traductor para el blog blogger web

LA VERDAD NO SE ACUMULA; ELLA ES DE MOMENTO EN MOMENTO. LO QUE SE ACUMULA, LO ACUMULADO ES LA MEMORIA; Y MEDIANTE LA MEMORIA JAMÁS PODRÉIS HALLAR LA VERDAD

    

    “… Vamos pues, a examinar el tiempo. ¿Qué es el tiempo? Aparte del reloj, aparte de la salida y puesta del sol, la belleza del amanecer, la belleza del crepúsculo; aparte de la luz y la oscuridad, ¿qué es el tiempo? Por favor, si uno comprende realmente la naturaleza del tiempo en lo interno, descubrirá por sí mismo una sensación extraordinaria de estar absolutamente libre del tiempo.

   Señores, aprendan el arte de escuchar. Sepan escuchar a su esposa o a su esposo. Escuchen al hombre de la calle, su hambre, su pobreza, su desesperación y su falta de amor. Escúchenlo. Cuando lo hacen no existen los problemas, no hay confusión. Únicamente están escuchando y, por consiguiente, en el acto de escuchar, el tiempo desaparece.

   … El trabajo no es solo físico, por desgracia la mayoría tenemos que trabajar, sino que el trabajo también consiste en esa sensación de hacer lo que vemos que es correcto, hacerlo sin intervalo de tiempo entre percepción y acción. Cuando quien les habla era joven, al ver que el nacionalismo era un veneno dejó de ser hindú, simplemente dejó de serlo, nunca más fue hindú, terminé con todas estas supersticiones. Ya conocen todo lo que sucede en cada nacionalidad. Espero que no les importe si digo todo esto.

   … La hermandad es amor, ¿no es así? ¿Puede el amor ser cultivado paso a paso? ¿Es una cuestión de tiempo el amor? ¿Comprenden de qué estoy hablando? Si digo que habrá hermandad dentro de diez, o treinta, o cien años, ¿qué es lo que eso indica? Indica, ciertamente, que no amo, que no me siento fraternal. Cuando digo: "seré fraternal, amaré", el hecho real es que no amo, que no soy fraternal. En tanto piense en términos de "seré", no soy. Mientras que, si elimino de mi mente el concepto de ser fraternal en el futuro, puedo ver lo que realmente soy; puedo ver que no soy fraternal y puedo empezar a descubrir porqué. ¿Qué es lo importante, ver lo que soy o especular acerca de lo que seré? Ciertamente, lo importante es ver lo que soy, porque entonces puedo habérmelas con ello. Lo que seré está en el futuro, y el futuro es imposible de predecir. El hecho real es que carezco del sentido fraternal, que no amo verdaderamente; y es con ese hecho con el que puedo comenzar, comenzar a hacer algo al respecto. Pero decir que seré algo en el futuro es mero idealismo, y el idealista es una persona que está escapando de lo que es, escapa del hecho, el cual sólo puede ser cambiado en el presente.

   … Uno se pregunta si alguna vez han observado que son el movimiento de la memoria. La memoria es la facultad de recordar. Dónde encontrar la paz, la facultad del tiempo, es la continuidad de un incidente que sucedió hace cincuenta años o ayer; ese incidente ya pasó, pero la memoria es la capacidad de recordar ese incidente. Nosotros vivimos en la memoria, en ese movimiento cambiante, de reacciones que se moldea constantemente a sí mismo; somos eso. Pensamos que el progreso es expandirse, tener continuidad, acumular más información, como una computadora. La memoria es la facultad de recordar cosas del pasado, que pueden ser necesarias en el mundo de la tecnología, en el mundo físico.

   Si descubrimos que somos un movimiento en el tiempo, que es el movimiento de la memoria, ¿está la paz en la memoria? Uno puede recordar los días, las noches o las mañanas en las que vio la extraordinaria profundidad y belleza de la paz. Ese momento de percepción, de darse cuenta ya pasó, pero uno lo recuerda. El recuerdo no es el hecho, por tanto, vivimos de recuerdos de aquello que murió, que sucedió, que terminó. Por favor, no es algo deprimente o absurdo que de nuevo le demos la espalda; observen qué hace la memoria en nosotros. La memoria es nuestra programación como hindú, con todo el sinsentido que tiene; pensar que nuestra cultura es mejor que cualquier otra cultura porque tiene tres mil años o más de antigüedad, eso nos hace sentir muy orgullosos, porque la historia de otro es más reciente. Ustedes están condicionados igual que quien les habla, si es que él está condicionado. El condicionamiento es memoria, no es un hecho. Yo me aferro a mis recuerdos, que son cosas muertas, y ustedes se aferran a sus recuerdos como cristianos, hindúes, árabes, suizos, etc.

