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LA NEGACIÓN DE LA UNIDAD HUMANA ENGENDRA GUERRAS Y TODA CLASE DE TIRANÍAS

 

   “… Estar al servicio del mundo. ¿Están ustedes, realmente, al servicio del mundo? Por favor, yo desearía que pudieran pensar de verdad, honestamente, francamente; entonces, si de verdad piensan así estarán al servicio del mundo, pero no haciéndolo de este modo extraordinario. Averigüemos si estamos al servicio del mundo. ¿Qué es lo que el mundo necesita en la actualidad, o en cualquier época del pasado o del futuro? Necesita personas que tengan la capacidad de ser completamente humanas; o sea, personas que no estén amarradas por sus pequeños círculos de pensamientos y prejuicios, y por las limitaciones del autoconsciente emocionalismo. Por cierto, si de veras quieren ayudar al mundo, no pueden pertenecer a ninguna secta o sociedad, como tampoco a ninguna religión en particular. Si dicen que todas las religiones son una sola cosa, entonces, ¿para qué tener ninguna religión? Las religiones y las nacionalidades enjaulan a la gente, la traban. Esto se comprueba en todo el mundo a lo largo de la historia; y el mundo ha venido a parar actualmente en más y más sectas, más y más grupos encerrados por muros de creencias, con sus guías especiales. Y, sin embargo, ustedes hablan de hermandad. ¿Cómo puede haber hermandad cuando este instinto posesivo es tan profundo y, por consiguiente, tiene que conducir a las guerras porque es la base del nacionalismo, del patriotismo?

   … Cuando ustedes se despiertan cada mañana no son patrióticos. Sólo son patrióticos cuando los diarios dicen que deben serlo porque tienen que conquistar a su vecino. Por lo tanto, nosotros somos los bárbaros, no sólo los que invaden nuestro país. El bárbaro es el patriota. Para él su país es más importante que la humanidad, que el hombre. Y yo digo que ustedes no resolverán sus problemas, los problemas económicos y de nacionalidad, en tanto sean neozelandeses; los resolverán sólo cuando sean verdaderos seres humanos, libres de todos los prejuicios nacionalistas, cuando ya no sean posesivos y sus mentes no estén divididas por las creencias. Entonces podrá haber verdadera unidad humana y, de ese modo, desaparecerán los problemas del hambre, del desempleo y la guerra, porque considerarán a la humanidad como algo total, no como un grupo particular de personas que quiere explotar a otro grupo.

   … Uno debe observar todas estas expresiones de violencia y antagonismo con una mente libre de prejuicios; es decir, con una mente que no se identifica con ningún país, raza o ideología, sino que trata de descubrir la verdad. Es una gran dicha ver algo con claridad sin dejarse influir por las ideas o directrices de otros, ya sean de gobernantes, especialistas o de grandes intelectuales. Cuando comprendamos que el patriotismo es un obstáculo para la felicidad humana, dejaremos de luchar contra esta falsa emoción que surge en nosotros, porque habrá desaparecido para siempre. El nacionalismo, el espíritu patriótico, la conciencia de clase y de raza, todas son manifestaciones del ego y, por tanto, dividen. Después de todo, ¿qué es una nación sino un grupo de individuos que viven juntos por razones económicas y de autoprotección? De la idea de “mi país”, con sus fronteras y barreras arancelarias, surge el miedo y la defensa de los intereses propios, lo cual imposibilita la hermandad y la unidad de los seres humanos.

   … La negación de la unidad humana engendra guerras y brutalidades, divisiones sociales, económicas y toda clase de tiranías.

    Todo esto lo entendemos intelectualmente, con esa delgada capa que llamamos la mente consciente, pero seguimos atrapados en la tradición, la opinión, la conveniencia, el miedo y demás. Hasta que las capas profundas sean expuestas y comprendidas, no estaremos libres de la enfermedad del nacionalismo, del patriotismo. Así, pues, al examinar este problema, hemos despejado la capa superficial de lo consciente, y dentro de ello pueden fluir las capas más profundas. Este fluir se fortalece por medio de la constante percepción alerta, observando cada respuesta, cada incentivo del nacionalismo o de cualquier otro obstáculo.

   Cada respuesta, por pequeña que sea, debe ser considerada cuidadosamente, sondeada de manera amplia y profunda. De este modo, pronto percibiremos que el problema se ha disuelto y que se ha marchitado el espíritu nacionalista. Todos los conflictos y las desdichas pueden comprenderse y disolverse de esta manera, aclarando la delgada capa de lo consciente, al considerar y sondear a fondo el problema tan comprensivamente como sea posible. En esta claridad, en esta quietud relativa, pueden proyectarse los motivos, las intenciones y los temores más hondos; examínenlos a medida que van apareciendo, estúdienlos y así los comprenderán. De este modo, el obstáculo, el conflicto, el dolor, son comprendidos y disueltos de manera profunda y total.

   … Todos sufrimos de uno u otro modo, en lo físico, en lo intelectual e interiormente. Somos torturados y nos torturamos a nosotros mismos. Conocemos la desesperación y la esperanza, y todas las formas del miedo; y en este vórtice de conflictos y contradicciones, realizaciones y frustraciones, anhelos, celos y odio, la mente está presa. Como está presa, sufre, y todos sabemos lo que es ese sufrimiento; el sufrimiento que trae la muerte, el sufrimiento de una mente insensible, el sufrimiento de una mente que es muy racional, intelectual, que conoce la desesperación porque todo lo ha desmenuzado y no queda nada.

   Una mente que sufre da nacimiento a diversos tipos de filosofías de la desesperación; escapa hacia diversas avenidas de esperanza, seguridades, confortación hacia el patriotismo, la política, la argumentación verbal y las opiniones. Y para una mente que sufre siempre hay una iglesia, una religión organizada ya preparada, esperando recibirla y volverla aún más embotada por el consuelo que le ofrece.”

   J. Krishnamurti

VER AQUELLO QUE ES FALSO ES EL DESPERTAR DE LA INTELIGENCIA

 

   “... Nos estamos preguntando, y espero que estemos reflexionando juntos, si esta prisión humana con su dolor, soledad, ansiedad, sus exigencias y reafirmaciones personales y su ansia de satisfacción, pues eso es nuestro condicionamiento, ése es el contenido de nuestra conciencia y, por tanto, nuestra conciencia, si toda esa estructura se puede transformar. Porque si no, nunca habrá paz en este mundo; se producirán tal vez pequeñas modificaciones, pero el hombre seguirá luchando, peleándose, seguirá en perpetuo conflicto consigo mismo y con el exterior. De manera que ésa es nuestra pregunta. ¿Podemos pensar juntos acerca de esto?

   … Mire, yo me doy cuenta de que no hay seguridad en el nacionalismo y, por lo tanto, permanezco fuera, ya no sigo siendo indio. Veo que tampoco hay seguridad en el hecho de pertenecer a una determinada religión, y por eso no pertenezco a ninguna. ¿Qué significa eso? Observo cómo las naciones luchan entre sí, las comunidades luchan entre sí, las religiones luchan entre sí; observo esa estupidez y la propia observación despierta la inteligencia. Ver aquello que es falso es el despertar de la inteligencia.

   … La Tierra no ha conocido ningún periodo en el que no haya habido guerras, en el que el hombre no haya matado al hombre; una religión ha destruido a otra religión, una institución u organización ha dominado y suprimido a otras. Consciente de esta lucha perpetua, ¿no se pregunta alguna vez si es posible vivir en este mundo, no huir de él, no recluirse en una comuna o convertirse en ermitaño o monje, sino vivir en este mundo de una manera sensata, feliz e inteligente, sin que continúe toda esa lucha por dentro y por fuera? Si lo hace, y espero que lo esté haciendo ahora porque estamos pensando juntos, entonces usted debe exigir que haya una buena sociedad.

   … ¿Comprendemos alguna cosa por medio de la lucha, por medio del conflicto? ¿No viene la comprensión cuando la mente está totalmente en calma, cuando la acción del esfuerzo ha cesado? La mente que se fuerza a estar en calma no es una mente tranquila, es una mente muerta, insensible. Cuando el deseo está ausente es cuando comprendemos.

   … ¿Se refiere usted a por qué unas personas son serias y otras no? Antes que nada, ¿por qué tenemos que dividirnos de ese modo? ¿Por qué no somos amables y afectuosos con los demás? ¿Por qué tenemos que luchar unos con otros, crear enemistades y agrandar nuestras diferencias? ¿Se da usted cuenta de lo desgraciados que hemos llegado a ser a causa de esto?

   … ¿Podremos ir hasta la misma raíz de la violencia y librarnos de ella? De otra manera viviremos eternamente en lucha unos contra otros. Si así es como le gusta a usted vivir, y aparentemente es lo que quiere la mayoría, continúe de esa manera. Si usted dice: “Bien, lo siento, pero la violencia nunca podrá terminar”, entonces usted y yo no podemos comunicarnos, se ha bloqueado usted mismo. Pero si dice que pudiera haber una manera diferente de vivir, entonces seremos capaces de comunicarnos usted y yo.

