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DIÁLOGO: VERDAD Y REALIDAD

                VIERNES, 29 de NOVIEMBRE          c/León, 3          Hora 19:00

    “La Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. La Verdad, al ser ilimitada, incondicionada, absolutamente inabordable por ningún camino, no puede ser organizada, ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente a lo largo de algún sendero particular. Mi único interés es hacer que los hombres sean absoluta, incondicionalmente libres.

   … Siendo el pensamiento la respuesta de la memoria, del conocimiento y la experiencia, ¿puede el pensamiento resolver nuestros problemas? La memoria es un proceso material; el pensamiento es un proceso material y químico, los científicos concuerdan en esto. Y las cosas que el pensamiento ha creado en el mundo, así como en nosotros mismos, constituyen el campo de la realidad, el mundo de las cosas. “Realidad” significa «la cosa que existe». Por tanto, para investigar qué es la verdad, uno debe tener muy claro dónde están las limitaciones de la realidad, y no debe permitir que esa realidad se introduzca en el mundo que no es real.
   … La verdad sólo puede venir a la mente que está vacía de lo conocido. Adviene en un estado en el cual lo conocido está ausente, no actúa. La mente es el almacén de lo conocido, el residuo de lo conocido; y para que la mente se halle en ese estado en que lo desconocido se manifiesta; ella debe darse cuenta de sí misma, de sus experiencias anteriores, conscientes así como inconscientes, de sus respuestas, reacciones y estructura. Cuando hay completo conocimiento de uno mismo, entonces lo conocido tiene fin y la mente está del todo vacía de lo conocido. Sólo entonces la verdad puede venir a vosotros, sin que la invitéis. La verdad no pertenece a vosotros ni a mí. No podéis rendirle culto. No bien es conocida, ella es irreal. El símbolo no es la realidad, la imagen no es lo real; mas, cuando hay comprensión de uno mismo, cesación "yo", entonces adviene lo eterno.
   .… Y bien, para mí existe esa realidad, una realidad viviente y eterna, llámenla Dios, inmortalidad, eternidad o como quieran llamarla. Existe algo viviente, creativo, que no puede ser descrito, porque la realidad elude cualquier descripción. Ninguna descripción de la verdad puede ser duradera, porque sólo puede ser una ilusión hecha de palabras. Uno no puede conocer el amor mediante la descripción de otro; para conocer el amor, uno mismo debe experimentarlo. No podemos conocer el gusto de la sal hasta que hemos probado la sal por nosotros mismos. Sin embargo, gastamos nuestro tiempo buscando una descripción de la verdad, en vez de tratar de descubrir la manera de realizarla. Digo que no puedo describir, no puedo poner en palabras esa realidad viviente que está más allá de toda idea de progreso, de crecimiento. Cuídense del hombre que trata de describir esa realidad viviente, porque ésta no puede ser descrita; debe ser experimentada, vivida.
   … Esta realización de la verdad, de lo eterno, no se encuentra en el movimiento del tiempo, el cual no es sino un hábito de la mente. Cuando ustedes dicen que realizarán la verdad en el curso del tiempo, o sea, en algún futuro, entonces sólo están posponiendo esa comprensión que siempre debe estar en el presente. Pero si la mente comprende la integridad de la vida y está libre de la división del tiempo en pasado, presente y futuro, entonces adviene la realización de esa realidad viva y eterna.”
   J. Krishnamurti

