóvil, etc., ¿qué es el aprender? ¿Cuándo aprende usted? Aprende cuando no sabe nada. Aprendo un idioma cuando no lo sé. ¿Correcto? Si ya conozco un idioma no puedo aprenderlo. Experimentemos con esto.

   Están el arte de escuchar, el arte de la observación, del ver y el arte del aprender. Tal vez mediante estas artes de escuchar, observar y aprender, no tengamos que sentir en absoluto la presión sobre el cerebro, de modo que éste permanezca prístino, flexible, joven, fresco e inocente. Es sólo una mente inocente la que puede ver la verdad. Las presiones sobre el cerebro ocurren cuando hay ambición, violencia o resistencia, ira, propaganda, tradición; todas éstas son presiones tremendas sobre el cerebro. Por lo tanto, un cerebro que vive bajo estas presiones debe inevitablemente distorsionarse, deformarse, estropearse. Mediante la comprensión de “lo que es”, en el arte de escuchar, en el arte de ver, de aprender, captando la plena significación de estas tres artes, las presiones pueden ser comprendidas y el cerebro puede permanecer inalterado.

   …Comprendamos juntos qué significa mirar, mirar la realidad del pensamiento. Todos ustedes piensan, por eso están aquí. Piensan, y el pensamiento se expresa en palabras, o mediante un gesto, una mirada, o por algún movimiento corporal. Como las palabras son comunes a cada uno de nosotros, entendemos a través de esas palabras el significado de lo que se dice. Sin embargo, el pensamiento es común a toda la humanidad, es una cosa de lo más extraordinaria si uno ha descubierto eso, porque entonces ve que el pensamiento no es el pensamiento de uno; es pensamiento. Tenemos que aprender a ver las cosas como son realmente, no como ustedes están programados para mirarlas. Vean la diferencia. ¿Podemos estar libres de la programación y mirar? Si miramos como cristianos, demócratas, comunistas, socialistas, católicos o protestantes, que son todos prejuicios, no podremos comprender entonces la enormidad del peligro, de la crisis que estamos afrontando.

   … Ahora bien, ¿existe otra forma de aprender? ¿Aprender no en el contexto del conocimiento, sino una forma diferente, una percepción-acción no acumulativa? Para descubrirlo, debemos investigar si es posible observar el contenido de nuestra conciencia y observar el mundo sin un solo prejuicio. ¿Es eso posible? No digan que no es posible, simplemente formúlense la pregunta. Vean si cuando tienen un prejuicio pueden observar claramente. No pueden, es obvio. Si tienen alguna conclusión, un cierto conjunto de creencias, conceptos e ideales, y quieren ver claramente qué es el mundo, todas esas conclusiones, ideales, prejuicios, etc., de hecho, lo impedirán. La cuestión no es cómo liberarse de los prejuicios; consiste en ver claramente, inteligentemente, que cualquier forma de prejuicio, por noble o innoble que sea, impedirá realmente la percepción. Cuando vemos eso los prejuicios desaparecen. Lo que importa no es el prejuicio sino la exigencia de ver claramente.

   … La meditación es una de las artes más grandes de la vida, quizás la más grande, y no es posible aprenderla de nadie; en eso consiste su belleza. No tiene técnica y, por tanto, tampoco autoridad. Cuando uno aprende a conocerse, a verse a sí mismo, observa su forma de caminar, de comer, de hablar, la murmuración, el odio, los celos; si se da cuenta de todo eso que sucede dentro de uno sin elección alguna, eso forma parte de la meditación. Así pues, la meditación puede darse mientras uno viaja en autobús, cuando camina por los bosques repletos de luces y sombras, cuando escucha el canto de los pájaros o mira el rostro de su esposa o el de su hijo.