   Uno tiene que descubrir cómo vivir con otra persona, sin ningún sentido de lucha ni de amoldamiento.

   … Entendemos por esfuerzo la lucha por la realización de uno mismo, por llegar a ser algo; soy esto, y quiero llegar a ser aquello; no soy aquello, y debo llegar a serlo.

   … Ante todo, creo que debemos darnos cuenta de que nuestras mentes no son realmente libres. Todo lo que vemos, todos los pensamientos que tenemos moldean nuestra mente; lo que usted piensa ahora, lo que haya pensado en el pasado y lo que pueda llegar a pensar en el futuro, todo eso moldea su mente. Lo que uno piensa es lo que le han dicho los religiosos o los políticos, lo que le ha dicho en la escuela su maestro o lo que ha leído en libros y periódicos. Todo eso influye en lo que uno piensa. Lo que come, lo que mira, lo que escucha, su esposa, su marido, sus hijos, su vecino, todo está moldeando su mente. Creo que esto es muy evidente. Incluso cuando usted cree que hay Dios, o que no lo hay, también eso refleja la influencia de la tradición. Así pues, nuestra mente es un campo en el que existen muchas influencias contradictorias que luchan las unas contra las otras. 

   … Qué extraño es el amor y qué respetable se ha vuelto el amor a Dios, el amor al prójimo, el amor a la familia. Qué pulcramente se le ha dividido, el profano y el sagrado, deber y responsabilidad, obediencia y buena voluntad, para morir y para dar muerte. Los sacerdotes hablan de él y lo mencionan los generales cuando planean las guerras; de él se lamentan eternamente los políticos y la dueña de casa. Los celos y la envidia alimentan el amor, y en ese amor se encuentra aprisionada la relación. El amor está en la pantalla y en las revistas, y lo pregona estridentemente la radio y la televisión. Cuando la muerte se lleva al amor, está la fotografía en el marco o la imagen que la memoria continúa repasando, o es celosamente mantenido por medio de la creencia. Generación tras generación se educan en esto y así el dolor prosigue interminablemente.

   … Nos damos cuenta, pues, de que nuestras mentes son muy limitadas. Hemos reducido la tierra y los cielos, el vasto movimiento de la vida, a un pequeño rincón llamado el «yo», el «sí mismo», con su perpetua lucha por ser o no ser. ¿De qué modo puede esta mente, que es tan pequeña, tan mezquina, tan egocéntrica, abrirse paso por las fronteras, las limitaciones que ella misma se ha impuesto? Como dije, sólo gracias a la atención, en la que no existe opción alguna, puede ser vista la verdad. Y es esta verdad la que termina con la esclavitud, la que derriba las limitaciones; no lo hacen nuestro esfuerzo ni nuestra meditación, ni nuestras prácticas, ni nuestras disciplinas, ni nuestros controles. Para hallarse en este estado de atención se requiere, por cierto, un conocimiento del «yo» y de sus comportamientos.

   J. Krishnamurti


SÓLO LIBERÁNDOSE DEL MIEDO SE PUEDE DESCUBRIR LO VERDADERO

    

   “…La creencia no es la realidad. Uno puede creer en Dios, pero esa creencia no tiene más realidad que la del hombre que no cree en Dios. Lo que uno cree es el resultado de su trasfondo, de su religión, de sus miedos; y la no creencia de los comunistas, o de otros, es igualmente el resultado de su propio condicionamiento. Para descubrir la verdad, la mente debe estar libre de la creencia y de la no creencia. Sé que sonríen y lo aceptan, pero seguirán creyendo porque es mucho más cómodo, mucho más respetable y seguro. Si dejaran de creer podrían perder su empleo y no serían nadie. Lo que importa es estar libre de cualquier creencia, no que ahora sonrían y lo acepten.

   … Es muy importante que mientras uno es joven viva en un ambiente libre de miedo. La mayoría de nosotros, a medida que nos hacemos mayores nos volvemos temerosos, tenemos miedo a vivir, a perder nuestro empleo; miedo a la tradición, a lo que puedan decir los vecinos, la esposa o el esposo; miedo a la muerte. Casi todos tenemos un miedo u otro, y cuando hay miedo no hay inteligencia. Ahora bien, ¿es posible, mientras somos jóvenes, vivir en un ambiente donde, en lugar de miedo, exista una atmósfera de libertad, pero no libertad para hacer lo que uno quiera, sino para comprender el proceso completo de la vida? La vida, en realidad, es muy hermosa; no es esa fealdad que hemos hecho de ella, y sólo empezará a apreciar su riqueza, su profundidad, su extraordinario esplendor, cuando esté en rebelión contra todo, contra la religión organizada, contra la tradición, contra la corrupta sociedad actual y, de esa manera, pueda como ser humano descubrir por sí mismo lo que es la verdad.

   … Ahora bien, ¿es el propósito de la educación únicamente ayudar a uno para que se adapte al modelo de este orden social corrupto, o es darle libertad completa para desarrollarse y crear una sociedad diferente, un nuevo mundo? Necesitamos tener esta libertad, no en el futuro sino ahora; de lo contrario todos seremos destruidos. Debemos crear de inmediato un entorno de libertad para vivir y descubrir por nosotros mismos lo que es la verdad, y de esa manera ser inteligentes para poder afrontar el mundo, comprenderlo en lugar de amoldarnos, para que internamente, en lo más profundo, psicológicamente estemos en perpetua rebelión. Sin duda, sólo aquellos que vivan en constante rebelión descubrirán lo que es la verdad, no aquellos que se amoldan y siguen la tradición. Sólo es posible encontrar la verdad, Dios, el amor, cuando uno indaga, observa y aprende constantemente; pero si hay miedo es imposible indagar, observar, aprender y darse cuenta con profundidad. Por eso, el propósito de la educación es erradicar, tanto interna como externamente, ese miedo que destruye el pensamiento humano y el amor.

   … La mayoría de los adultos considera necesaria cierta clase de disciplina. ¿Sabe lo que es la «disciplina»? Es un proceso mediante el cual se obliga a uno a hacer algo que no quiere hacer. Si hay disciplina hay miedo, de modo que la disciplina no es el camino del amor. Por esa razón, debería evitarse la disciplina a toda costa, entendiendo por disciplina la coacción, la resistencia, la imposición, obligar a uno a hacer algo que en realidad no entiende, o persuadirle a que lo haga ofreciendo una recompensa. Si no entiende algo, no lo haga, no se sienta obligado a hacerlo, pida una explicación, no se limite a ser obstinado, trate de descubrir la verdad del asunto, de manera que no haya ningún miedo de por medio y su mente pueda ser muy ágil y flexible.

... lo más importante en la educación es asegurarse de que nos eduquen para que estemos libres de miedo, porque el miedo embota la mente, el miedo paraliza el pensar, el miedo alimenta las tinieblas. Mientras tengamos miedo no será posible crear un nuevo mundo.

   … En primer lugar, debe sentir la necesidad, la urgencia de ser libre, que es como el anhelo de un pájaro por volar o el de las aguas del río por fluir. ¿Tiene esa urgencia de ser libre? Si la tiene, ¿qué sucede? Sus padres y la sociedad intentan obligarle a que se amolde. ¿Puede oponerse a ellos? Descubrirá que es muy difícil hacerlo porque tiene miedo; tiene miedo de no conseguir un empleo, de no encontrar el esposo o la esposa adecuada; tiene miedo de morirse de hambre o de que la gente hable de usted. A pesar de que quiere ser libre está atemorizado, por eso no se opondrá. El miedo a lo que pueda decir la gente o a lo que sus padres puedan hacer le bloquea y, en consecuencia, uno permite que le obliguen a adaptarse dentro de cierto modelo. Ahora bien, es capaz de decir: «Quiero saber y no me importa morirme de hambre; suceda lo que suceda voy a luchar contra las barreras de esta sociedad corrupta, porque quiero ser libre para descubrir». ¿Es capaz de decir eso? Aun teniendo miedo, ¿puede oponerse a todas esas barreras e imposiciones? Por tanto, es muy importante ayudar al niño desde la más tierna edad a que vea las implicaciones del miedo y a liberarse de él. Cuando el miedo le atrapa, en ese momento deja de haber libertad.

   … Como saben no nos educan de esa manera, sino que la actual educación nos incita a que seamos esto o aquello; pero eso no es comprenderse uno mismo. El «uno mismo» es algo muy complejo, no es simplemente la entidad que va a la escuela, que riñe, que juega, que tiene miedo; también es algo más oculto, no tan palpable; está constituido no sólo por todos los pensamientos que uno tiene, sino también por todas aquellas cosas introducidas en nuestra mente por otras personas, por los libros, los periódicos, los líderes, y únicamente es posible comprender todo esto cuando uno no desea ser alguien, cuando no imita, cuando no sigue; es decir, cuando se rebela contra toda esa tradición de intentar llegar a ser algo. Ésa es la única revolución verdadera que conduce a una libertad extraordinaria, y fomentar esa libertad es el verdadero propósito de la educación ...

