“…Nuestra conciencia se
halla programada por miles y miles de años para que pensemos en nosotros mismos
como individuos, como entidades separadas que luchan, en permanente conflicto,
desde que nacen hasta que mueren. Estamos programados para eso, lo hemos aceptado.
Jamás lo hemos puesto en tela de juicio; no nos hemos preguntado nunca si es
posible vivir una vida absolutamente desprovista de conflictos. Si nunca nos lo
preguntamos, nunca aprenderemos al respecto. No hacemos sino repetir. Forma
parte innata de nuestra existencia el hallarnos en conflicto, “la naturaleza
está en conflicto”, ése es nuestro argumento, y consideramos que únicamente a
través del conflicto hay progreso. Las organizaciones religiosas han sostenido
a lo largo de la historia la idea de la salvación individual. Nosotros estamos
cuestionando muy seriamente si existe una conciencia individual, si cada uno de
nosotros, como ser humano, tiene una conciencia separada del resto de la
humanidad. Y ustedes tienen que responder a esto, no meramente jugar con ello.
… Mi cuerpo puede ser
diferente de otro cuerpo, el organismo físico puede ser diferente de otro
organismo físico, pero el cuerpo nunca dice: “Yo soy”; el cuerpo nunca dice:
“Yo soy algo especial”; nunca dice: “Mi progreso, mi éxito, yo debo encontrar a
Dios”, y todas esas cosas. El cuerpo jamás es consciente de que está separado
de alguna otra persona. Es el pensamiento el que dice que yo soy diferente. Es
importante ver cómo el pensamiento divide. Por lo tanto, lo que primero uno advierte
cuando mira este vasto movimiento de la vida, es cómo el hombre se ha dividido,
cómo se ha separado de los otros hombres al considerarse a sí mismo como
americano, judío, ruso, árabe, hindú, y así sucesivamente. ¿No reparan ustedes
en esta extraordinariamente dividida entidad humana? ¿Se dan cuenta de eso? Si
lo hacen, lo primero que ven es cómo el mundo se halla dividido geográfica,
nacional, racial y religiosamente. Esta división está causando inmensos
conflictos, está originando las guerras, el hindú contra el musulmán, el ruso
contra el afgano, etc. Acaso no es eso lo primero que ven ustedes en este
mundo, ¿cómo el hombre ha creado esta división? Esta división tiene que existir
inevitablemente porque es el pensamiento el que la ha creado.
… Cuanto más y más se ocupan ustedes de la
seguridad, tanto mayor se vuelve ese vacío. Cuanto más acumulan riqueza, poder,
posesiones, tierras, virtudes, tanto más superficiales son sus pensamientos y
sus emociones. Así que todos estos obstáculos, el amoldamiento, la autoridad,
que está incluida en la seguridad, dan vitalidad a esa conciencia que ustedes
llaman la conciencia del “yo”. Estos diversos manojos de obstáculos son los que
crean al “yo” y, habiendo creado ese “yo”, pensamos que expandirlo más y más
implica progreso. Entonces vienen ustedes a escucharme y oyen algo que se opone
totalmente a eso, por lo que dicen: “Me he esforzado en acumular”, que es lo
que han hecho. Han buscado y escogido virtudes, patrones de conducta, métodos;
han buscado y desarrollado esmeradamente la opción, la cual no es más que
astucia, han procurado reunir posesiones, ya sean mundanas o supermundanas,
tales como las virtudes. Así que han hecho esfuerzos tremendos para acumular y,
cuando yo digo que estas cosas son obstáculos, ustedes empiezan a usar el mismo
esfuerzo para librarse de ellos.
… Ninguna descripción de la verdad puede ser
duradera, porque sólo puede ser una ilusión hecha de palabras. Uno no puede
conocer el amor mediante la descripción de otro; para conocer el amor, uno
mismo debe experimentarlo. No podemos conocer el gusto de la sal hasta que
hemos probado la sal por nosotros mismos. Sin embargo, gastamos nuestro tiempo
buscando una descripción de la verdad, en vez de tratar de descubrir la manera
de realizarla. Digo que no puedo describir, no puedo poner en palabras esa
realidad viviente que está más allá de toda idea de progreso, de crecimiento.
Cuídense del hombre que trata de describir esa realidad viviente, porque ésta
no puede ser descrita; debe ser experimentada, vivida.
… Así que nos
preguntamos: ¿El pensamiento y el tiempo operan juntos, o son dos cosas
diferentes? ¿O sólo existe el pensamiento que está dividido como tiempo, como
progreso, evolución, devenir? Señores, tengan la bondad de explorar todo esto.
Investiguen, descubran. No permitan que sus cerebros se emboten a causa
del conocimiento. La vida es tanto intelecto como emoción y sensaciones. Pero
si uno deja que el pensamiento lo domine todo, tal como ocurre con ustedes,
entonces la vida se fragmenta, se vuelve hueca y superficial.
… El pensamiento es la respuesta de la memoria, de las experiencias almacenadas en el cerebro y que se ha convertido en conocimiento. El conocimiento, así pues, indefectiblemente es el pasado, y el pensamiento surge de él. Esto es incuestionable; quiero decir, es así. Bien, ¿es esto para usted una idea o es un hecho que percibe por sí mismo? ¿Ve usted por sí mismo que el progreso del hombre a través del conocimiento es una falacia, que el hombre puede progresar tecnológicamente quizá, pero que, en el aspecto psicológico, si continúa acumulando conocimiento está preso en una trampa? ¿Lo ve usted? O lo que hace es derivar una idea cuando lo oye y añadir: «¿Qué trata exactamente de decir?».
… Mientras utilicemos el conocimiento técnico para el ascenso y la glorificación del individuo o del grupo, las necesidades del hombre jamás serán organizadas sana y eficazmente. Es ese deseo de seguridad psicológica mediante el progreso técnico, que está destruyendo la seguridad física del hombre.”
J. Krishnamurti