   … Quiero estar atento y sé que no lo estoy. Ocasionalmente soy consciente, pero la mayoría de las veces estoy medio dormido. Estoy pensando en algo distinto mientras miro un árbol o un color. Como ya he dicho quiero conocerme a mí mismo, completamente, porque veo que si no me conozco no tengo base para hacer nada. De modo que he de conocerme a mí mismo. ¿Cómo me vuelvo consciente?, ¿cómo me observo a mí mismo? Observando, aprenderé. Por consiguiente, el verdadero aprender forma parte del estar atento. ¿Aprenderé acerca de mí mismo según algún otro, según los filósofos, los maestros, los salvadores, los sacerdotes? ¿Es eso aprender? Si aprendo de acuerdo con lo que otros han dicho he dejado de aprender acerca de mí mismo, ¿no es así? Entonces tengo, en primer lugar, que aprender acerca de mí mismo. Ahora bien, ¿qué significa este aprender acerca de mí mismo? Investiguen, examínenlo, descubran lo que significa aprender acerca de uno mismo.

   … El arte de aprender no sólo es acumular conocimientos, lo cual es necesario para poder actuar con habilidad, sino que también es aprender sin acumular. De modo que existen dos clases de aprender, una es adquirir y almacenar conocimientos a través de la experiencia, a través de los libros, a través de la educación, y el cerebro lo registra, lo acumula y lo almacena para luego a partir de esa acumulación de conocimientos actuar con más o menos habilidad; la otra forma de aprender nunca acumula, es estar tan completamente atento que sólo se registra lo que es estrictamente necesario y nada más, la mente no está todo el tiempo ocupada con los movimientos del conocimiento.

   … La totalidad del mundo reside en usted; y si sabe usted mirar y aprender, entonces la puerta está abierta y la llave está en su mano. Nadie en esta tierra puede darle ni esa llave ni la puerta que ha de abrir, salvo usted mismo.”

   J. Krishnamurti


POR LA ESPERANZA DEL MAÑANA SACRIFICÁIS EL HOY, PERO LA FELICIDAD SIEMPRE ESTÁ EN EL AHORA

 

   “… Como dijimos, el análisis implica tiempo. Y, ¿qué es el tiempo? El tiempo es un movimiento tanto físico como psicológico. Físicamente, es un movimiento de aquí hacia allá; psicológicamente, es un movimiento desde “lo que es” hacia “lo que debería ser”, transformando “lo que es” a través de una ideología, lo cual implica un movimiento en el tiempo. ¿De acuerdo? Por favor, estamos compartiendo juntos este problema, no están meramente escuchándome a mí; estamos viajando juntos, investigando, descubriendo juntos qué es lo verdadero. No se trata de que ustedes acepten lo que dice quien les habla, eso no tiene ningún valor, ni verbalmente ni como realidad. Lo que tiene realidad es que nosotros, a través de la investigación, de la observación, de una muy cuidadosa percepción, compartamos lo que descubrimos por nosotros mismos.

   … Como sabe, nuestro cerebro es una red de palabras, una red de recuerdos, nunca está libre para mirar porque la identificación lo ha condicionado. Para nosotros es muy importante identificarnos. Cuando digo que soy hindú, eso me hace sentir seguro, tengo la sensación de seguridad; me aferro a ello, como lo hace el inglés, el francés, el alemán y el resto del mundo. ¿Es posible mirar, observar libre de toda identidad? ¿Lo están haciendo ahora o lo intentarán más tarde? Si lo hacen ahora, esa misma acción de percibir eliminará la división. Si lo hacen ahora, eso significa que en esa acción no intervendrá el tiempo.

   … Los sentidos que han creado los sentimientos, las fórmulas, los conceptos, las ideas, la opinión, la creencia de si ‘existe’ o no ‘existe’, todo eso forma parte del campo de la conciencia y esa conciencia es el resultado del tiempo, el tiempo como permanencia, como años, como proceso evolutivo. Desde el más irreflexivo al más profundo de los pensamientos, desde el más superficial al más profundo de los sentimientos, todos llevan implícito un enorme periodo de tiempo, no solo de tiempo de reloj, sino también tiempo psicológico; es decir, interno. El pensamiento es la conciencia, el pensamiento es tiempo, y ese proceso de pensamiento ha necesitado, pues, siglos de experiencia, de conocimiento, de sufrimiento, de dolor y de tantas otras cosas, para ser capaces de pensar.