   … La necesidad de seguridad crea miedo, y es el miedo el que genera la opresión por parte de la autoridad. El miedo nos fuerza no a cómo pensar, sino a qué pensar. Sólo liberándose del miedo se puede descubrir lo verdadero.”

   J. Krishnamurti


CUANDO ACTUAMOS CON LA ESPERANZA DE UNA RECOMPENSA, LA ACCIÓN EN SÍ MISMA NADA SIGNIFICA

 

   “… Pueden ver lo que pasa en Europa desde la guerra, más sentimiento nacional, mayor agitación de banderas, mayores barreras arancelarias. Eso, por cierto, no va a producir hermandad. Podrá producirla en el sentido de que habrá una gran catástrofe y la gente se despabilará y dirá: "Por Dios, despertemos y seamos sensibles". Finalmente, puede que eso produzca hermandad; pero no van a producirla las nacionalidades, no más que las diferencias religiosas, las cuales, si lo piensan bien, se basan en un refinado egocentrismo. Todos queremos estar seguros en el cielo, sea lo que fuere ese sitio queremos estar a salvo, y por eso creamos instituciones, organizaciones para que generen la certidumbre; llamamos a eso religiones y, de tal modo, aumenta la explotación. Mientras que, si vemos realmente la falsedad de todas estas cosas, no sólo percibiéndolas con el intelecto, sino sintiéndolas en totalidad con la mente y el corazón, entonces la hermandad es posible.

   … Espero que no le choque cuando le diga que el hombre no ganará el reino de los cielos de esa manera. Ahora vea lo que está diciendo: “Mediante el servicio obtendré algo que deseo”. Su declaración implica que usted no sirve de manera completa, busca obtener una recompensa por su servicio. Dice: “Mediante una conducta virtuosa conoceré a Dios”. Es decir, lo que le interesa realmente no es la conducta virtuosa sino conocer a Dios; separa así a Dios de la conducta virtuosa. Pero no es mediante el servicio, ni mediante el amor o la adoración o la plegaria, sino sólo en la acción misma, donde se encuentra la verdad, Dios. ¿Comprende? Cuando usted pregunta: “¿Ganaré el reino de los cielos mediante el servicio?”, su servicio no tiene sentido porque usted se interesa fundamentalmente en el reino de los cielos, se interesa en obtener algo a cambio, es una especie de trueque, como lo es la mayor parte de nuestra vida. La relación implica amar al otro. ¿Qué quiere decir esa palabra ‘amor’? Yo amo esto o yo amo aquello, amo a Dios, amo a mi gurú. ¿Qué significa ese amor? ¿Se basa en la recompensa y el castigo? Considérenlo, señores, porque siempre estamos atrapados entre los dos extremos, la recompensa y el castigo. Yo sigo a mi gurú porque él va a prometerme el cielo, me ha de consolar. Estamos presos en esto. ¿Es la relación un proceso de recompensa y castigo? ¿Es un movimiento como ése el amor? Considérenlo cuidadosamente.

   … ¿Por qué creamos el opuesto? ¿Por qué? Todas las religiones, todos los filósofos que se precien de serlo pregonan que no debemos ser codiciosos, codiciosos o lo que fuere, o bien nos advierten que si lo somos no alcanzaremos el cielo. La tradición y toda la caterva de expertos y santos han cultivado siempre la idea del opuesto, y lo que trato de decir es que no puedo aceptar «aquello», ya que, a mi entender, «aquello» es un escape de «esto».

   … Por lo tanto, cuando dice: “Mediante la virtud, mediante el amor, llegaré, realizaré”, lo que le interesa es la realización, la cual no es más que un escape, una forma de imitación. Por eso, su amor o su acto virtuoso no tiene sentido. Si usted es bondadoso conmigo porque puedo darle algo a cambio, ¿qué significación tiene su bondad? Ése es todo el proceso de nuestra vida. Tenemos miedo de vivir. Sólo cuando alguien cuelga una recompensa ante nuestros ojos nos decidimos a actuar, y entonces actuamos no por la acción misma, sino con el fin de obtener esa recompensa. En otras palabras, actuamos por lo que podemos conseguir gracias a la acción. Lo mismo ocurre con nuestras plegarias. O sea, debido a que nuestra acción carece en sí misma de significado, a que creemos que necesitamos un estímulo para actuar correctamente, hemos puesto delante de nosotros una recompensa, algo que deseamos, y confiamos en que ese aliciente, ese juguete nos dará satisfacción. Pero cuando actuamos con la esperanza de una recompensa, la acción en sí misma nada significa.

   … Luego, ¿qué nos hará cambiar a cada uno de nosotros, que con seguridad queremos originar una sociedad buena? Se nos ha prometido el cambio a modo de premio, el cielo, un nuevo tipo de incentivo, una nueva ideología, una nueva comunidad, nuevos grupos, nuevos gurús; o de castigo, «si no haces esto irás al infierno». Como consecuencia, todo nuestro pensar está basado en el principio del castigo y la recompensa; actuamos de determinada forma sólo si podemos sacar algo a cambio. Sin embargo, esa clase de actitud o esa manera de pensar no generará un cambio radical, y sin duda todos nos damos cuenta de que ese cambio es absolutamente necesario. Por lo tanto, ¿qué vamos a hacer?

   … ¿Qué es lo que desea cada uno de ustedes? Yo no puedo darles dinero, ni un empleo, ni conducirlos al cielo ni a la salvación; entonces, ¿qué puede hacer quien les habla? Todo cuanto puede hacer es señalar ciertos factores, sucesos, ciertas experiencias que son nocivas para la existencia humana; él puede señalar que el nacionalismo es un gran peligro, que cualquier religión que no libera al hombre es un peligro extraordinario, los libros que ustedes llaman sagrados son inútiles si no los ayudan a liberarse. ¿Podemos, pues, ayudarnos el uno al otro a estar libres, libres del miedo, del dolor, de la ansiedad, a fin de que tengamos en el mundo alguna clase de paz, de amor? ¿Podemos hacer esto juntos? ¿O es imposible? ¿Les gustaría que quien les habla lo hiciera acerca de la terminación del dolor?, ¿quisieran que les comunicara una manera de vivir totalmente distinta de la manera como vivimos ahora? Eso será posible solamente si nuestras relaciones y nuestras acciones son las debidas, las correctas.

   … Si existe el amor, uno deja de ser un líder, porque el amor no ejerce ninguna autoridad. Y lo mismo se aplica al seguidor. En el momento en que uno sigue a alguien está aceptando la autoridad; la autoridad que proporciona seguridad, un rincón seguro en el cielo, o un rincón seguro en este mundo. Cuando uno sigue a alguien, buscando seguridad para sí mismo, para su familia, para su raza, para su nación, ese seguimiento indica que necesita estar seguro, y una persona que busca la seguridad no conoce la cualidad del amor.”

   J. Krishnamurti


VEAN SI CUANDO TIENEN UN PREJUICIO PUEDEN OBSERVAR CLARAMENTE

 

   “… Es muy interesante discutir esto desde el punto de vista de lo que es el aprender. Yo estoy celoso de usted, estoy envidioso de usted y quiero aprenderlo todo al respecto, porque cuando aprendo acerca de todo lo que ello implica, se terminó, no me corroe más. Ahora bien, ¿cómo aprendo? ¿Qué es el aprender? Aparte del aprender un idioma o cómo manejar un automóvil, etc., ¿qué es el aprender? ¿Cuándo aprende usted? Aprende cuando no sabe nada. Aprendo un idioma cuando no lo sé. ¿Correcto? Si ya conozco un idioma no puedo aprenderlo. Experimentemos con esto.

   Están el arte de escuchar, el arte de la observación, del ver y el arte del aprender. Tal vez mediante estas artes de escuchar, observar y aprender, no tengamos que sentir en absoluto la presión sobre el cerebro, de modo que éste permanezca prístino, flexible, joven, fresco e inocente. Es sólo una mente inocente la que puede ver la verdad. Las presiones sobre el cerebro ocurren cuando hay ambición, violencia o resistencia, ira, propaganda, tradición; todas éstas son presiones tremendas sobre el cerebro. Por lo tanto, un cerebro que vive bajo estas presiones debe inevitablemente distorsionarse, deformarse, estropearse. Mediante la comprensión de “lo que es”, en el arte de escuchar, en el arte de ver, de aprender, captando la plena significación de estas tres artes, las presiones pueden ser comprendidas y el cerebro puede permanecer inalterado.

