“… Vamos
pues, a examinar el tiempo. ¿Qué es el tiempo? Aparte del reloj, aparte de la
salida y puesta del sol, la belleza del amanecer, la belleza del crepúsculo;
aparte de la luz y la oscuridad, ¿qué es el tiempo? Por favor, si uno comprende
realmente la naturaleza del tiempo en lo interno, descubrirá por sí mismo una sensación
extraordinaria de estar absolutamente libre del tiempo.
Señores, aprendan el arte de escuchar. Sepan
escuchar a su esposa o a su esposo. Escuchen al hombre de la calle, su hambre,
su pobreza, su desesperación y su falta de amor. Escúchenlo. Cuando lo hacen no
existen los problemas, no hay confusión. Únicamente están escuchando y, por
consiguiente, en el acto de escuchar, el tiempo desaparece.
… El trabajo no es solo físico, por
desgracia la mayoría tenemos que trabajar, sino que el trabajo también consiste
en esa sensación de hacer lo que vemos que es correcto, hacerlo sin intervalo
de tiempo entre percepción y acción. Cuando quien les habla era joven, al ver
que el nacionalismo era un veneno dejó de ser hindú, simplemente dejó de serlo,
nunca más fue hindú, terminé con todas estas supersticiones. Ya conocen todo lo
que sucede en cada nacionalidad. Espero que no les importe si digo todo esto.
… La hermandad es amor, ¿no es así? ¿Puede
el amor ser cultivado paso a paso? ¿Es una cuestión de tiempo el amor?
¿Comprenden de qué estoy hablando? Si digo que habrá hermandad dentro de diez,
o treinta, o cien años, ¿qué es lo que eso indica? Indica, ciertamente, que no
amo, que no me siento fraternal. Cuando digo: "seré fraternal,
amaré", el hecho real es que no amo, que no soy fraternal. En tanto piense
en términos de "seré", no soy. Mientras que, si elimino de mi mente
el concepto de ser fraternal en el futuro, puedo ver lo que realmente soy;
puedo ver que no soy fraternal y puedo empezar a descubrir porqué. ¿Qué es lo
importante, ver lo que soy o especular acerca de lo que seré? Ciertamente, lo
importante es ver lo que soy, porque entonces puedo habérmelas con ello. Lo que
seré está en el futuro, y el futuro es imposible de predecir. El hecho real es
que carezco del sentido fraternal, que no amo verdaderamente; y es con ese
hecho con el que puedo comenzar, comenzar a hacer algo al respecto. Pero decir que
seré algo en el futuro es mero idealismo, y el idealista es una persona que
está escapando de lo que es, escapa del hecho, el cual sólo puede ser cambiado
en el presente.
… Uno se pregunta si alguna vez han
observado que son el movimiento de la memoria. La memoria es la facultad de
recordar. Dónde encontrar la paz, la facultad del tiempo, es la continuidad de
un incidente que sucedió hace cincuenta años o ayer; ese incidente ya pasó,
pero la memoria es la capacidad de recordar ese incidente. Nosotros vivimos en
la memoria, en ese movimiento cambiante, de reacciones que se moldea
constantemente a sí mismo; somos eso. Pensamos que el progreso es expandirse,
tener continuidad, acumular más información, como una computadora. La memoria
es la facultad de recordar cosas del pasado, que pueden ser necesarias en el
mundo de la tecnología, en el mundo físico.
Si descubrimos que somos un movimiento en el
tiempo, que es el movimiento de la memoria, ¿está la paz en la memoria? Uno
puede recordar los días, las noches o las mañanas en las que vio la
extraordinaria profundidad y belleza de la paz. Ese momento de percepción, de
darse cuenta ya pasó, pero uno lo recuerda. El recuerdo no es el hecho, por
tanto, vivimos de recuerdos de aquello que murió, que sucedió, que terminó. Por
favor, no es algo deprimente o absurdo que de nuevo le demos la espalda;
observen qué hace la memoria en nosotros. La memoria es nuestra programación
como hindú, con todo el sinsentido que tiene; pensar que nuestra cultura es
mejor que cualquier otra cultura porque tiene tres mil años o más de
antigüedad, eso nos hace sentir muy orgullosos, porque la historia de otro es
más reciente. Ustedes están condicionados igual que quien les habla, si es que
él está condicionado. El condicionamiento es memoria, no es un hecho. Yo me
aferro a mis recuerdos, que son cosas muertas, y ustedes se aferran a sus
recuerdos como cristianos, hindúes, árabes, suizos, etc.
… Cuando veis que la división de la sociedad
en clases es falsa, que ella engendra conflictos, miseria y desunión entre las
personas; cuando veis la verdad al respecto, esa verdad resulta libertadora. La
percepción misma de esa verdad es transformación. Y como estamos rodeados de
tantas cosas falsas, el percibir de instante en instante esa falsedad, es
transformación. La verdad no se acumula; ella es de momento en momento. Lo que
se acumula, lo acumulado es la memoria; y mediante la memoria jamás podréis
hallar la verdad. La memoria, en efecto, pertenece al tiempo; el tiempo es el
pasado, el presente y el futuro. El tiempo, que es continuidad, jamás puede
descubrir aquello que es eterno. La eternidad no es continuidad. Lo que perdura
no es eterno. La eternidad está en el instante. La eternidad está en el
“ahora”. El “ahora” no es reflejo del pasado, ni continuación del pasado hacia
el futuro a través del presente.
… El hombre ha buscado a través de distintos
dioses, ideologías y esperanzas algo que no estuviera atado al tiempo. El
nacimiento de un nuevo bebé no es una indicación de algo eterno. La vida viene
y se va. Existe la muerte, hay sufrimiento y todo el daño que el hombre puede
hacer; y este movimiento de cambio, deterioro y nacimiento sigue estando dentro
del círculo del tiempo.
… El tiempo es pensamiento, y el pensamiento
es producto del pasado. Lo que tiene continuidad, la causa que produce el
efecto y el efecto que a su vez se convierte en la causa, es parte de este
movimiento del tiempo. El hombre ha estado preso en esta trampa del tiempo, y
utiliza todos los ardides del romanticismo y la imaginación para producir una
imitación de lo que llama eternidad. Y desde esto surge el deseo, con su
placer, por alcanzar la inmortalidad, un estado sin muerte que él espera
experimentar a través de las imágenes de la mente.”
J. Krishnamurti