   … Cuando veis que la división de la sociedad en clases es falsa, que ella engendra conflictos, miseria y desunión entre las personas; cuando veis la verdad al respecto, esa verdad resulta libertadora. La percepción misma de esa verdad es transformación. Y como estamos rodeados de tantas cosas falsas, el percibir de instante en instante esa falsedad, es transformación. La verdad no se acumula; ella es de momento en momento. Lo que se acumula, lo acumulado es la memoria; y mediante la memoria jamás podréis hallar la verdad. La memoria, en efecto, pertenece al tiempo; el tiempo es el pasado, el presente y el futuro. El tiempo, que es continuidad, jamás puede descubrir aquello que es eterno. La eternidad no es continuidad. Lo que perdura no es eterno. La eternidad está en el instante. La eternidad está en el “ahora”. El “ahora” no es reflejo del pasado, ni continuación del pasado hacia el futuro a través del presente.

   … El hombre ha buscado a través de distintos dioses, ideologías y esperanzas algo que no estuviera atado al tiempo. El nacimiento de un nuevo bebé no es una indicación de algo eterno. La vida viene y se va. Existe la muerte, hay sufrimiento y todo el daño que el hombre puede hacer; y este movimiento de cambio, deterioro y nacimiento sigue estando dentro del círculo del tiempo.

   … El tiempo es pensamiento, y el pensamiento es producto del pasado. Lo que tiene continuidad, la causa que produce el efecto y el efecto que a su vez se convierte en la causa, es parte de este movimiento del tiempo. El hombre ha estado preso en esta trampa del tiempo, y utiliza todos los ardides del romanticismo y la imaginación para producir una imitación de lo que llama eternidad. Y desde esto surge el deseo, con su placer, por alcanzar la inmortalidad, un estado sin muerte que él espera experimentar a través de las imágenes de la mente.”

    J. Krishnamurti

                
            Audiotexto:

           

TENEMOS QUE CREAR UNA CLASE DE CULTURA TOTALMENTE DISTINTA, UNA CULTURA NO BASADA EN LA AUTORIDAD, SINO EN EL DESCUBRIMIENTO POR CADA INDIVIDUO DE LO QUE ES VERDADERO


   “… Como sabéis, la opinión, el juicio y la valoración son absolutamente fútiles frente a un hecho. Lo que penséis, la opinión que tengáis, la religión o secta a que pertenezcáis, las experiencias que hayáis tenido, estas cosas carecen de todo sentido ante un hecho. El hecho es mucho más importante que vuestro pensamiento sobre el hecho; tiene un significado mucho mayor que vuestra opinión, que se basa en vuestra educación, religión, cultura y condicionamiento particulares. No vamos pues, a tratar de opiniones, ideas, juicios; vamos, si podemos, a ver los hechos como son. Eso requiere una mente libre, una mente que sea capaz de mirar.

   Me pregunto si habéis pensado alguna vez sobre la cuestión de lo que significa mirar, ver. ¿Es meramente cuestión de percepción visual, o es que el ver, el mirar, es algo mucho más profundo que la mera acción de ver? Para la mayoría de nosotros el ver implica lo inmediato, lo que pasa hoy y lo que va a pasar mañana, y lo que va a pasar mañana está coloreado por el ayer. Nuestro mirar es pues, muy estrecho, muy miope, confinado, y nuestra capacidad de mirar es muy limitada. Creo que si quiere uno mirar, ver más allá de las colinas, de las montañas, de los ríos y de los verdes campos, más allá del horizonte, debe haber cierta clase de libertad. Requiere una mente muy firme, y una mente no es firme cuando no es libre. Y me parece muy importante que tengamos esta capacidad de ver, no meramente lo que queremos ver, no lo que es agradable según nuestras estrechas y limitadas experiencias, sino el ver las cosas como son; ver las cosas como son libera a la mente. Es por cierto una cosa extraordinaria el percibir de manera directa, sencilla, total. 