   …Comprendamos juntos qué significa mirar, mirar la realidad del pensamiento. Todos ustedes piensan, por eso están aquí. Piensan, y el pensamiento se expresa en palabras, o mediante un gesto, una mirada, o por algún movimiento corporal. Como las palabras son comunes a cada uno de nosotros, entendemos a través de esas palabras el significado de lo que se dice. Sin embargo, el pensamiento es común a toda la humanidad, es una cosa de lo más extraordinaria si uno ha descubierto eso, porque entonces ve que el pensamiento no es el pensamiento de uno; es pensamiento. Tenemos que aprender a ver las cosas como son realmente, no como ustedes están programados para mirarlas. Vean la diferencia. ¿Podemos estar libres de la programación y mirar? Si miramos como cristianos, demócratas, comunistas, socialistas, católicos o protestantes, que son todos prejuicios, no podremos comprender entonces la enormidad del peligro, de la crisis que estamos afrontando.

   … Ahora bien, ¿existe otra forma de aprender? ¿Aprender no en el contexto del conocimiento, sino una forma diferente, una percepción-acción no acumulativa? Para descubrirlo, debemos investigar si es posible observar el contenido de nuestra conciencia y observar el mundo sin un solo prejuicio. ¿Es eso posible? No digan que no es posible, simplemente formúlense la pregunta. Vean si cuando tienen un prejuicio pueden observar claramente. No pueden, es obvio. Si tienen alguna conclusión, un cierto conjunto de creencias, conceptos e ideales, y quieren ver claramente qué es el mundo, todas esas conclusiones, ideales, prejuicios, etc., de hecho, lo impedirán. La cuestión no es cómo liberarse de los prejuicios; consiste en ver claramente, inteligentemente, que cualquier forma de prejuicio, por noble o innoble que sea, impedirá realmente la percepción. Cuando vemos eso los prejuicios desaparecen. Lo que importa no es el prejuicio sino la exigencia de ver claramente.

   … La meditación es una de las artes más grandes de la vida, quizás la más grande, y no es posible aprenderla de nadie; en eso consiste su belleza. No tiene técnica y, por tanto, tampoco autoridad. Cuando uno aprende a conocerse, a verse a sí mismo, observa su forma de caminar, de comer, de hablar, la murmuración, el odio, los celos; si se da cuenta de todo eso que sucede dentro de uno sin elección alguna, eso forma parte de la meditación. Así pues, la meditación puede darse mientras uno viaja en autobús, cuando camina por los bosques repletos de luces y sombras, cuando escucha el canto de los pájaros o mira el rostro de su esposa o el de su hijo.

   … Quiero estar atento y sé que no lo estoy. Ocasionalmente soy consciente, pero la mayoría de las veces estoy medio dormido. Estoy pensando en algo distinto mientras miro un árbol o un color. Como ya he dicho quiero conocerme a mí mismo, completamente, porque veo que si no me conozco no tengo base para hacer nada. De modo que he de conocerme a mí mismo. ¿Cómo me vuelvo consciente?, ¿cómo me observo a mí mismo? Observando, aprenderé. Por consiguiente, el verdadero aprender forma parte del estar atento. ¿Aprenderé acerca de mí mismo según algún otro, según los filósofos, los maestros, los salvadores, los sacerdotes? ¿Es eso aprender? Si aprendo de acuerdo con lo que otros han dicho he dejado de aprender acerca de mí mismo, ¿no es así? Entonces tengo, en primer lugar, que aprender acerca de mí mismo. Ahora bien, ¿qué significa este aprender acerca de mí mismo? Investiguen, examínenlo, descubran lo que significa aprender acerca de uno mismo.

   … El arte de aprender no sólo es acumular conocimientos, lo cual es necesario para poder actuar con habilidad, sino que también es aprender sin acumular. De modo que existen dos clases de aprender, una es adquirir y almacenar conocimientos a través de la experiencia, a través de los libros, a través de la educación, y el cerebro lo registra, lo acumula y lo almacena para luego a partir de esa acumulación de conocimientos actuar con más o menos habilidad; la otra forma de aprender nunca acumula, es estar tan completamente atento que sólo se registra lo que es estrictamente necesario y nada más, la mente no está todo el tiempo ocupada con los movimientos del conocimiento.

   … La totalidad del mundo reside en usted; y si sabe usted mirar y aprender, entonces la puerta está abierta y la llave está en su mano. Nadie en esta tierra puede darle ni esa llave ni la puerta que ha de abrir, salvo usted mismo.”

   J. Krishnamurti


POR LA ESPERANZA DEL MAÑANA SACRIFICÁIS EL HOY, PERO LA FELICIDAD SIEMPRE ESTÁ EN EL AHORA

 

   “… Como dijimos, el análisis implica tiempo. Y, ¿qué es el tiempo? El tiempo es un movimiento tanto físico como psicológico. Físicamente, es un movimiento de aquí hacia allá; psicológicamente, es un movimiento desde “lo que es” hacia “lo que debería ser”, transformando “lo que es” a través de una ideología, lo cual implica un movimiento en el tiempo. ¿De acuerdo? Por favor, estamos compartiendo juntos este problema, no están meramente escuchándome a mí; estamos viajando juntos, investigando, descubriendo juntos qué es lo verdadero. No se trata de que ustedes acepten lo que dice quien les habla, eso no tiene ningún valor, ni verbalmente ni como realidad. Lo que tiene realidad es que nosotros, a través de la investigación, de la observación, de una muy cuidadosa percepción, compartamos lo que descubrimos por nosotros mismos.

   … Como sabe, nuestro cerebro es una red de palabras, una red de recuerdos, nunca está libre para mirar porque la identificación lo ha condicionado. Para nosotros es muy importante identificarnos. Cuando digo que soy hindú, eso me hace sentir seguro, tengo la sensación de seguridad; me aferro a ello, como lo hace el inglés, el francés, el alemán y el resto del mundo. ¿Es posible mirar, observar libre de toda identidad? ¿Lo están haciendo ahora o lo intentarán más tarde? Si lo hacen ahora, esa misma acción de percibir eliminará la división. Si lo hacen ahora, eso significa que en esa acción no intervendrá el tiempo.

   … Los sentidos que han creado los sentimientos, las fórmulas, los conceptos, las ideas, la opinión, la creencia de si ‘existe’ o no ‘existe’, todo eso forma parte del campo de la conciencia y esa conciencia es el resultado del tiempo, el tiempo como permanencia, como años, como proceso evolutivo. Desde el más irreflexivo al más profundo de los pensamientos, desde el más superficial al más profundo de los sentimientos, todos llevan implícito un enorme periodo de tiempo, no solo de tiempo de reloj, sino también tiempo psicológico; es decir, interno. El pensamiento es la conciencia, el pensamiento es tiempo, y ese proceso de pensamiento ha necesitado, pues, siglos de experiencia, de conocimiento, de sufrimiento, de dolor y de tantas otras cosas, para ser capaces de pensar.

   … No me pregunte a mi qué es el tiempo psicológico. Formúlese esa pregunta a usted mismo. Tal vez quien le habla pueda sugerírselo poniéndolo en palabras, pero es su propia pregunta. Uno ha tenido un hijo, un hermano, una esposa, un padre. Se han muerto. Jamás podrán regresar. Se han borrado de la faz de la tierra. Por supuesto, uno puede inventar una creencia de que ellos están viviendo en otros planos. Pero uno los ha perdido; hay una fotografía sobre el piano o sobre la repisa de la chimenea. El recuerdo que uno tiene de ellos está en el tiempo psicológico. Uno recuerda cómo los ha querido, cómo ellos lo han querido a uno, la ayuda que significaban, nos ayudaban a encubrir la propia soledad. El recuerdo de ellos es un movimiento del tiempo. Ayer estaban ahí y hoy han desaparecido. O sea, que se ha formado un registro en el cerebro. Ese recuerdo es una grabación en la cinta del cerebro; y esa cinta se está reproduciendo todo el tiempo; cómo uno ha paseado con ellos por los bosques, los recuerdos sexuales, el compañerismo que había, el consuelo que uno derivaba de ellos. Todo eso ha desaparecido y la cinta continúa funcionando. Esa cinta grabada es la memoria y la memoria es tiempo.

   … El tiempo es el pasado, ¿correcto? El tiempo es el futuro y el tiempo es el presente. Todo el ciclo es tiempo. El pasado, nuestro trasfondo, lo que hemos pensado, las cosas por las que hemos pasado, nuestras experiencias, nuestro condicionamiento como cristianos, hindúes, budistas y todo eso; sin el pasado no estarían ustedes aquí. Han sido programados por dos mil años y los hindúes por cinco mil años. Como una computadora, ellos repiten, repiten y repiten. Por lo tanto, el pasado es el presente; lo que ustedes son ahora es la consecuencia del pasado. Y el mañana, o dos mil mañanas, es lo que son ahora; así que el futuro es ahora. En el ahora está contenido todo el tiempo. Esto también es un hecho, una realidad, no una teoría.