   … No me pregunte a mi qué es el tiempo psicológico. Formúlese esa pregunta a usted mismo. Tal vez quien le habla pueda sugerírselo poniéndolo en palabras, pero es su propia pregunta. Uno ha tenido un hijo, un hermano, una esposa, un padre. Se han muerto. Jamás podrán regresar. Se han borrado de la faz de la tierra. Por supuesto, uno puede inventar una creencia de que ellos están viviendo en otros planos. Pero uno los ha perdido; hay una fotografía sobre el piano o sobre la repisa de la chimenea. El recuerdo que uno tiene de ellos está en el tiempo psicológico. Uno recuerda cómo los ha querido, cómo ellos lo han querido a uno, la ayuda que significaban, nos ayudaban a encubrir la propia soledad. El recuerdo de ellos es un movimiento del tiempo. Ayer estaban ahí y hoy han desaparecido. O sea, que se ha formado un registro en el cerebro. Ese recuerdo es una grabación en la cinta del cerebro; y esa cinta se está reproduciendo todo el tiempo; cómo uno ha paseado con ellos por los bosques, los recuerdos sexuales, el compañerismo que había, el consuelo que uno derivaba de ellos. Todo eso ha desaparecido y la cinta continúa funcionando. Esa cinta grabada es la memoria y la memoria es tiempo.

   … El tiempo es el pasado, ¿correcto? El tiempo es el futuro y el tiempo es el presente. Todo el ciclo es tiempo. El pasado, nuestro trasfondo, lo que hemos pensado, las cosas por las que hemos pasado, nuestras experiencias, nuestro condicionamiento como cristianos, hindúes, budistas y todo eso; sin el pasado no estarían ustedes aquí. Han sido programados por dos mil años y los hindúes por cinco mil años. Como una computadora, ellos repiten, repiten y repiten. Por lo tanto, el pasado es el presente; lo que ustedes son ahora es la consecuencia del pasado. Y el mañana, o dos mil mañanas, es lo que son ahora; así que el futuro es ahora. En el ahora está contenido todo el tiempo. Esto también es un hecho, una realidad, no una teoría.

   … El futuro es la esperanza de todo político, de todo reformador y revolucionario, de todo el que busca la virtud y lo que llamamos Dios. Decimos que vivimos por la esperanza; pero ¿es así? ¿Es vivir, cuando el pasado o el futuro nos dominan? ¿Es el vivir un movimiento del pasado al futuro? Cuando hay preocupación por el mañana, ¿estáis viviendo? Por haberse vuelto tan importante el mañana es por lo que hay falta de esperanza, desesperación. Si el futuro es lo importante y vivís para él y por él, entonces el pasado es el motivo de la desesperación. Por la esperanza del mañana sacrificáis el hoy, pero la felicidad siempre está en el ahora. Son los desdichados los que llenan sus vidas con el interés por el mañana, que llaman esperanza. Vivir felizmente es vivir sin esperanza. El hombre de esperanzas no es un hombre feliz, conoce la desesperación. El estado de desesperanza proyecta la esperanza o el resentimiento, la desesperación o el brillante futuro.

   … Estoy observando y digo, el observador dice que el inconsciente es el pasado, el inconsciente es la raza en la que nací, la tradición; no sólo la tradición de la sociedad, sino de la familia, del nombre, el residuo de toda la cultura india, el residuo de toda la humanidad con todos sus problemas, ansiedades, sentimientos de culpa, etc. Soy todo eso, soy el inconsciente que es el resultado del tiempo, de muchos miles de ayeres, y el ‘yo’ lo está observando. Ahora bien, ¿quién es el observador? Una vez más, averígüenlo por sí mismos, descubran quién es el observador. No esperen a que yo se lo diga.