   … La mente que está tan condicionada, moldeada por el entorno, por la cultura en la que nacemos, ¿cómo puede descubrir aquello que no está condicionado? ¿Cómo puede una mente que en sí misma siempre está en conflicto descubrir lo que nunca ha estado en conflicto? De modo que, al indagar, esa búsqueda no tiene sentido. Lo que tiene sentido y significado es si la mente puede ser libre, si puede liberarse del temor, de todas sus mezquinas luchas egoístas, de la violencia y demás. ¿Puede la mente, la suya, liberarse de eso? Esa es la verdadera indagación. Y cuando la mente sea realmente libre, sólo entonces será capaz de preguntarse, sin ilusión alguna, si hay o no hay algo que sea absolutamente verdadero, intemporal, inconmensurable. ¿Sabe? Es realmente muy importante que averigüe esto por sí mismo, porque usted tiene que ser una luz para sí, no puede en modo alguno tomar la luz de otro o ser iluminado por él. Usted tiene que descubrir por sí mismo todo este movimiento de la vida, con toda su fealdad y belleza, sus placeres, aflicción y confusión, y salirse de esa corriente.

   … Algún gurú, algún individuo listo le puede decir a uno cuál es el más alto nivel, y uno puede repetir lo que ha oído, pero ese proceso no es descubrimiento. Es simplemente la aceptación de la autoridad, y la mayoría de nosotros aceptamos la autoridad, porque somos perezosos. Todo ello ha sido pensado, y nosotros nos limitamos a repetir como un disco de fonógrafo.

   Ahora bien, veo la necesidad del descubrimiento, porque es obvio que tenemos que crear una clase de cultura totalmente distinta, una cultura no basada en la autoridad, sino en el descubrimiento por cada individuo de lo que es verdadero, y ese descubrimiento exige libertad completa. Si una mente está sujeta, por larga que sea la cuerda, sólo puede funcionar dentro de un radio fijo, y por lo tanto no es libre. Así pues, lo importante es descubrir el más alto nivel en que pueda realizarse la revolución, y eso exige gran claridad de pensamiento, exige una buena mente, no una mente espuria, repetidora, sino una mente capaz de pensar con intensidad, razonar hasta el fin, clara, lógica y cuerdamente. Tiene uno que poseer una mente así, y sólo entonces es posible ir más allá.

   … Solo hay pues, la mente humana, solo hay el pensar, aquí o en Occidente; y es la tarea primordial de toda persona seria el inquirir sobre todo el proceso del pensar, porque toda acción surge del pensamiento. Sin pensar, no hay acción; y el pensar está ahora dividido en indio, europeo, esto o aquello, lo que significa que está condicionado, influido, moldeado por una particular cultura. Habiendo producido su propia cultura, la mente entonces queda atrapada en esa cultura, en esa sociedad; y comprender este proceso, penetrar en él y trascenderlo, es la función de todo ser humano responsable. Es solo cuando liberamos a la mente de su condicionamiento que podemos saber qué es el amor, qué es la compasión; y mientras sigamos siendo hindúes, maharashtrian, o lo que queráis, será total disparate el hablar sobre Dios, la verdad, el amor, la compasión.

   No es posible que llegue a existir un nuevo mundo a menos que cada uno de nosotros sienta que esta tierra es nuestra, vuestra y mía, para que vivamos en ella; y no podemos vivir en ella pacíficamente si yo me considero brahmín, o un gran santo, y os miro como un pobre hombre, un sirviente del cual se puede abusar. Somos un conjunto de seres humanos, y el cambio de corazón es mucho más importante que el cambio de legislación. Las leyes no pueden cambiar el corazón; y el corazón o la mente ambiciosa puede utilizar o soslayar cualquier clase de legislación para enriquecerse. Por eso es muy importante comprender todo esto, y no dividir el mundo en oriental y occidental.