   … El futuro es la esperanza de todo político, de todo reformador y revolucionario, de todo el que busca la virtud y lo que llamamos Dios. Decimos que vivimos por la esperanza; pero ¿es así? ¿Es vivir, cuando el pasado o el futuro nos dominan? ¿Es el vivir un movimiento del pasado al futuro? Cuando hay preocupación por el mañana, ¿estáis viviendo? Por haberse vuelto tan importante el mañana es por lo que hay falta de esperanza, desesperación. Si el futuro es lo importante y vivís para él y por él, entonces el pasado es el motivo de la desesperación. Por la esperanza del mañana sacrificáis el hoy, pero la felicidad siempre está en el ahora. Son los desdichados los que llenan sus vidas con el interés por el mañana, que llaman esperanza. Vivir felizmente es vivir sin esperanza. El hombre de esperanzas no es un hombre feliz, conoce la desesperación. El estado de desesperanza proyecta la esperanza o el resentimiento, la desesperación o el brillante futuro.

   … Estoy observando y digo, el observador dice que el inconsciente es el pasado, el inconsciente es la raza en la que nací, la tradición; no sólo la tradición de la sociedad, sino de la familia, del nombre, el residuo de toda la cultura india, el residuo de toda la humanidad con todos sus problemas, ansiedades, sentimientos de culpa, etc. Soy todo eso, soy el inconsciente que es el resultado del tiempo, de muchos miles de ayeres, y el ‘yo’ lo está observando. Ahora bien, ¿quién es el observador? Una vez más, averígüenlo por sí mismos, descubran quién es el observador. No esperen a que yo se lo diga.

   … «Cultivo» significa tiempo. Puedo cultivar cebollas, pero no amor.”

   J. Krishnamurti


¿POR QUÉ ESTA CREDULIDAD?


   “… Si queremos comprender el hecho, las opiniones no son necesarias; todo lo contrario, las opiniones son un impedimento. Para investigar la conciencia uno debe estar libre, no puede estar atado a una teoría o conocimiento. Así que el primer requisito para un ser humano serio que quiere aprender es estar libre para investigar, lo cual significa no tener miedo, estar libre para mirar, para observar, para cuestionar, para ser inteligentemente escéptico y no aceptar ninguna opinión. Vamos a investigar algo que exige toda nuestra atención, y no podrán estar atentos si tienen opiniones, ideas, fórmulas o conocimientos de lo que otras personas han comentado. Como decíamos el otro día, si uno camina bajo la luz de otro, no importa quien le haya dado esa luz, le conducirá a la oscuridad. Uno sólo puede caminar bajo la luz de su propia comprensión si hay atención y silencio, lo cual exige muchísima seriedad.

   … Si me rebelo contra la religión a la que pertenezco, como reacción me uniré a otra religión, porque me ofrece, o eso creo, mayor libertad y sensaciones, una nueva serie de frases, enunciados, dogmas e ideologías; pero debido a esa reacción seré incapaz de investigar. Sólo una mente libre, una mente que no reacciona, puede investigar; no sólo la mente humana, sino también toda la estructura psicológica del orden social del que uno forma parte, cuestionando, dudando, siendo escéptico. Para indagar, para cuestionar, para descubrir, hace falta una inmensa libertad y no grandes reacciones. Si hay libertad, hay pasión, y una intensidad que no tiene relación alguna con la intensidad o la pasión de la reacción. La pasión, la intensidad, la vitalidad, la energía de la libertad no tiene límites, mientras que el entusiasmo, el interés, la vitalidad de la reacción puede cambiar y ser modificada.

   … Por favor, no acepten lo que se les está diciendo; si lo hacen, ello no tendrá ningún significado. Si no empiezan por dudar, cuestionar, por ser escépticos a fin de inquirir, si se aferran a sus propias creencias particulares, a la propia fe, a la experiencia o al conocimiento que han acumulado, entonces reducirán todo esto a alguna clase de pequeñez con muy escaso significado. Si así lo hacen, no estarán encarando el tremendo problema a que se enfrenta el hombre.

   … ¿Por qué el hombre, que es tan altamente refinado en una dirección carece por completo de inteligencia en otras direcciones? ¿Se termina el conflicto por medio de los conocimientos, conocimientos acerca de uno mismo, o acerca del mundo, conocimiento sobre la materia, más estudios sobre la sociedad para tener mejores organizaciones e instituciones, adquiriendo así más y más conocimientos? ¿Resolverá eso nuestro conflicto humano? ¿O es que la libertad con respecto al conflicto nada tiene que ver con el conocimiento?

   … Muchos intelectuales en todo el mundo huyen asustados de la religión. Ellos ven lo que son las religiones en el mundo actual, con sus creencias, dogmas, rituales y la organización jerárquica de su existencia establecida; y más bien se burlan y escapan de cualquier cosa que tenga algo que ver con la religión. Y a medida que envejecen y se acercan a ese umbral llamado muerte, recaen con frecuencia en su antiguo condicionamiento; se vuelven católicos o siguen a algún gurú de la India o del Japón. En todo el mundo la religión ha perdido su credibilidad y ya no tiene significado alguno en la vida cotidiana. Cuanto más uno las examina y más advierte el contenido íntegro de todas las estructuras religiosas, más escéptico se vuelve sobre todo este asunto; y, como los intelectuales, nada quiere tener que ver con eso. Y los que no son escépticos, tratan a las religiones románticamente, emocionalmente o como una forma de entretenimiento.

   … La meditación sólo tiene significado cuando se comprende al meditador. Al practicar lo que llaman meditación, el meditador está separado de la meditación, ¿no es cierto? ¿Por qué existe esta diferencia, esta separación entre ambos? ¿Es inevitable o es necesario poner fin a esa separación? Sin comprender realmente la verdad o la falsedad de esta aparente división, los resultados de la llamada meditación son semejantes a los que pueden producirse por medio de cualquier tranquilizante que se tome para aquietar la mente. Si nuestro propósito es dominar el pensamiento, entonces servirá cualquier sistema o droga que produzca el efecto deseado. «Pero usted elimina de un plumazo todos los ejercicios de yoga, los sistemas tradicionales de meditación que han practicado y recomendado a lo largo de los siglos los innumerables santos y ascetas. ¿Cómo pueden estar todos ellos equivocados?»

   ¿Pero por qué no pueden estar todos ellos equivocados? ¿Por qué esta credulidad? ¿Acaso un escepticismo atemperado no ayuda a entender todo este problema de la meditación? Si acepta lo que dicen es porque está deseando obtener resultados, tener éxito, quiere "llegar". Para comprender qué es la meditación debe dudar, investigar, la mera aceptación destruye la posibilidad de investigar. Tiene que ver por sí mismo lo falso como falso, la verdad en lo falso, y la verdad como verdad, porque nadie puede instruirle en esto. La meditación es el camino de la vida, forma parte de la existencia diaria, y la plenitud y la belleza de la vida sólo se pueden comprender a través de la meditación. Sin comprender toda la complejidad de la vida y las reacciones cotidianas momento a momento, la meditación se convierte en un proceso de autohipnosis. La meditación del corazón es la comprensión de los problemas diarios; no puede ir muy lejos si no empieza desde muy cerca.”

   J. Krishnamurti

¿PODEMOS SER NOSOTROS PARTE DE ESE INMENSO MOVIMIENTO DE LA VIDA?

 

   “… ¿Es el universo, nuestra idea del universo, diferente de nosotros? Todo es un solo movimiento, las estrellas, los cielos, la luna, el sol; una energía tremenda. Nuestra energía es muy limitada. ¿Podemos romper con esa limitación y ser nosotros parte de ese inmenso movimiento de la vida?

   … Estamos, pues, recorriendo juntos una calle muy larga, eso requiere energía, y vamos a examinar esta pregunta: ¿Qué es el amor? Para investigar esto muy profundamente, muy a fondo, también tenemos que preguntarnos: ¿Qué es la energía? Cada gesto que hacemos se basa en la energía. Mientras ustedes escuchan al que habla están empleando energía. Construir una casa, plantar un árbol, hacer un ademán, conversar, todas estas cosas requieren energía. El llamado del cuervo, la salida y puesta del sol, todo esto es energía. El llanto de un bebé cuando sale del vientre materno es parte de la energía. Tocar el violín, hablar, casarse, tener sexo, todo en la tierra requiere energía.

   Empezamos, pues: ¿Qué es la energía? Éste es uno de los interrogantes que se plantean los científicos. Y dicen: La energía es materia. Puede que sea materia, pero antes de eso, ¿qué es la energía primordial? ¿Cuál es el origen, la fuente? ¿Quién ha creado esta energía? Tengan cuidado; no digan «dios» y se escapen con eso. No acepto a dios. Quien les habla no tiene «dios». ¿De acuerdo?

   ¿Qué es, entonces, la energía? Estamos investigando, no aceptando lo que los científicos tienen que decir al respecto. Y si pueden, abandonen todo lo que los pueblos antiguos han dicho; déjenlo a la orilla del camino. Nosotros haremos un viaje juntos.

   El cerebro de ustedes, que es materia, es la experiencia acumulada de un millón de años, y toda esa evolución implica energía. Así que me pregunto, ustedes se lo preguntan, si hay una energía que no está contenida, animada o incluida dentro del campo del conocimiento; o sea, dentro del campo del pensamiento. ¿Hay una energía no generada por el pensamiento?