   … «Cultivo» significa tiempo. Puedo cultivar cebollas, pero no amor.”

   J. Krishnamurti


¿POR QUÉ ESTA CREDULIDAD?


   “… Si queremos comprender el hecho, las opiniones no son necesarias; todo lo contrario, las opiniones son un impedimento. Para investigar la conciencia uno debe estar libre, no puede estar atado a una teoría o conocimiento. Así que el primer requisito para un ser humano serio que quiere aprender es estar libre para investigar, lo cual significa no tener miedo, estar libre para mirar, para observar, para cuestionar, para ser inteligentemente escéptico y no aceptar ninguna opinión. Vamos a investigar algo que exige toda nuestra atención, y no podrán estar atentos si tienen opiniones, ideas, fórmulas o conocimientos de lo que otras personas han comentado. Como decíamos el otro día, si uno camina bajo la luz de otro, no importa quien le haya dado esa luz, le conducirá a la oscuridad. Uno sólo puede caminar bajo la luz de su propia comprensión si hay atención y silencio, lo cual exige muchísima seriedad.

   … Si me rebelo contra la religión a la que pertenezco, como reacción me uniré a otra religión, porque me ofrece, o eso creo, mayor libertad y sensaciones, una nueva serie de frases, enunciados, dogmas e ideologías; pero debido a esa reacción seré incapaz de investigar. Sólo una mente libre, una mente que no reacciona, puede investigar; no sólo la mente humana, sino también toda la estructura psicológica del orden social del que uno forma parte, cuestionando, dudando, siendo escéptico. Para indagar, para cuestionar, para descubrir, hace falta una inmensa libertad y no grandes reacciones. Si hay libertad, hay pasión, y una intensidad que no tiene relación alguna con la intensidad o la pasión de la reacción. La pasión, la intensidad, la vitalidad, la energía de la libertad no tiene límites, mientras que el entusiasmo, el interés, la vitalidad de la reacción puede cambiar y ser modificada.

   … Por favor, no acepten lo que se les está diciendo; si lo hacen, ello no tendrá ningún significado. Si no empiezan por dudar, cuestionar, por ser escépticos a fin de inquirir, si se aferran a sus propias creencias particulares, a la propia fe, a la experiencia o al conocimiento que han acumulado, entonces reducirán todo esto a alguna clase de pequeñez con muy escaso significado. Si así lo hacen, no estarán encarando el tremendo problema a que se enfrenta el hombre.

   … ¿Por qué el hombre, que es tan altamente refinado en una dirección carece por completo de inteligencia en otras direcciones? ¿Se termina el conflicto por medio de los conocimientos, conocimientos acerca de uno mismo, o acerca del mundo, conocimiento sobre la materia, más estudios sobre la sociedad para tener mejores organizaciones e instituciones, adquiriendo así más y más conocimientos? ¿Resolverá eso nuestro conflicto humano? ¿O es que la libertad con respecto al conflicto nada tiene que ver con el conocimiento?

   … Muchos intelectuales en todo el mundo huyen asustados de la religión. Ellos ven lo que son las religiones en el mundo actual, con sus creencias, dogmas, rituales y la organización jerárquica de su existencia establecida; y más bien se burlan y escapan de cualquier cosa que tenga algo que ver con la religión. Y a medida que envejecen y se acercan a ese umbral llamado muerte, recaen con frecuencia en su antiguo condicionamiento; se vuelven católicos o siguen a algún gurú de la India o del Japón. En todo el mundo la religión ha perdido su credibilidad y ya no tiene significado alguno en la vida cotidiana. Cuanto más uno las examina y más advierte el contenido íntegro de todas las estructuras religiosas, más escéptico se vuelve sobre todo este asunto; y, como los intelectuales, nada quiere tener que ver con eso. Y los que no son escépticos, tratan a las religiones románticamente, emocionalmente o como una forma de entretenimiento.