   … Si la sociedad ayuda al hombre a encontrar lo real, entonces es esencial cualquier clase de reforma dentro de la sociedad; pero si la sociedad es un obstáculo para ese descubrimiento, ¿no debería el individuo romper con ella y buscar la verdad? Solo una persona así es verdaderamente religiosa, no el hombre que practica diversos rituales o el que aborda la vida por medio de patrones ideológicos. Cuando el individuo se libera de la sociedad y busca lo real, ¿acaso en su búsqueda misma no da origen a una cultura diferente?

     … La cultura es universal. La verdadera cultura es infinita, no pertenece a ninguna sociedad, a ninguna nación ni a ninguna religión.”

     J. Krishnamurti        

           
             Audiotexto:

           

¿QUÉ ES ESTE SENTIMIENTO DE CULPA, Y CUÁNDO SE DA CUENTA DEL MISMO?

    

   “… Señor, ¿qué entiende por pecado? Los cristianos tienen un concepto del pecado que usted no tiene, pero usted sí se siente culpable cuando tiene más dinero, cuando tiene una casa más grande que la de otra persona al menos debería. (Risas). Cuando va en un auto confortable y ve una cola de gente de una milla de largo esperando para tomar el autobús, eso le produce algo. O bien tiene lo que se llama un sentimiento de culpa, o quiere transformar algo radicalmente, no en el estúpido sentido económico, sino en el sentido religioso, de manera que estas cosas no puedan suceder en el mundo. O puede sentirse culpable porque se da cuenta de que tiene cierta capacidad, una comprensión que otros no tienen. Pero extrañamente, nunca nos sentimos culpables respecto de semejantes cosas; solo nos sentimos culpables en relación con cosas mundanas, por tener más dinero o una posición social mejor, etc. Ahora bien, ¿qué es este sentimiento de culpa, y cuándo se da cuenta del mismo? ¿Es una forma de lástima? La mayoría estamos ocupados con nosotros mismos, de distintas maneras, de la mañana a la noche, y consciente o inconscientemente nos movemos en esa corriente. Cuando hay un desafío repentino, ese movimiento de la ocupación consigo mismo se ve alterada, y entonces nos sentimos culpables, sentimos que estamos haciendo algo malo, o que no hemos hecho algo bien; pero ese sentimiento sigue estando dentro de la corriente de la actividad egocéntrica, ¿verdad? No sé si todos ustedes están siguiendo esto.

   ¿Por qué se siente culpable? Si está viviendo intensamente con todo su ser, si está plenamente consciente de todo a su alrededor y en su interior, del consciente al igual que del inconsciente, ¿dónde hay cabida para la culpa? El hombre que se siente culpable es el que vive en fragmentos, que está dividido en su interior. Una parte de él es buena, la otra parte es corrupta; una parte trata de ser noble, y la otra es innoble; una parte es ambiciosa, despiadada, y la otra parte habla de paz, de amor. Esa gente se siente culpable porque siguen estando dentro de la pauta de su propia creación. Mientras haya actividad egocéntrica, no puede superar el sentimiento de culpa, es imposible. Ese sentimiento solo desaparece cuando aborda la vida de manera total, con todo su ser; es decir, cuando no hay autorrealización de ninguna clase. Entonces descubrirá que el sentimiento de culpa no existe en absoluto, porque no está pensando en sí mismo. No hay ninguna actividad egocéntrica. 

   … Un hombre que experimenta no sabe qué va a resultar. Esa es la belleza de la experimentación. Si sabéis qué va a resultar de ello, no estáis experimentando. De suerte que el inconveniente de tener un instructor, una comunidad, un ashram, consiste en que hacéis de ello vuestra referencia, hacéis de ello vuestro refugio.

   La culpa no es tanto del "gurú" como del secuaz. Hacéis de vuestro gurú vuestra referencia, le entregáis vuestra vida para que os diga qué habréis de hacer. Ningún hombre puede decíroslo. Si él os dice qué habréis de hacer, él no lo sabe; un hombre que "sabe", no sabe. No busquéis una referencia, no busquéis refugios. Experimentad, cobrad confianza; entonces tendréis vuestra propia referencia, que es la verdad. Entonces os daréis cuenta de que vosotros sois la comunidad, vosotros sois vuestro propio "ashram". Donde vosotros estáis tiene mucha importancia, pues la verdad está muy cerca de vosotros si solamente miráis.