   … También tenemos la energía psicológica, que se disipa de varias maneras. Para tener esa energía psicológica, la mente busca estímulos. El ir a la iglesia, presenciar un partido de fútbol, leer literatura, escuchar música, asistir a reuniones como ésta, todas estas cosas les estimulan; y si lo que quieren es que les estimulen, eso significa que psicológicamente son dependientes. Todas las formas de buscar estímulos implican depender de algo, ya sea una bebida, una droga, un orador o ir a la iglesia; y seguramente, el depender de los estímulos, de la forma que sea, no sólo embota la mente, sino que también contribuye a disipar la energía. Así que, para conservar la energía, tiene que desaparecer toda forma de dependencia, toda clase de estímulos; y para que desaparezca esa dependencia, uno tiene que darse cuenta de ésta.

   Tanto si uno depende del estímulo de su esposa o marido, como de un libro, del trabajo que hace en la oficina, o de ir al cine, es decir, de cualquier estímulo que uno busque; ante todo, tiene que darse cuenta del estímulo. El limitarse a aceptar estímulos y vivir con ellos disipa la energía y deteriora la mente. Ahora bien, si uno percibe los estímulos y descubre todo su significado en su propia vida, podrá librarse de ellos. Por medio del conocimiento de uno mismo, lo cual no es condenación de sí mismo ni todo eso, sino simplemente darse cuenta de sí mismo sin elección, uno aprende acerca de todo lo relativo a la influencia, la dependencia y los estímulos; y ese movimiento mismo de aprender le da a uno la energía necesaria para liberarse de toda dependencia del estímulo.

   … Dije que requiere energía vivir con ‘lo que es’; y se pregunta cómo adquiere uno energía. Os ruego que investiguéis esto. Obtenéis energía cuando no tenéis conflicto, cuando no hay contradicción en vuestra mente, ni lucha, ni violencia; cuando no estáis arrastrados en opuestas direcciones por innumerables deseos. Disipáis esa energía adorando el éxito, queriendo ser algo, queriendo ser famoso, queriendo realizar; ya conocéis las innumerables cosas que hacemos, que producen contradicción. Disipamos nuestra energía yendo al psiquiatra, a las iglesias, en las innumerables evasiones que buscamos. Si no hay contradicción, si no hay temor de los dioses, de lo último o de vuestro prójimo, de lo que otro diga, entonces tenéis energía, no en escasa cantidad sino abundante. Y es necesario que tengáis esa energía, esa pasión, para seguir hasta el fin mismo cada pensamiento, cada sentimiento, cada sugerencia, cada intimación.

   … Como sabéis, todos queremos ser terriblemente respetables, ¿no es así?, los jóvenes tanto como los viejos. La respetabilidad significa reconocimiento por parte de la sociedad; y la sociedad sólo reconoce a los que tienen éxito, a los que son importantes, a los famosos, e ignora a los demás. Adoramos, pues, el éxito y la respetabilidad. Y cuando no os preocupa que la sociedad os crea o no respetables, cuando no buscáis éxito, no queréis llegar a ser alguien, entonces hay intensidad, lo que significa que no hay miedo y que no hay conflicto, ni interna contradicción y, por consiguiente, tenéis abundante energía para seguir el hecho hasta el fin mismo.

   … Si no se compara con otro, será lo que usted es. Por medio de la comparación, usted espera evolucionar, crecer, volverse más inteligente, más hermoso. ¿Pero lo será usted? El hecho es lo que usted es y al compararse, está fragmentando el hecho, lo cual es una pérdida de energía. Ver lo que es usted realmente, sin ninguna comparación, le da tremenda energía para mirar. Cuando puede verse sin compararse con nadie, se coloca más allá de la comparación, lo cual no significa que el contentamiento haya estancado la mente. Así vemos en esencia cómo la mente gasta la energía que es tan necesaria para comprender la totalidad de la vida.”

   J.  Krishnamurti


REALIZARNOS EN ALGO HA LLEGADO A SER EXTRAORDINARIAMENTE IMPORTANTE

 

     “… Dije que la relación es un proceso en el que nos revelamos a nosotros mismos. Si el pensamiento se permite a si mismo percibir, sin obstáculo alguno, su propio proceso en la acción e interacción que tiene lugar en las relaciones, eso da principio a la comprensión de las causas de conflicto y sufrimiento; esta comprensión es la verdadera confianza en uno mismo. Hasta que uno no comprende plenamente el proceso del anhelo con su miedo autodefensivo, que muy a menudo se revela en la relación con otro o con la sociedad, la autoexpresión llega a ser tan sólo una barrera que separa al hombre del hombre. Esta amplia percepción alerta requiere persistente interés y discernimiento, que constituyen la verdadera meditación.

   … Si nuestro propósito es el resultado del deseo consciente o inconsciente de exaltación propia, la ambición es necesaria para alcanzarlo. Tal ambición, siendo expresión del anhelo de éxito personal, debe producir una acción antisocial y sufrimiento en la relación. Uno debe captar el significado subyacente de la ambición. La ambición es un deseo ardiente de distinción y logro personal, el cual se vuelve cruel y competitivo en la acción. Concedemos suma importancia a la autoexpresión, sin comprender plena y profundamente qué es lo que se está expresando. En la sociedad moderna, el hecho de que uno se exprese ambiciosamente a sí mismo, no se considera antisocial e incluso recibe honores. Esta forma de ambición es condenada por aquéllos que son ambiciosos espiritualmente; es decir, condenan el espíritu mundano; pero, no obstante, anhelan el logro y el éxito en otras esferas. Ambas formas de ambición son la misma cosa, ambas implican la expansión del "yo", del sí mismo.

   … De modo que, a menos que captemos el significado de la autoexpresión, su propósito y su actividad, el mero aspirar a un ideal llega a ser una forma de exaltación propia. A menos que veamos el significado interno del anhelo, la mera legislación externa y las promesas religiosas, no podrán poner freno al deseo de dominación, de poder y éxito personal. Al tornarnos intensamente conscientes del proceso que implica el anhelo, con sus múltiples ambiciones y búsquedas, nace no sólo la voluntad de refrenarlo, sino también la comprensión, cuya expresión creativa no pertenece al "yo", al sí mismo.

   … Toda religión, toda sociedad y cultura se da cuenta de que el «yo» desea expresarse; la autoexpresión es tremendamente importante en el arte; es también muy importante en su afirmación por dominar. Toda religión ha tratado de destruir el yo. «No se preocupe por el «yo», «ponga a Dios en su lugar, o sustitúyalo por el Estado». Pero eso no ha tenido éxito. El yo se ha identificado a sí mismo con Dios, no importa lo que eso sea, y así continúa. Estamos diciendo: «Observemos ese yo en funcionamiento, aprendamos sobre él, observémoslo, démonos cuenta de él, no lo destruyamos». No digamos: «Tengo que deshacerme de él», o «tengo que cambiarlo», sino limitémonos a observarlo, sin elección alguna, sin ninguna distorsión; y entonces, con ese mismo observar y aprender, se desvanece el yo.

   Las personas que se ocupan de la autoexpresión están, en su mayoría, interesadas en ellas mismas. El artista, famoso o no, pertenece a esa categoría. Es el ‘yo’ el autor de la fragmentación. En ausencia del ‘yo’ hay percepción. La percepción es acción, y eso es la belleza.

   Estoy seguro que el escultor que cinceló el Mahesha Murti de Elephanta, lo creó en su meditación. Antes de que usted haya puesto su mano en una piedra o en un poema, el estado tiene que ser el de meditación. La inspiración no debe provenir del ‘yo’.

    … Anteayer, cuando aquel señor preguntó cuál es la verdadera función del pensamiento, recordaréis que hablamos sobre la respuesta de la mente al reto. Cuando la pregunta es familiar, se produce una respuesta inmediata. Si la pregunta es un poco más complicada, abstrusa, la respuesta tarda, y en ese espacio de tiempo estáis pensando; es decir, buscando en la memoria y luego respondiendo, como las computadoras, por asociación. Una pregunta aún más complicada requiere un intervalo mayor. Ahora bien, estas tres respuestas, que el otro día llamamos a), b) y c), todas forman parte del proceso del pensamiento, dentro del campo de lo conocido. Dentro de ese campo podéis producir, inventar, podéis pintar cuadros, podéis hacer las cosas más extraordinarias, incluyendo el viaje a la Luna; pero eso no es creación. Esta eterna búsqueda de realización y autoexpresión es por completo infantil, al menos para mí.