   … La meditación sólo tiene significado cuando se comprende al meditador. Al practicar lo que llaman meditación, el meditador está separado de la meditación, ¿no es cierto? ¿Por qué existe esta diferencia, esta separación entre ambos? ¿Es inevitable o es necesario poner fin a esa separación? Sin comprender realmente la verdad o la falsedad de esta aparente división, los resultados de la llamada meditación son semejantes a los que pueden producirse por medio de cualquier tranquilizante que se tome para aquietar la mente. Si nuestro propósito es dominar el pensamiento, entonces servirá cualquier sistema o droga que produzca el efecto deseado. «Pero usted elimina de un plumazo todos los ejercicios de yoga, los sistemas tradicionales de meditación que han practicado y recomendado a lo largo de los siglos los innumerables santos y ascetas. ¿Cómo pueden estar todos ellos equivocados?»

   ¿Pero por qué no pueden estar todos ellos equivocados? ¿Por qué esta credulidad? ¿Acaso un escepticismo atemperado no ayuda a entender todo este problema de la meditación? Si acepta lo que dicen es porque está deseando obtener resultados, tener éxito, quiere "llegar". Para comprender qué es la meditación debe dudar, investigar, la mera aceptación destruye la posibilidad de investigar. Tiene que ver por sí mismo lo falso como falso, la verdad en lo falso, y la verdad como verdad, porque nadie puede instruirle en esto. La meditación es el camino de la vida, forma parte de la existencia diaria, y la plenitud y la belleza de la vida sólo se pueden comprender a través de la meditación. Sin comprender toda la complejidad de la vida y las reacciones cotidianas momento a momento, la meditación se convierte en un proceso de autohipnosis. La meditación del corazón es la comprensión de los problemas diarios; no puede ir muy lejos si no empieza desde muy cerca.”

   J. Krishnamurti

¿PODEMOS SER NOSOTROS PARTE DE ESE INMENSO MOVIMIENTO DE LA VIDA?

 

   “… ¿Es el universo, nuestra idea del universo, diferente de nosotros? Todo es un solo movimiento, las estrellas, los cielos, la luna, el sol; una energía tremenda. Nuestra energía es muy limitada. ¿Podemos romper con esa limitación y ser nosotros parte de ese inmenso movimiento de la vida?

   … Estamos, pues, recorriendo juntos una calle muy larga, eso requiere energía, y vamos a examinar esta pregunta: ¿Qué es el amor? Para investigar esto muy profundamente, muy a fondo, también tenemos que preguntarnos: ¿Qué es la energía? Cada gesto que hacemos se basa en la energía. Mientras ustedes escuchan al que habla están empleando energía. Construir una casa, plantar un árbol, hacer un ademán, conversar, todas estas cosas requieren energía. El llamado del cuervo, la salida y puesta del sol, todo esto es energía. El llanto de un bebé cuando sale del vientre materno es parte de la energía. Tocar el violín, hablar, casarse, tener sexo, todo en la tierra requiere energía.

   Empezamos, pues: ¿Qué es la energía? Éste es uno de los interrogantes que se plantean los científicos. Y dicen: La energía es materia. Puede que sea materia, pero antes de eso, ¿qué es la energía primordial? ¿Cuál es el origen, la fuente? ¿Quién ha creado esta energía? Tengan cuidado; no digan «dios» y se escapen con eso. No acepto a dios. Quien les habla no tiene «dios». ¿De acuerdo?

   ¿Qué es, entonces, la energía? Estamos investigando, no aceptando lo que los científicos tienen que decir al respecto. Y si pueden, abandonen todo lo que los pueblos antiguos han dicho; déjenlo a la orilla del camino. Nosotros haremos un viaje juntos.

   El cerebro de ustedes, que es materia, es la experiencia acumulada de un millón de años, y toda esa evolución implica energía. Así que me pregunto, ustedes se lo preguntan, si hay una energía que no está contenida, animada o incluida dentro del campo del conocimiento; o sea, dentro del campo del pensamiento. ¿Hay una energía no generada por el pensamiento?

   … También tenemos la energía psicológica, que se disipa de varias maneras. Para tener esa energía psicológica, la mente busca estímulos. El ir a la iglesia, presenciar un partido de fútbol, leer literatura, escuchar música, asistir a reuniones como ésta, todas estas cosas les estimulan; y si lo que quieren es que les estimulen, eso significa que psicológicamente son dependientes. Todas las formas de buscar estímulos implican depender de algo, ya sea una bebida, una droga, un orador o ir a la iglesia; y seguramente, el depender de los estímulos, de la forma que sea, no sólo embota la mente, sino que también contribuye a disipar la energía. Así que, para conservar la energía, tiene que desaparecer toda forma de dependencia, toda clase de estímulos; y para que desaparezca esa dependencia, uno tiene que darse cuenta de ésta.

   Tanto si uno depende del estímulo de su esposa o marido, como de un libro, del trabajo que hace en la oficina, o de ir al cine, es decir, de cualquier estímulo que uno busque; ante todo, tiene que darse cuenta del estímulo. El limitarse a aceptar estímulos y vivir con ellos disipa la energía y deteriora la mente. Ahora bien, si uno percibe los estímulos y descubre todo su significado en su propia vida, podrá librarse de ellos. Por medio del conocimiento de uno mismo, lo cual no es condenación de sí mismo ni todo eso, sino simplemente darse cuenta de sí mismo sin elección, uno aprende acerca de todo lo relativo a la influencia, la dependencia y los estímulos; y ese movimiento mismo de aprender le da a uno la energía necesaria para liberarse de toda dependencia del estímulo.

   … Dije que requiere energía vivir con ‘lo que es’; y se pregunta cómo adquiere uno energía. Os ruego que investiguéis esto. Obtenéis energía cuando no tenéis conflicto, cuando no hay contradicción en vuestra mente, ni lucha, ni violencia; cuando no estáis arrastrados en opuestas direcciones por innumerables deseos. Disipáis esa energía adorando el éxito, queriendo ser algo, queriendo ser famoso, queriendo realizar; ya conocéis las innumerables cosas que hacemos, que producen contradicción. Disipamos nuestra energía yendo al psiquiatra, a las iglesias, en las innumerables evasiones que buscamos. Si no hay contradicción, si no hay temor de los dioses, de lo último o de vuestro prójimo, de lo que otro diga, entonces tenéis energía, no en escasa cantidad sino abundante. Y es necesario que tengáis esa energía, esa pasión, para seguir hasta el fin mismo cada pensamiento, cada sentimiento, cada sugerencia, cada intimación.

   … Como sabéis, todos queremos ser terriblemente respetables, ¿no es así?, los jóvenes tanto como los viejos. La respetabilidad significa reconocimiento por parte de la sociedad; y la sociedad sólo reconoce a los que tienen éxito, a los que son importantes, a los famosos, e ignora a los demás. Adoramos, pues, el éxito y la respetabilidad. Y cuando no os preocupa que la sociedad os crea o no respetables, cuando no buscáis éxito, no queréis llegar a ser alguien, entonces hay intensidad, lo que significa que no hay miedo y que no hay conflicto, ni interna contradicción y, por consiguiente, tenéis abundante energía para seguir el hecho hasta el fin mismo.

   … Si no se compara con otro, será lo que usted es. Por medio de la comparación, usted espera evolucionar, crecer, volverse más inteligente, más hermoso. ¿Pero lo será usted? El hecho es lo que usted es y al compararse, está fragmentando el hecho, lo cual es una pérdida de energía. Ver lo que es usted realmente, sin ninguna comparación, le da tremenda energía para mirar. Cuando puede verse sin compararse con nadie, se coloca más allá de la comparación, lo cual no significa que el contentamiento haya estancado la mente. Así vemos en esencia cómo la mente gasta la energía que es tan necesaria para comprender la totalidad de la vida.”

   J.  Krishnamurti