   … Vivo pues, en ese campo, en esa estructura, y si quiero investigar qué es la religión, qué es Dios, qué es la inmortalidad, qué es la belleza, no puedo hacerlo. Dependo de una autoridad. Y no tengo una base desde la cual razonar en este campo inmenso de la religión, ¿entiende señor? Así que eso es en parte culpa de nuestra educación y en parte de nuestra incapacidad para mirar cualquier cosa objetivamente; mirar un árbol sin toda la jerigonza del conocimiento, sin las pantallas, los bloqueos que me impiden mirar el árbol. Nunca miro a mi esposa, si es que tengo esposa, o a una amiga o a quien sea, nunca los miro. Los miro a él o a ella a través de las imágenes que tengo. Y las imágenes son cosas muertas. De modo que jamás miro una cosa viva. Jamás miro la naturaleza con todo su prodigio, su belleza, sus formas, su exquisitez, sino que estoy siempre interpretándola, tratando de pintarla, de escribir sobre ella o de disfrutarla, ¿me sigue?

   … Cuando vemos algo como una totalidad, ¿cómo puede haber problema alguno? Un problema solo surge cuando vemos la vida fragmentariamente. Observen la belleza de esto. Cuando ven la vida como un todo, entonces no hay en absoluto problema alguno. Solo una mente y un corazón y un cerebro, divididos como fragmentos, crean problemas. El centro de esta fragmentación es el «yo»; el «yo» es un producto del pensamiento, el cual carece de realidad propia. El ‘yo’, el ‘mi’, ‘mi’ casa, ‘mis’ muebles, ‘mi’ amargura, ‘mi’ desilusión, ‘mi’ deseo de llegar a ser alguien... el ‘mi’ es el producto del pensamiento; ‘mis’ apetitos sexuales, ‘mi’ rencor, ‘mi’ ansiedad, ‘mi’ culpa; el ‘mi’; el ‘yo’, que es producto del pensamiento, divide. Y ¿puede la mente mirar sin el ‘yo’? Como no puede hacer esto, mirar la vida sin el ‘yo’, ese mismo ‘yo’ dice: «me dedicaré a Jesús, a Buda, a esto, a aquello». ¿Comprenden? «Me convertiré en comunista y así me ocuparé de la totalidad del mundo». Cuando el «yo» se identifica con lo que considera que es lo más grande, eso sigue siendo parte del «yo».

   … El yo es el resultado de experiencias pasadas con todo su trasunto psicológico como se ve en el siguiente texto: “El ‘yo’ es el producto del tiempo, de un millar de experiencias, un millar de contradicciones, combates, ansiedades; el resultado del sentimiento de culpa, del dolor, la desdicha, el placer. Es el residuo del pasado, con todos sus temores.”

   … Mi relación existe sólo en el ahora, no en el pasado; porque si mi relación tiene raíces en el pasado, yo no estoy relacionado ahora. De modo que la libertad es compasión, y eso adviene cuando existe la real y profunda comprensión de que uno es el mundo y el mundo es uno. La libertad, la compasión, el orden, la virtud, la bondad, son un hecho único y absoluto. ¿Qué relación tiene entonces la no-bondad, que ha sido llamada el mal, la culpa, el pecado original, qué relación tiene eso con este maravilloso sentido de orden?”

    J. Krishnamurti

                
            Audiotexto:

           

APARENTEMENTE, LAS GRANDES CRISIS UNEN A LOS HOMBRES, A LOS SERES HUMANOS, EN NOMBRE DEL PATRIOTISMO, DE DIOS, EN NOMBRE DE LA PAZ ...

   

   “… Y bien, ¿podemos, al menos durante una hora, y quizá durante el resto de nuestra vida, pensar juntos? Pensar juntos en algo es posible, ¿verdad? Pensamos juntos cuando hay una crisis, como una guerra terrible. Entonces nos olvidamos de nuestras propias tonterías y la amenaza de algo mucho más grande como una guerra, nos une. Es obvio. Y si alguien no está de acuerdo con esto, lo matan, lo envían a la cárcel o le llaman cobarde, objetor de conciencia, etc. Aparentemente, las grandes crisis unen a los hombres, a los seres humanos, en nombre del patriotismo, de Dios, en nombre de la paz, etc. Por suerte, a corto plazo no tenemos una crisis como la guerra, por eso cada uno hace lo que quiere y se estimula ese interés. Así es como gradualmente perdemos nuestra libertad. Me pregunto si se dan cuenta de todo esto.