   … Ahora bien, la mayoría de nosotros estamos buscando realización, sea en la familia, en las relaciones o en alguna forma de acción o autoexpresión. Realizarnos en algo ha llegado a ser extraordinariamente importante. Si no hubiera temor ninguno, no habría ningún afán de realización. Es nuestra constante actividad egocéntrica la que nos separa y produce miedo, ansiedad, un extraordinario sentimiento de soledad, de aislamiento, y en consecuencia ansiamos realización, alguna forma de autoexpresión. Una mente que no tiene miedo de ninguna clase, no necesita realizar. Si uno comprende este hecho, fundamentalmente, no sólo no existe entonces afán de autorrealización, sino que tampoco hay frustración. Mas, para la mayoría de nosotros la vida es frustración; y para comprender todo este proceso de la frustración, no sólo tenemos que darnos cuenta de ella, sino también poner al descubierto toda actividad, todo pensamiento, todo sentimiento mediante los cuales estamos buscando plenitud, tratando de expresarnos; dejar al descubierto, no en el sentido de reaccionar contra ello, sino de revelarlo tan por completo, que lo comprendamos.”


   J. Krishnnamurti


¿NO REPARAN USTEDES EN ESTA EXTRAORDINARIAMENTE DIVIDIDA ENTIDAD HUMANA?

 

   “…Nuestra conciencia se halla programada por miles y miles de años para que pensemos en nosotros mismos como individuos, como entidades separadas que luchan, en permanente conflicto, desde que nacen hasta que mueren. Estamos programados para eso, lo hemos aceptado. Jamás lo hemos puesto en tela de juicio; no nos hemos preguntado nunca si es posible vivir una vida absolutamente desprovista de conflictos. Si nunca nos lo preguntamos, nunca aprenderemos al respecto. No hacemos sino repetir. Forma parte innata de nuestra existencia el hallarnos en conflicto, “la naturaleza está en conflicto”, ése es nuestro argumento, y consideramos que únicamente a través del conflicto hay progreso. Las organizaciones religiosas han sostenido a lo largo de la historia la idea de la salvación individual. Nosotros estamos cuestionando muy seriamente si existe una conciencia individual, si cada uno de nosotros, como ser humano, tiene una conciencia separada del resto de la humanidad. Y ustedes tienen que responder a esto, no meramente jugar con ello.

   … Mi cuerpo puede ser diferente de otro cuerpo, el organismo físico puede ser diferente de otro organismo físico, pero el cuerpo nunca dice: “Yo soy”; el cuerpo nunca dice: “Yo soy algo especial”; nunca dice: “Mi progreso, mi éxito, yo debo encontrar a Dios”, y todas esas cosas. El cuerpo jamás es consciente de que está separado de alguna otra persona. Es el pensamiento el que dice que yo soy diferente. Es importante ver cómo el pensamiento divide. Por lo tanto, lo que primero uno advierte cuando mira este vasto movimiento de la vida, es cómo el hombre se ha dividido, cómo se ha separado de los otros hombres al considerarse a sí mismo como americano, judío, ruso, árabe, hindú, y así sucesivamente. ¿No reparan ustedes en esta extraordinariamente dividida entidad humana? ¿Se dan cuenta de eso? Si lo hacen, lo primero que ven es cómo el mundo se halla dividido geográfica, nacional, racial y religiosamente. Esta división está causando inmensos conflictos, está originando las guerras, el hindú contra el musulmán, el ruso contra el afgano, etc. Acaso no es eso lo primero que ven ustedes en este mundo, ¿cómo el hombre ha creado esta división? Esta división tiene que existir inevitablemente porque es el pensamiento el que la ha creado.

   … Cuanto más y más se ocupan ustedes de la seguridad, tanto mayor se vuelve ese vacío. Cuanto más acumulan riqueza, poder, posesiones, tierras, virtudes, tanto más superficiales son sus pensamientos y sus emociones. Así que todos estos obstáculos, el amoldamiento, la autoridad, que está incluida en la seguridad, dan vitalidad a esa conciencia que ustedes llaman la conciencia del “yo”. Estos diversos manojos de obstáculos son los que crean al “yo” y, habiendo creado ese “yo”, pensamos que expandirlo más y más implica progreso. Entonces vienen ustedes a escucharme y oyen algo que se opone totalmente a eso, por lo que dicen: “Me he esforzado en acumular”, que es lo que han hecho. Han buscado y escogido virtudes, patrones de conducta, métodos; han buscado y desarrollado esmeradamente la opción, la cual no es más que astucia, han procurado reunir posesiones, ya sean mundanas o supermundanas, tales como las virtudes. Así que han hecho esfuerzos tremendos para acumular y, cuando yo digo que estas cosas son obstáculos, ustedes empiezan a usar el mismo esfuerzo para librarse de ellos.

   … Ninguna descripción de la verdad puede ser duradera, porque sólo puede ser una ilusión hecha de palabras. Uno no puede conocer el amor mediante la descripción de otro; para conocer el amor, uno mismo debe experimentarlo. No podemos conocer el gusto de la sal hasta que hemos probado la sal por nosotros mismos. Sin embargo, gastamos nuestro tiempo buscando una descripción de la verdad, en vez de tratar de descubrir la manera de realizarla. Digo que no puedo describir, no puedo poner en palabras esa realidad viviente que está más allá de toda idea de progreso, de crecimiento. Cuídense del hombre que trata de describir esa realidad viviente, porque ésta no puede ser descrita; debe ser experimentada, vivida.

   … Así que nos preguntamos: ¿El pensamiento y el tiempo operan juntos, o son dos cosas diferentes? ¿O sólo existe el pensamiento que está dividido como tiempo, como progreso, evolución, devenir? Señores, tengan la bondad de explorar todo esto. Investiguen, descubran. No permitan que sus cerebros se emboten a causa del conocimiento. La vida es tanto intelecto como emoción y sensaciones. Pero si uno deja que el pensamiento lo domine todo, tal como ocurre con ustedes, entonces la vida se fragmenta, se vuelve hueca y superficial.

   … El pensamiento es la respuesta de la memoria, de las experiencias almacenadas en el cerebro y que se ha convertido en conocimiento. El conocimiento, así pues, indefectiblemente es el pasado, y el pensamiento surge de él. Esto es incuestionable; quiero decir, es así. Bien, ¿es esto para usted una idea o es un hecho que percibe por sí mismo? ¿Ve usted por sí mismo que el progreso del hombre a través del conocimiento es una falacia, que el hombre puede progresar tecnológicamente quizá, pero que, en el aspecto psicológico, si continúa acumulando conocimiento está preso en una trampa? ¿Lo ve usted? O lo que hace es derivar una idea cuando lo oye y añadir: «¿Qué trata exactamente de decir?».

 … Mientras utilicemos el conocimiento técnico para el ascenso y la glorificación del individuo o del grupo, las necesidades del hombre jamás serán organizadas sana y eficazmente. Es ese deseo de seguridad psicológica mediante el progreso técnico, que está destruyendo la seguridad física del hombre.” 

     J. Krishnamurti


LA CULTURA EN LA CUAL VIVIMOS MODELA NUESTRO PENSAMIENTO

 

   “… Estamos relacionados unos con otros y esa relación crea esa estructura que llamamos «sociedad», y esa estructura es la que controla la relación. Es decir, usted y yo estamos relacionados, estamos en comunión el uno con el otro, y desde esa comunión, esa relación, creamos y edificamos esa estructura llamada «sociedad». Esa sociedad controla nuestras mentes, moldea nuestros corazones y nuestras acciones; no importa si vive en una sociedad comunista, en una sociedad hindú o cristiana. La sociedad, con su estructura, moldea la mente de todos los seres humanos, ya sea de forma consciente o inconsciente; la cultura en la cual vivimos, con sus tradiciones, religiones, su política, su educación, etc., tanto en el pasado como en el presente, modela nuestro pensamiento. Así pues, para producir una verdadera revolución debe haber una revolución y una crisis en la conciencia, y es necesario cuestionar la estructura de la sociedad.

   … Vamos a investigar la estructura de la sociedad. Esa estructura nace del pensamiento, y nuestro cerebro actual es el resultado de esa estructura social, un cerebro entrenado para competir, para alcanzar metas. Así, como decía, para conseguir poder y para ganar dinero por medios corruptos u honrados. El cerebro es el resultado de esa sociedad, de la cultura en la que nos hemos educado, de los prejuicios, de los dogmas, de las creencias y tradiciones, de la religión. Nuestro cerebro es todo eso; es el resultado del pasado. Por favor, obsérvense a sí mismos; no se limiten a escuchar lo que se está diciendo.

   … A la mayoría nos interesa este tema del cambio, pero lo buscamos a ciegas, estamos confundidos; sin embargo, aquellos de nosotros que seamos un poco serios debemos investigar esa cuestión de cómo generar un cambio en uno mismo. Según creo, la dificultad está en comprender que cualquier cambio en una mente condicionada sólo puede producir otro condicionamiento distinto y no una transformación. Si uno como hindú, como cristiano, o lo que sea, trata de cambiar dentro de ese modelo, eso no puede dar lugar a un cambio real; simplemente será, quizá, un condicionamiento aparentemente mejor, más cómodo, más conveniente, pero en lo fundamental no será un cambio.