DIÁLOGO: EL ORIGEN DEL MIEDO

                 VIERNES, 22 de NOVIEMBRE          c/León, 3          Hora 19:00

   … “Uno se pregunta por qué los seres humanos que han vivido en esta tierra durante millones de años, inteligentes en cuanto a la tecnología, por qué no han empleado su inteligencia para liberarse de ese problema tan complejo del miedo, que puede ser uno de los motivos de guerra, un motivo para matar a otros. Y las religiones de todo el mundo no han solucionado este problema, ni tampoco los gurús, los salvadores o los ideales. Así pues, está claro que ningún agente externo, por más elevado, por más popular que sea por la propaganda, ningún agente externo nunca podrá, bajo ninguna circunstancia, solucionar el problema del miedo humano...
   Y, tal vez, hayamos aceptado ese patrón del miedo porque ni siquiera queremos salir de ahí. Y bien, ¿qué es el miedo? ¿Cuáles son los factores que contribuyen a crear el miedo? De la misma manera que muchos arroyos pequeños y riachuelos forman el amplio volumen de un río, ¿cuáles son los pequeños arroyos que crean el miedo? 
   … El tiempo y el pensamiento crean el miedo, el tiempo como ayer, hoy y mañana. Tengo miedo de que mañana suceda algo, de que pierda mi trabajo, de que mi esposa o esposo me abandone, de que el dolor o la enfermedad que tuve hace unos días regrese. Así es como se introduce el tiempo. El tiempo que representa lo que mi vecino puede decirme mañana o el tiempo que a partir de ahora esconde algo que hice años atrás. Tengo miedo de no poder realizar uno deseos secretos profundos. De modo que el tiempo está implicado en el miedo; el miedo a la muerte que vendrá al final de la vida, que puede estar esperando en la próxima esquina y me hace sentir miedo. Así pues, el tiempo implica miedo y pensamiento. Si no hay pensamiento, no hay tiempo. Pensar en eso que sucedió ayer, tener miedo a que pueda repetirse mañana, eso es lo que genera el tiempo y también el miedo.
   … Podemos observar juntos el hecho de que el pensamiento y el tiempo son la raíz del miedo. Tiempo y pensamiento son lo mismo, no son dos movimientos separados. Vea ese hecho, esa realidad, mire cómo el tiempo y el pensamiento, el tiempo-pensamiento son la raíz del miedo. Obsérvelo en sí mismo, no se aleje de la realidad, de la verdad de que el tiempo y el pensamiento generan el miedo. Agárrelo, permanezca con ello, no huya, acéptelo; es como sostener una joya preciosa en su mano, vea toda la belleza de la joya. Entonces, se dará cuenta por sí mismo que el miedo psicológico termina por completo.”
   J. Krishnamurti 

DIÁLOGO: LA CRISIS ESTÁ EN NUESTRO INTERIOR

                   VIERNES, 15 de NOVIEMBRE          c/León, 3          Hora 19:00

"Aquí estamos tratando, juntos ustedes y quien les habla ―no separados, juntos― de observar el movimiento de la conciencia y su relación con el mundo, y de ver si esa conciencia es individual, separada, o si es el total de la humanidad.
    ... Por dondequiera que uno vaya, ve sufrimiento, pena, ansiedad, aislamiento, locura, miedo, búsqueda afanosa de seguridad; ve que la gente está atrapada en el conocimiento y el impulso del deseo. Todo ello pertenece al suelo en que está parado el ser humano. La conciencia de uno, es la conciencia del resto de la humanidad. Esto es lógico. Ustedes pueden disentir; pueden decir, "mi conciencia está separada de las demás y tiene que estar separada". Pero, ¿es así? Si uno comprende la naturaleza de esto, entonces ve que uno es el resto de la humanidad. Puede tener un nombre diferente, puede vivir en una determinada parte del mundo y ser educado de un modo particular, puede ser opulento o pobre, pero cuando uno mira detrás de la máscara, profundamente, ve que uno es como el resto de la humanidad ― está afligido, desesperado, solo, lleno de sufrimiento neurótico, cree en alguna ilusión, etc. Esto es así, tanto en Oriente como en Occidente. A uno puede no gustarle eso; quizá prefiera pensar que es por completo independiente, un individuo libre; pero cuando observa muy profundamente, ve que uno es el resto de la humanidad.
   ... Cada uno está tratando de realizarse, de llegar a ser alguna cosa. En ese esfuerzo de llegar a ser alguna cosa, estamos compitiendo, luchando unos contra otros, de modo tal que, si mantenemos ese sistema de vida, tenemos que continuar inevitablemente adheridos a las nacionalidades, al espíritu tribal, a la guerra. ¿Por qué nos aferramos al nacionalismo con tanta pasión ― como está sucediendo ahora? ¿Por qué concedemos una importancia tan extraordinaria al nacionalismo ― que en esencia es un sentimiento tribal? ¿Por qué? ¿Es porque al adherirnos a la tribu, al grupo, hay una cierta seguridad, una sensación interna de integridad, de plenitud? Si es así, entonces la otra tribu también siente lo mismo; en consecuencia, hay división y, por ende, conflicto, guerra. Si uno realmente ve la verdad de esto, no como algo teórico, y si quiere vivir sobre esta tierra ―que es nuestra tierra, no de ustedes o mía― entonces no hay nacionalismo en absoluto. Sólo existe la vida humana; la vida ― no mi vida o su vida. Y eso es vivir la totalidad de la vida. Esta tradición de la individualidad se ha perpetuado gracias a las religiones, tanto de oriente como de occidente: la salvación para cada individuo, etc. 
   ... La crisis no es una cuestión de economía ni de guerras; ni es cuestión de bombas, de políticos o de científicos; la crisis está dentro de nosotros, en nuestra propia conciencia. Hasta que comprendamos bien a fondo la naturaleza de esa conciencia, e inquiriendo profundamente en ella descubramos por nosotros mismos si puede haber una mutación total en esa conciencia, el mundo proseguirá creando más desdicha, más confusión, más horror. Nuestra responsabilidad no reside en alguna clase de acción altruista ―política, social o económica― exterior a nosotros mismos; la responsabilidad consiste en comprender la naturaleza de nuestro ser, en descubrir por qué nosotros, los seres humanos ―que vivimos en esta hermosa tierra― hemos llegado a ser lo que somos."
   J. Krishnamurti 

DIÁLOGO: ESCUCHAR ...

                  VIERNES, 8 de NOVIEMBRE          c/León, 3          Hora 19:00

   “Existe un arte de escuchar. Para escuchar de veras, habría que abandonar o hacer a un lado todos los prejuicios, formulaciones previas y diarias actividades. Cuando os halláis en un estado mental receptivo, las cosas pueden comprenderse con facilidad; cuando vuestra verdadera atención está puesta en algo, escucháis. Desgraciadamente, empero, la mayoría de nosotros escucha a través de un tamiz de resistencia. Nos escudamos en prejuicios religiosos o espirituales, psicológicos o científicos; o en nuestros diarios deseos, preocupaciones y temores. Escuchamos con todo eso por tamiz. De ahí que en realidad escuchemos nuestro propio ruido, nuestro propio sonido, no lo que se dice. Es en extremo difícil hacer a un lado nuestra educación, nuestros prejuicios, nuestras inclinaciones, nuestra resistencia, y, llegando más allá de la expresión verbal, escuchar de modo tal que comprendamos al instante. Esa va a ser una de nuestras dificultades.

   …Ustedes saben lo que es la propaganda, ¿no es así? Significa propagar, sembrar o repetir constantemente una idea. Así es como el propagandista, el político, el líder religioso imprimen en la mente de ustedes lo que ellos quieren que crean. También en este proceso hay involucrado un escuchar. Tales personas repiten continuamente lo que uno debe hacer, qué libros debe leer, a quién debe seguir, qué ideas son correctas y qué ideas son erróneas; y esta constante repetición deja una huella en nuestra mente. Aun si no los escuchamos de manera consciente, eso va dejando una impresión, y tal es el propósito de la propaganda. Pero ya lo ven: la propaganda es meramente un interés creado, no trae esa verdad que uno comprende al instante cuando realmente escucha, cuando presta atención sin esfuerzo alguno.
   J. Krishnamurti