   … Esta es una cuestión muy complicada que requiere muy cuidadoso estudio; y espero que tendréis la paciencia de ir conmigo paso a paso y no quedaros en la mitad del camino. Sabemos cuáles son las causas de la guerra. Ellas son bastante obvias y hasta un escolar puede verlas; la codicia, el nacionalismo, la búsqueda del poder, las divisiones geográficas y nacionales, los conflictos económicos, los Estados soberanos, el patriotismo, el que una ideología de izquierda o de derecha trate de imponerse a otra, etc. Esas causas de guerra son engendradas por vosotros y por mí. La guerra es la expresión espectacular de nuestra existencia diaria, ¿no es así?

   … Por lo tanto, el modo como actuará en tiempos de guerra depende de usted, de la condición, del estado de su propio ser. A un hombre que está condicionado para la violencia, es completamente inútil decirle: "usted no debe ir a la guerra." Es una pérdida de tiempo decirle que no pelee, porque está condicionado para pelear, le gusta pelear. Pero aquellos de nosotros que tenemos un propósito serio, podemos investigar nuestras propias vidas; podemos ver cómo somos violentos en nuestras existencias cotidianas, en nuestra manera de hablar, en nuestros pensamientos y sentimientos, en nuestras acciones; y podemos liberarnos de esa violencia, no por medio de un ideal, no tratando de transformarla en no violencia, sino afrontándola realmente mediante el simple hecho de estar atentos a ella; entonces, cuando la guerra llegue, seremos capaces de actuar correctamente.

   Un hombre que busca un ideal actuará falazmente, porque su respuesta estará basada en la frustración. Mientras que, si somos capaces de tomar conciencia plena de nuestros pensamientos, sentimientos y actos en la vida cotidiana, sin condenarlos, sino estando plenamente atentos a ellos, entonces nos liberaremos del patriotismo, del nacionalismo y todas esas tonterías, que son los símbolos mismos de la violencia. Y al estar libres de ellos, sabremos cómo actuar correctamente cuando llegue esa crisis que llamamos guerra.

   … En la escuela son educados esmeradamente para el patriotismo, por medio de los libros de historia que dicen que el país de ustedes ha derrotado a algún otro país, que es mejor que otros países. ¿Por qué ha habido esta preparación de la mente para el patriotismo, el cual, a mi entender, es una cosa antinatural? No es que no tengan que apreciar la belleza de un país, más tal vez que la de otros países; pero esa apreciación no tiene nada que ver con el patriotismo, es apreciación de la belleza. Por ejemplo, hay ciertas partes del mundo donde no crece un solo árbol, donde el Sol es deslumbrante y abrasador, pero eso tiene su propia belleza. Por cierto, un hombre que gusta de la sombra, de las hojas que danzan, no por eso es patriótico. El patriotismo ha sido cultivado, ejercitado como un medio de explotación. No es una cosa instintiva en el hombre. Lo instintivo en el hombre es la apreciación de la belleza, no el decir "mi país". Pero eso ha sido cultivado por aquellos que desean buscar mercados extranjeros para sus mercancías. O sea, si tengo en mis manos los medios de producción y he saturado este país con mis productos y, entonces, quiero expandirme, tengo que ir a otros países, tengo que conquistar mercados en otros países. Por lo tanto, debo disponer de medios de conquista. Así que digo, "nuestro país", y estimulo toda esta cosa a través de la prensa, de la propaganda, de la educación, de los libros de historia, etc., estimulo este sentimiento de patriotismo; de esta manera, en un momento de crisis, todos nos lanzamos a combatir a otro país. Y los explotadores juegan con este sentimiento de patriotismo hasta que todos hemos sido tan embaucados, que estamos dispuestos a pelear por nuestro país, llamando bárbaros a los otros y todo lo demás. Esto es algo obvio, no lo invento. Ustedes pueden estudiarlo. Es obvio si lo consideran con una mente libre de prejuicios, una mente que no quiere identificarse ni con el patriotismo ni con el antipatriotismo, sino que trata de descubrir. ¿Qué ocurre cuando descubren que el patriotismo es realmente un obstáculo para una vida completa, plena, verdadera? No tienen que luchar contra él. Ha desaparecido completamente.