   Creo que uno de los mayores obstáculos a los que nos enfrentamos es la creencia de que podemos cambiar dentro del modelo que tenemos; pero es evidente que cuando una mente condicionada por la sociedad, por cualquier cultura, trata de producir un cambio consciente dentro de ese modelo, sigue presa de un proceso de condicionamiento. Si esto está perfectamente claro, entonces nuestra investigación para descubrir lo que es la transformación, y si es posible producir un cambio radical en uno mismo, adquiere enorme interés, una importancia vital.

   … Ahora bien, mi pregunta es: ¿puede la mente dejar de estar condicionada? No se trata de que acepten lo que digo, eso sería demasiado estúpido. Pero si realmente les interesa, descubrirán por sí mismos la posibilidad de que la mente deje de estar condicionada. Sin duda, esa posibilidad sólo existe cuando uno se da cuenta de que está condicionado y no acepta ese condicionamiento como algo noble, o como una parte valiosa de la cultura social.

   … Para descubrir lo que es la verdad, la mente debe observarse a sí misma, debe conocerse a sí misma, lo cual significa estar alerta a todas sus demandas y exigencias conscientes e inconscientes, porque una mente que es el residuo de las tradiciones, de los valores de la llamada cultura y de la educación, esa mente es incapaz de descubrir lo que es la verdad. Puede decir que cree en Dios, pero su Dios no tiene ningún valor, porque sólo es la proyección de su propio condicionamiento.

   … La libertad está fuera de los muros, fuera del patrón de la sociedad; sin embargo, para liberarse de ese patrón uno tiene que comprender todo su contenido, lo cual significa comprender la propia mente. La mente ha creado la civilización actual, esa cultura y esa sociedad esclavas de la tradición; y sin comprender la mente misma, el simple hecho de rebelarse como comunista, socialista, esto o aquello, tiene muy poco valor. Por esa razón es tan importante conocerse uno mismo, darse cuenta de todas las actividades, de nuestros pensamientos y sentimientos; en esto consiste la educación, ¿verdad? Porque si uno se da plena cuenta de sí mismo, la mente se vuelve muy sensible y muy atenta.

   … La verdadera educación significa el despertar de la inteligencia, la creación de la vida integral, y solamente esa clase de educación puede crear una nueva cultura y un mundo pacífico; pero para llegar a alcanzar esta nueva clase de educación, debemos comenzar de nuevo sobre una base completamente diferente.

   … Hemos llegado a un punto de la historia en que es necesario crear una cultura nueva, una clase de existencia muy diferente, cuyos fundamentos no sean la industrialización y el consumo; tenemos que crear una cultura basada en una verdadera cualidad religiosa. Ahora bien, ¿cómo puede uno por medio de la educación dar origen a una mente que sea del todo distinta, una mente que no sea ambiciosa, que no sea envidiosa? ¿Cómo podemos crear una mente que, sin ser ambiciosa, sea extraordinariamente activa y eficiente, que tenga una auténtica percepción de lo que es verdadero en la vida cotidiana, lo cual, después de todo, es religión?”

   J. Krishnamurti

NADIE, SALVO VOSOTROS MISMOS, PUEDE CONDUCIROS A LA PAZ

 

   “… Creo que la mayoría de nosotros tiene una visión bastante amplia de lo que está sucediendo en el mundo. Al observar los procesos históricos, la espantosa parodia de la paz, uno se pregunta qué es todo esto. Pueblos enteros viven esclavizados, hay corrupción y se habla de democracia; las religiones han fracasado y sólo ha quedado la superstición. Está el peso muerto de la tradición, los innumerables gurús, adivinos, monjes, astrólogos; está la pobreza, la degradación, la desdicha de la existencia y también un hondo sentimiento de desesperación. De manera que, al ver este sufrimiento, ¿cuál es nuestra respuesta a todo eso? Lo que se necesita, según ciertas personas, no es un nuevo sistema o una nueva filosofía, sino más bien un nuevo tipo de liderazgo, una nueva clase de individuo que tenga inmensa autoridad, no sólo en el Estado, sino en la fuerza de sus propios ideales. Pero, ¿necesitamos realmente nuevos líderes? Lo que necesitamos es liberarnos de los líderes. 

   … No es cuestión de quién tiene el más grande poder militar. Es más bien el problema del hombre contra el hombre; es el hombre el que ha creado las ideologías y estas ideologías que el hombre ha creado están las unas contra las otras. Hasta que estas ideas, estas ideologías lleguen a su fin y cada hombre se vuelva responsable por los otros seres humanos, no podrá haber paz en el mundo.

   … Para comprender el caos y la miseria mundiales tendréis que entender vuestra propia confusión y dolor, pues de éstos provienen los más vastos problemas del mundo. Y para entenderos a vosotros mismos tendréis que manteneros constantemente en estado de conciencia alerta y meditativa, lo cual hará surgir a la superficie las causas de violencia y de odio, de codicia y ambición; estudiando dichas causas sin identificación, el pensamiento las trascenderá. Nadie, salvo vosotros mismos, puede conduciros a la paz. No hay más jefe ni sistema que pueda poner término a la guerra, a la explotación y a la opresión, que vosotros mismos. Sólo con vuestra reflexión, con vuestra compasión y con el despertar de vuestro entendimiento, podrá establecerse la paz y la buena voluntad.

   … Me encuentro en un estado de conflicto, de desdicha, de contradicción. Soy infeliz, violento, y ansío un refugio, un estado en el que no sufra perturbación. Acudo, por lo tanto, a diversos maestros, guías; leo libros, practico disciplinas que prometen lo que deseo; me reprimo, me domino, me adapto a fin de conquistar la paz. ¿Pero es eso paz? Lo cierto es que la paz no es algo que haya que buscar, pues viene sola. Es un derivado, no un fin en sí. Sobreviene cuando empiezo a comprender todo el movimiento de mí mismo, mis contradicciones, deseos, ambiciones y orgullo. Pero si hago de la paz un fin en sí, entonces vivo en un estado de estancamiento. ¿Es eso la paz? 

   … La paz no es una huida del mundo, de nuestras actividades cotidianas, sino que más bien tiene uno que descubrir lo que es aquella, mientras viva efectivamente en este mundo. Como ser humano que vive en un mundo en confusión, contradictorio, que sufre, ¿con qué profundidad reclama uno paz? Seguramente que nuestra manera de vivir, de conducirnos, la naturaleza de nuestras actividades diarias producirá paz de modo espontáneo si es que la queremos. Mas, me temo que muy pocos de nosotros la queremos; y cuando efectivamente queremos paz, lo que realmente deseamos es seguridad, consuelo, un estado en que no se nos perturbe nada. Está claro que no podemos seguir como estamos, con esta manera de pensar, de obrar; no es posible que sigamos de la forma en que vamos ahora. O va a haber un terrible estallido, o los seres humanos despertarán a una manera distinta de pensar, un modo diferente de vivir. 

   … En el reino psicológico, el tiempo es el enemigo del hombre. Queremos que la psique evolucione, crezca, se expanda, se realice, se convierta en algo más que lo que es. Jamás ponemos en tela de juicio la validez de tal deseo, de tal concepto; fácilmente, quizá muy contentos, aceptamos que la psique puede evolucionar, florecer, y que un día habrá paz y felicidad en el mundo. Pero en realidad no existe la evolución psicológica.

   … No piensen ustedes que mediante el mero desear la paz tendrán paz, cuando en su vida de relación son agresivos, codiciosos, y buscan la seguridad aquí o en el más allá. Tienen que comprender la causa central del conflicto y del dolor y entonces disolverla, no esperar a que la paz les llegue desde afuera. Pero ya lo ven, casi todos somos indolentes. Somos demasiado perezosos para encargarnos de nosotros mismos y comprendernos a nosotros mismos; siendo perezosos, lo cual es, en realidad, una forma de presunción, pensamos que otras personas resolverán este problema por nosotros y nos darán la paz, o que debemos destruir a las aparentemente pocas personas que causan las guerras. Cuando el individuo está en conflicto dentro de sí mismo, inevitablemente debe crear conflicto afuera; sólo él puede originar paz en sí mismo y, por consiguiente, en el mundo, porque él es el mundo.

   … Los jóvenes se dejan persuadir muy fácilmente por el sacerdote o por el político, por el rico o por el pobre, a pensar de una manera determinada; pero la verdadera clase de educación debe ayudarles a vigilar estas influencias para no repetir como loros los estribillos partidistas, ni caer en astutas trampas de ambición, ya sea la propia o la ajena. No deben permitir los jóvenes que la autoridad les sofoque el corazón, la mente. Seguir a otro por grande que sea, o adherirse a una ideología lisonjera, no ha de contribuir a la paz mundial. 

   … La paz no puede alcanzarse con reformas parciales ni con simples reajustes en las viejas ideas y supersticiones; sólo habrá paz cuando comprendamos aquello que yace más allá de lo superficial y, por tanto, detengamos esta ola de destrucción que hemos desatado con nuestra agresividad y nuestros miedos; solamente entonces habrá esperanza para nuestros hijos y para la salvación del mundo.”

   J. Krishnamurti