   … Si ustedes fueran realmente sensatos, no les importaría cómo los llaman, no rendirían culto a un rótulo. Pero los rótulos, las palabras, se vuelven importantes cuando el corazón está vacío. A causa de que el corazón de ustedes está vacío, tienen miedo y están dispuestos a matar a otros. Es realmente un problema absurdo esta cuestión de los hindúes y los musulmanes. Cuando usted ve cómo las personas inmaduras hacen una confusión de las cosas, ¿cuál es su actitud? De nada sirve que las golpee en la cabeza. O trata de ayudarlas o se aparta y las deja en plena libertad de seguir con su confusión. A ellas les gustan sus juguetes, de modo que uno se aparta y construye una nueva cultura, una nueva sociedad. El nacionalismo es un veneno, el patriotismo es una droga, y los conflictos del mundo son una distracción que nos aleja de la relación directa con la gente. Si usted lo sabe, ¿puede seguir complaciéndose en tales cosas? Si ve eso con claridad; no habrá división entre el hindú y el musulmán. Nuestro problema es, entonces, mucho más vasto y, por lo tanto, no nos extraviaremos en cuestiones tontas al enfrentarnos con los reales problemas de la vida. 

   ... Si somos capaces de producir un cambio fundamental, una revolución radical en nosotros, en nuestro interior, entonces podremos crear un mundo diferente, un conjunto de valores distintos.”

    J. Krishnamurti

            Audiotexto:

           

LAS PALABRAS SON NECESARIAS PARA LA COMUNICACIÓN, PERO SI SOLO NOS QUEDAMOS EN ESE NIVEL, CIERTAMENTE NO HAY COMPRENSIÓN

   

     “… ¿Qué es la comunicación? ¿Cómo se comunican ustedes? Uno necesita emplear palabras o gestos para que se le entienda. Pero si ha de haber comunicación, tanto el que habla como la persona con quien se comunica han de estar en cierto nivel de intensidad. En ese estado de intensidad no hay uno que escucha y el otro que habla, existe únicamente el acto de escuchar. En ese estado, la mente se halla en comunión.

   … ¿Han intentado alguna vez comunicar a un amigo algo que sienten muy hondamente? Lo deben haber encontrado muy difícil, por íntima que fuera esa amistad. Pueden imaginar cuán difícil es aquí para nosotros comprendernos mutuamente, por lo peculiar que es nuestra relación. No existe esa amistad que es esencial para la comunicación y la comprensión profundas. Casi todos tenemos la actitud, ya sea de un discípulo hacia un maestro, o la de un seguidor, o la de uno que trata de forzarse respecto de un determinado punto de vista, y la comunicación se vuelve así muy difícil. Es más complicado aún si ustedes tienen una actitud propagandista, si vienen tan sólo a fin de propagar ciertas ideas de una sociedad o una secta en particular, o una ideología que es popular en ese momento. La comunicación libre puede darse solo cuando ambos, el que escucha y el que habla, piensan juntos sobre la misma cuestión.

   … Pues bien, cuando la mente está realmente en calma, y de hecho es activa y libre, y no está preocupada con la comunicación, la expresión, la realización, entonces hay creación. Esa creación no es una visión. Los cristianos tienen visiones de Cristo, y los hindúes tienen visiones de sus propios pequeños o grandes dioses. Reaccionan según su condicionamiento, proyectan sus visiones, y lo que ven nace de su trasfondo; lo que ven no es el hecho, sino que es proyectado por sus deseos, sus anhelos, sus esperanzas. Mas una mente que esté atenta y silenciosa no tiene visiones, porque se ha librado de todo condicionamiento. Por consiguiente, una mente así sabe lo que es la creación, siendo esta enteramente diferente de la llamada creatividad del músico, del pintor, del poeta. Entonces, si habéis llegado hasta ahí, veréis que hay un estado de mente que es sin tiempo y sin espacio y que, por lo tanto, ve o recibe aquello que no tiene medida; y lo que se ve y siente, y el estado de vivencia, son del momento y no para ser acumulados.

   … No digáis inmediatamente que la realidad, Dios, el Atman, está dentro de nosotros, y todo lo demás. No es así. Esa es vuestra idea, vuestra superstición, vuestra condicionada manera de pensar. Decís que Dios está dentro de nosotros, y el comunista, que ha sido instruido de otra manera desde la niñez, dice que no hay Dios en absoluto, que lo que estáis diciendo carece de sentido. Vosotros estáis condicionados para creer de un modo, y él en otro, de modo que ambos sois lo mismo. Mientras que todo el interés de estas pláticas está en descubrir si la mente puede despojarse inmediatamente de esta creencia, de este conocimiento, de este condicionamiento, de modo que haya percepción directa. Puede uno vivir mil vidas y practicar la autodisciplina; puede uno sacrificar, subyugar, meditar; pero, esto jamás conducirá a la percepción directa, que sólo puede tener lugar en la libertad, no mediante el control, la subyugación, la disciplina; y sólo puede haber libertad cuando la mente se da cuenta inmediatamente de su condicionamiento, lo cual produce la cesación de ese condicionamiento.

   … Siempre es difícil, creo, comunicar otras cosas serias, y ello es así más especialmente en estas reuniones en que vosotros habláis francés y yo, infortunadamente, tengo que hacerlo en inglés. Pero creo que podemos comunicarnos con suficiente claridad si no nos quedamos meramente en el nivel verbal. Las palabras son medios para comunicar, para transmitir algo, y en sí mismas no son importantes. Pero la mayoría de nosotros, creo, permanecemos en el nivel verbal, y por lo tanto la comunicación se hace mucho más difícil, porque aquello de que queremos hablar está igualmente en el nivel intelectual y en el emocional. Queremos comunicarnos uno con otro en forma comprensiva, como un todo, y para eso necesitamos un enfoque total, verbal, emocional e intelectual. Emprendamos pues, juntos el viaje, vayamos juntos, y miremos comprensivamente nuestros problemas, aunque esto es extremadamente difícil.

   … Las palabras son necesarias para la comunicación, pero si solo nos quedamos en ese nivel, ciertamente no hay comprensión. La comprensión surge cuando vamos más allá del nivel verbal; pero la mente altamente cultivada vive de palabras, solo es capaz de examinar a través del tamiz de las palabras, y es obvio que ese examen no es comprensión; por el contrario, él conduce únicamente a mayores controversias y disputas.

   … ¿Conoce usted el estado de la mente que quiere compartir algo con otro? Eso, en sí mismo, ya parece ser el sentimiento adecuado. ¿Sabe lo que eso implica? El hecho es que yo conozco más, el niño conoce menos, y yo tengo un sentimiento de que él debe aprender, que debe ser capaz de compartir. Ambos estamos aprendiendo, lo cual significa que estamos pasando por una experiencia juntos. El niño y yo nos hallamos entonces en un estado de comunicación. Una vez que he establecido la correcta relación o comunicación entre el niño y yo, él va a aprender porque tiene confianza en mí.

   … Yo no me ocupo de ideas. Para mí las ideas carecen en absoluto de sentido. Las ideas no producen revolución, no producen regeneración; y es la regeneración lo que resulta esencial. La comunicación de ideas es relativamente fácil, pero la comunión de unos con otros más allá del nivel verbal es extremadamente ardua. Lo que tenemos que establecer entre nosotros no es alguna comunión imaginativa, mística, sino una comunión que solo es posible cuando por ambas partes estamos empeñados en descubrir la verdad que resolverá nuestros problemas. En lo que me concierne, yo siento que hay una realidad que es de instante en instante, que no se halla para nada en los dominios del tiempo. Esa realidad es la única solución para los innumerables problemas de nuestra vida. Cuando uno percibe esa realidad, o cuando esa realidad adviene, ella es un factor de liberación; pero ninguna suma de argumentación intelectual, de disputa, de conflicto, ya sea económico, social o religioso, resolverá los problemas que la propia mente crea.”

    J. Krishnamurti 

            Audiotexto: