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LA RIQUEZA DE LA VERDADERA FELICIDAD NO PERTENECE AL TIEMPO


   “… Están el ayer, el hoy y el mañana; eso es una realidad, eso es también medida. Pero nos preguntamos si existe en absoluto el tiempo psicológico, o si el pensamiento ha inventado el tiempo, el tiempo psicológico, a fin de sentir que puede obtener alguna clase de seguridad y vivir en ella.

   … Desearía hablar un poco acerca de lo que es el tiempo porque creo que el enriquecimiento, la belleza y la significación de aquello que es atemporal, de aquello que es verdadero, sólo puede experimentarse cuando comprendemos todo el proceso del tiempo. Después de todo, cada uno a su manera, nosotros buscamos una sensación de felicidad, de enriquecimiento, una vida que tenga significación; la riqueza de la verdadera felicidad no pertenece al tiempo. Como el amor, una vida así es atemporal; y para comprender aquello que es atemporal no debemos enfocarlo a través del tiempo, sino más bien comprender el tiempo. No debemos utilizar el tiempo como medio de lograr, de realizar, de captar lo atemporal. Pero eso es lo que hacemos en la mayor parte de nuestra vida, pasar el tiempo tratando de captar aquello que es atemporal; de modo que es importante comprender qué entendemos por tiempo, porque yo creo que es posible estar libre del tiempo. Es muy importante comprender el tiempo como un todo, no parcialmente.

   … Existe un estado que no es imaginación ni fantasía romántica, que no pertenece al tiempo ni es producto del pensamiento y la experiencia. Pero para dar con él, debemos desprendernos de todas las monedas falsas que hemos atesorado, enterrarlas tan profundamente que ningún otro pueda encontrarlas. Porque el otro piensa que debe pasar por todas esas cosas que hemos desechado, y es por eso que esas cosas ya descartadas jamás deben ser encontradas por otro. Porque de lo contrario, surge la imitación y las monedas falsas vuelven a acuñarse. Negarlas no requiere esfuerzo ni una fuerte voluntad ni la atracción de algo más grande; uno las desecha muy sencillamente porque ve su futilidad, su peligro, su inherente capacidad de causar perjuicio, y su vulgaridad.

   … Así que nuestro problema es: ¿Puede el conflicto, la confusión, solucionarse a lo largo de un período de tiempo, ya sea de unos días, años o vidas? ¿Qué sucede cuando uno dice: «Voy a practicar la no violencia durante cierto período de tiempo»? El hecho mismo de practicarla indica que uno está en conflicto, ¿no es cierto? Uno no necesita practicar si no está en lucha con el conflicto, pero dice que es necesaria la lucha para poder superarlo, y para luchar se necesita tiempo; pero luchar con el conflicto es en sí mismo una forma de conflicto. Uno malgasta su energía luchando contra el conflicto, que se expresa en cierta forma, ya sea codicia, envidia o violencia, pero la mente sigue estando en conflicto. Por eso es tan importante ver la falsedad de este proceso que depende del tiempo como un medio para superar la violencia y, en consecuencia, liberarse de ese proceso. Entonces uno puede ver ‘lo que es’.

   … Así como el alfarero moldea la arcilla a su arbitrio, así puede el hombre moldear su vida según el deseo de su corazón. Así como las vasijas de alfarero pueden moldearse en formas hermosas o feas, así la vida puede ser hermosa o repugnante según el propósito que hayáis establecido. Quiero ayudaros a establecer la meta que buscáis y deseáis alcanzar, la meta que aguarda a todas las gentes del mundo cualesquiera sean sus experiencias, pensamientos y emociones. Entonces seréis capaces de guiaros por entre las tinieblas del mundo, como el caminante se guía en noche obscura por la situación de las estrellas.

   Una vez hayáis establecido vuestra meta que es la liberación y, por tanto, la felicidad, la vida, ya no habrá más confusión y desaparecerán el tiempo y las complicaciones del tiempo. Por no haber establecido vuestra meta, el presente os parece como una montaña después de puesto el sol; falta la luz, y la obscuridad de la montaña cubre el valle. El tiempo no es más que un sujetador de la vida y en el momento en que os libréis de él, trascenderéis el tiempo. Entonces podréis guiaros sin depender de autoridad alguna. Ya nada temeréis. No habrá para vosotros conflicto entre el bien y el mal. Una vez sea libre vuestra vida hallaréis la felicidad, la única meta, la única y absoluta Verdad.

   … El mero hecho de citar una autoridad no es conocimiento propio, no es descubrimiento del proceso del "yo", y por lo tanto carece de valor. Tenéis que principiar como si nada supierais, y sólo entonces hay un descubrimiento creativo, libertador; y sólo entonces vuestro descubrimiento os trae felicidad y júbilo. Pero la mayoría de nosotros vive de palabras; y las palabras, como la memoria, son el resultado del pasado. El hombre que vive en el pasado no puede comprender el presente. Tenéis pues, que descubrir el proceso de vosotros mismos de instante en instante, lo cual significa que debéis ser perceptivos, conscientes de vuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Sed perceptivos, y entonces veréis cómo vuestros pensamientos, sentimientos y acciones no sólo se basan en la norma establecida por la sociedad o por los instructores religiosos, sino que son la consecuencia de vuestras propias inclinaciones.

   … Somos el producto del pasado; nuestro pensamiento es el resultado del ayer, y con el ayer es obvio que no podemos afrontar el hoy, porque el hoy es nuevo. Cuando abordamos lo nuevo con el ayer, estamos continuando el condicionamiento del ayer en la comprensión del hoy. Nuestro problema al encarar lo nuevo es cómo comprender lo viejo y, en consecuencia, estar libres de lo viejo. Lo viejo no puede comprender lo nuevo; uno no puede "poner vino nuevo en botellas viejas". Por lo tanto, es importante comprender lo viejo, que es el pasado, que es la mente que se basa en el pensar.

   … El cambio radical consiste en eliminar por completo el tiempo, no decir que llegaré a ser algo, que cambiaré más tarde. ¿Entiende? Ése es uno de los aspectos básicos de la transformación; puedo dar muchas más explicaciones, pero ésa es una de las claves. ¿Lo ve?”

    J. Krishnamurti

            Audiotexto:


LA GUERRA ES LA SIMPLE EXPRESIÓN EXTERNA DE NUESTRO ESTADO INTERIOR; UNA EXTENSIÓN DE NUESTRA ACTIVIDAD DIARIA


   " ... ¿Cuáles son las causas de las guerras religiosas, políticas o económicas? Es obvio que son las creencias, no importa que sean nacionalistas, ideológicas o dogmáticas. Si en lugar de creencias tuviéramos generosidad, amor y consideración entre nosotros, no habría guerras; pero nos estimulan a base de creencias, de ideas y dogmas, por eso surge el descontento. La crisis actual es de una magnitud tremenda y nosotros, como seres humanos, o bien seguimos por el camino de constantes guerras y conflictos, que es el resultado de nuestras acciones diarias, o al ver las causas de la guerra abandonamos ese camino.

   ...  Para que haya paz en el mundo, para que terminen todas las guerras tiene que haber una revolución en el individuo, en cada uno de nosotros. Cualquier revolución económica no tiene sentido sin una revolución individual, porque el hambre es la consecuencia de un desajuste económico generado por nuestro propio estado psicológico que se caracteriza por la codicia, la envidia, la mala voluntad y la posesividad.

   ... La guerra no es más que la proyección espectacular y sangrienta de nuestra vida cotidiana. La guerra es la simple expresión externa de nuestro estado interior; una extensión de nuestra actividad diaria. Aunque sea más aparatosa, más sanguinaria y más destructiva, no deja de ser el resultado colectivo de nuestras actividades individuales. De modo que usted y yo somos los responsables de la guerra, y ¿qué podemos hacer para impedirla? Es obvio que nosotros solos no podemos impedir la guerra que claramente nos amenaza, porque ya la tenemos encima, ya se ha desencadenado, aunque por ahora sólo en el terreno psicológico; como ya está en movimiento, no se puede detener, hay demasiadas complicaciones; la suerte ya está echada. Pero nosotros, usted y yo, que vemos que la casa está en llamas, podemos comprender las causas de este incendio, podemos alejarnos y construir una nueva casa con diferentes materiales, materiales incombustibles que no generen nuevas guerras; eso es todo lo que podemos hacer. De manera que, si vemos las causas que generan las guerras y tenemos interés en terminar con ellas, entonces podemos empezar por transformarnos a nosotros mismos, la causa real de la guerra.

   ... Amar algo bello en un país es normal y natural, pero cuando ese amor es utilizado por los explotadores en su propio interés, se lo llama nacionalismo. El nacionalismo es avivado y se convierte en imperialismo, y entonces el pueblo más poderoso divide y explota al más débil, con la Biblia en una mano y la bayoneta en la otra. El mundo se halla dominado por el espíritu de la astuta y despiadada explotación, la cual debe venir a parar por fuerza en la guerra. Este espíritu del nacionalismo es la mayor de las estupideces. Cada individuo debe estar libre para vivir de manera plena, completa. Mientras uno trate de liberar a su propio país particular y no al hombre, tendrá que haber odios raciales, divisiones de personas y de clases. Los problemas del hombre deben ser resueltos como una totalidad, no como limitados a ciertos países o pueblos.

   ... Así que ya lo ve, también tenemos que comprender este matarnos unos a otros. La civilización occidental ha hecho del matar un arte perfecto y de la guerra una ciencia. Han enseñado esto a todo el mundo. Probablemente los cristianos sean, después de los musulmanes, los más grandes homicidas; creo que los verdaderos religiosos, los budistas originales, excluían realmente el matar.

   ... Considere la creencia de los aviadores durante la guerra; según ellos, tenían a Dios por compañero mientras arrojaban las bombas. De modo que uno cree en Dios cuando mata, cuando está explotando a la gente. Ustedes adoran a Dios y siguen despiadadamente extorsionando dinero, apoyando al ejército... pese a lo cual afirman que creen en la piedad, en la compasión, en la bondad …

   ... Desde mi punto de vista, matar es fundamentalmente malo, como es malo explotar a otro. Casi todos ustedes se horrorizan ante la idea de matar, pero cuando hay una provocación se levantan en armas. Esta provocación tiene lugar por medio de la propaganda, de la apelación a sus falsas emociones de nacionalismos, familia, honor y prestigio, que son palabras carentes de todo significado profundo. No son sino absurdos a los que se han acostumbrado y mediante los cuales explotan y son explotados. Si de veras reflexionan a fondo sobre esto ayudarán a acabar con todas las causas que generan odio, explotación, y finalmente conducen a la guerra, ya sea ofensiva o defensiva.

   ... El conflicto que genera este odio se halla dentro de uno mismo, y ése es nuestro primer problema. Si ustedes están en el proceso de resolverlo, sabrán qué es esa tranquilidad, pero el mero hecho de recibir sugerencias e instrucciones de otro, acerca de lo que deben hacer bajo esta o aquella circunstancia, no trae consigo la paz. Lo que creará dentro de nosotros una paz duradera es una gran inteligencia y una comprensión profunda, no meras aseveraciones ni la ciega aceptación de una teoría, sino la constante percepción alerta, el intenso cuestionamiento hecho con cuidado y delicadeza. De modo que nuestra primera tarea es con nosotros mismos, porque el mundo es una extensión de nosotros mismos. Tratamos de cambiar la circunferencia sin cambiar fundamentalmente el centro, nos interesamos en la periferia sin comprender el núcleo. Cuando hay paz en el centro, entonces existe una posibilidad de paz en el mundo.

   ... La relación es el reto de cada día. Si no sabemos cómo relacionarnos unos con otros, estamos creando condiciones que engendran guerra. Por lo tanto, el problema del mundo es el problema de cada uno de nosotros. Uno no es diferente del mundo. El mundo es uno mismo. Tal como somos, así es el mundo. Podemos salvar al mundo, que somos nosotros mismos, sólo comprendiendo la relación en nuestra vida de todos los días, no por medio de la creencia llamada religión, o de las ideologías de izquierda o de derecha, o de alguna reforma por amplia que pueda ser. La esperanza no está en el experto, en la ideología o en el nuevo líder. Está en cada uno de nosotros."

   J. Krishnamurti

            Audiotexto:

EN LA COMPRENSIÓN DE UNO MISMO ESTÁ LA TERMINACIÓN DEL DOLOR Y EL COMIENZO DE LA SABIDURÍA

 

   “… ¿Qué es la sabiduría? ¿Es la mera acumulación de conocimientos? ¿O la sabiduría llega sólo cuando cesa el sufrimiento? Después de todo, la sabiduría no está en los libros ni en el conocimiento acumulado por la experiencia de otros. Ciertamente, la sabiduría llega con la comprensión, con el descubrimiento de toda la estructura de uno mismo. En la comprensión de uno mismo está la terminación del dolor y el comienzo de la sabiduría. ¿Cómo puede una mente ser sabia cuando está presa en el miedo y el dolor? Sólo cuando el dolor, que es miedo, llega a su fin, hay una posibilidad de ser sabio. 

   … Como sabéis, todos queremos ser terriblemente respetables, ¿no es así?, los jóvenes tanto como los viejos. La respetabilidad significa reconocimiento por parte de la sociedad, y la sociedad sólo reconoce a los que tienen éxito, a los que son importantes, a los famosos, e ignora a los demás. Adoramos pues, el éxito y la respetabilidad. Y cuando no os preocupa que la sociedad os crea o no respetables, cuando no buscáis éxito, no queréis llegar a ser alguien, entonces hay intensidad, lo que significa que no hay miedo y que no hay conflicto ni interna contradicción y, por consiguiente, tenéis abundante energía para seguir el hecho hasta el fin mismo.

   … ¿Qué ocurre cuando aceptáis algo, cuando aceptáis lo que sois? Cuando aceptáis ser lo que sois, ¿dónde está el problema? El problema existe únicamente cuando no aceptamos una cosa tal cual es, y deseamos transformarla, lo cual no significa que yo abogue por la resignación, al contrario. Si aceptamos lo que somos, entonces vemos que la cosa que nos aterraba, la cosa que llamábamos aburrimiento, desesperación, miedo, ha sufrido un cambio completo. Hay una transformación completa de la cosa que nos infundió temor. 

   … Nuestra conciencia incluye, en sus capas más profundas, nuestros miedos. El hombre ha vivido con miedo generación tras generación. Ha vivido con el placer, con la envidia, con todos los tormentos de la soledad, la depresión y el desorden. Ha vivido con gran dolor, con lo que él llama amor y con el perpetuo miedo a la muerte. Todo esto es nuestra conciencia, que es común a toda la humanidad. Dense cuenta de lo que eso significa, significa que ya no somos individuos separados. Esto es muy difícil de aceptar porque se nos ha programado como a una computadora, para pensar que somos individuos. Se nos ha programado religiosamente para creer que uno tiene un alma separada de todos los demás. Al estar programado, nuestro cerebro trabaja dentro del mismo patrón siglo tras siglo.

   … Esto es lo que está pasando en todo el mundo. Hemos negado a Dios, las iglesias han perdido su sentido, la autoridad del sacerdote se ha terminado. Cuanto más piensa uno, más depura la mente de todos estos absurdos. Tenéis pues, que hacer frente al temor, tenéis que comprenderlo. ¿Lo seguís? Tenéis que descubrir. Porque no sólo existe el temor de la muerte, el de las cosas que habéis hecho y las que no habéis hecho, sino que está la desesperación, la ansiedad y la culpa que nacen del temor. Todas éstas son expresiones del miedo. De modo que, si la mente no ha de deteriorarse, si ha de ser viviente, activa, rica, tiene que eliminar el temor. Hasta que no hagamos eso, no creo que podamos saber lo que significa amar ni lo que significa tener paz, no la paz política y todo eso, sino un verdadero sentido de quietud interna, no afectado por el tiempo, incorruptible; esto no tiene relación con esa cosa llamada paz, que es concebida por la mente del hombre.

   … Es pues imperativo que la mente esté libre de miedo, porque es sólo la mente libre la que puede descubrir si hay algo más allá. Podéis llamarlo verdad, Dios o lo que queráis; eso es lo que el hombre ha estado buscando por centurias, por milenios. El miedo es el estado común a toda la humanidad, sea que uno viva en una casita o en un palacio, que carezca de trabajo o lo tenga en abundancia, que posea enormes conocimientos acerca de todo lo que hay sobre la tierra o sea un ignorante, que sea un sacerdote o el más alto representante de Dios; cualquier cosa que uno sea, siempre está este miedo profundamente arraigado que es común a toda la humanidad. Y ése es el terreno común sobre el cual toda la humanidad se sostiene. Acerca de esto no hay ninguna duda. Se trata de un hecho absoluto, irrevocable, que no puede refutarse. En tanto el cerebro se encuentra preso en este patrón del miedo, su funcionamiento es limitado y, por ende, nunca puede operar totalmente. En consecuencia, si la humanidad ha de sobrevivir completamente como una humanidad de seres humanos y no como un conjunto de máquinas, es indispensable que descubramos por nosotros mismos si es posible estar totalmente libres del miedo.

   … Para aprender acerca de mí no puedo seguir a nadie. Si sigo a alguien no estoy aprendiendo. Aprender significa que el pasado no interviene, porque el "yo" es algo extraordinariamente vital, en movimiento, dinámico, debo mirarlo con una mente nueva. No existe una mente nueva si el pasado está siempre funcionando. Eso es un hecho. Lo veo. Entonces, al verlo, me doy cuenta de que estoy atemorizado. No sé qué sucederá. De modo que quiero aprender sobre el miedo. ¿Entienden? Estoy avanzando todo el tiempo en el movimiento del aprender. Quiero saber acerca de mí mismo y me doy cuenta de algo, de una verdad profunda. Voy a aprender acerca del temor, lo cual significa que no debo huir de él cueste lo que costare. No debo tener ningún deseo sutil de huir de él. ¿Qué le sucede, por tanto, a una mente que es capaz de mirar el temor sin división alguna? Siendo la división el intento de librarse de él, además de las formas sutiles de escape, represión, etc., ¿qué le sucede a la mente cuando se enfrenta al miedo y no existe la posibilidad de huir de él? Por favor, descúbranlo, pongan su mente en ello.

   … Uno de los resultados del miedo es la aceptación de la autoridad en los asuntos humanos. Creamos autoridad con nuestro deseo de verdad, de seguridad, de comodidad, de evitar conflictos y confusiones conscientes; pero nada que sea un resultado del miedo puede ayudarnos a entender nuestros problemas, aunque el miedo asuma apariencia de respeto y sumisión a los llamados sabios. Los sabios no hacen uso de la autoridad, y los que tienen autoridad no son sabios. El miedo en cualquier forma impide que nos entendamos nosotros mismos y nuestras relaciones con las cosas.”

    J. Krishnamurti

            Audiotexto:

            

¿PIENSAN USTEDES QUE UNA RELIGIÓN COMPETITIVA TRAERÁ PAZ, UNIDAD Y FELICIDAD AL HOMBRE?

  

   “… El hombre es la medida de todas las cosas, y si su visión está adulterada, entonces lo que piensa y crea debe conducir, inevitablemente, al desastre y al dolor. Desde lo que piensa y siente el individuo edifica la sociedad. Yo personalmente siento que el mundo es lo que soy, que aquello que hago genera paz o dolor en el mundo que soy yo mismo y que, mientras no me comprenda a mí mismo, no puedo aportar paz al mundo; en consecuencia, mi interés inmediato soy yo mismo, no desde el punto de vista egocéntrico, no meramente para cambiar yo con el fin de obtener mayor felicidad, mayores sensaciones y triunfos porque, en tanto no me comprenda a mí mismo, deberé vivir en la angustia y el dolor y no podré descubrir una paz y una felicidad perdurables. A fin de comprendernos, primero debemos interesarnos en el descubrimiento de nosotros mismos, debemos tornarnos alerta con respecto a nuestros propios procesos de pensamiento y sentimiento. ¿En qué se interesan principalmente nuestros pensamientos y sentimientos? Se interesan en cosas, en la gente, en las ideas. Esto es lo que fundamentalmente nos interesa, cosas, personas, ideas.

    … Queremos producir orden dentro de la sociedad, pero ¿cómo vamos a hacerlo? ¿Creen ustedes seriamente que son tan sólo unos pocos los responsables de esta desorganización social, de estas guerras y estos odios? ¿Cómo van a desembarazarse de ellos? Si los destruyen, usan los mismos medios que ellos han empleado y así harán de sí mismos un instrumento de odio y brutalidad. El odio no puede ser destruido por el odio, por mucho que pueda gustarles esconder su odio bajo palabras de agradables sonidos. Los métodos determinan los fines. Ustedes no pueden matar a fin de tener paz y orden; para tener paz deben crear paz dentro de sí mismos y, de tal modo, en su relación con los demás, la cual da lugar a la sociedad.

   … ¿Qué está sucediendo en nuestra época actual? Hay confusión, odio, miedo, codicia, guerra. Ahora bien, ¿cuál es la respuesta a todo esto? ¿Hay una respuesta cristiana o hindú o budista a esto, o existe una solución verdadera? Cada religión y cada grupo dogmático piensan que sólo ellos tienen la clave para la solución del caos presente. Hay competencia entre las religiones con sus sistemas y sus sacerdotes. La solución del caos actual radica en uno mismo y no en otros. Gracias a la confianza propia, puede usted generar paz dentro de sí mismo y, por lo tanto, en el mundo, que es una extensión de usted mismo. Ningún líder puede darle la paz. Lo importante es comprender cómo nuestro propio pensamiento y nuestra acción crean el caos y la desdicha que hoy existen, y que sólo mediante la confianza en nosotros mismos, y la penetrante percepción alerta, puede haber libertad respecto de esta angustia y confusión que se reiteran permanentemente. 

   … ¿Qué somos? Somos el resultado de nuestros padres, quienes estuvieron, como sus padres, influidos y limitados por los factores ambientales, sociales y psicológicos basados en la ignorancia, el miedo y el anhelo. Nuestros padres nos transmitieron esos valores. Somos la consecuencia del pasado; las creencias de nuestros antecesores, sus ideas y esperanzas, combinadas con la acción y reacción actual, constituyen nuestros pensamientos. Alimentamos la ilusión y tratamos de encontrar en ella unidad, esperanza, amor. La ilusión jamás puede dar origen a la unidad humana ni puede despertar ese amor que es lo único capaz de traer la paz. El amor no puede ser transmitido, pero podemos experimentar su inmensidad si somos capaces de liberarnos de nuestros prejuicios y temores, de nuestra codicia y nuestro anhelo.

   … Muchos piensan que la reforma económica, de una u otra clase, traerá paz al mundo, o que una reforma social o una religión especializada que conquiste a todas las demás traerá felicidad al hombre. Creo que hay unas ochocientas o más sectas religiosas en este país, cada una haciendo su proselitismo y compitiendo. ¿Piensan ustedes que una religión competitiva traerá paz, unidad y felicidad al hombre? ¿Piensan que alguna religión especializada, ya sea el hinduismo, el budismo o el cristianismo, nos traerá la paz? ¿O debemos dejar de lado todas las religiones especializadas y descubrir la realidad por nosotros mismos? Cuando vemos el mundo destrozado por las bombas y sentimos los horrores que en él ocurren, cuando el mundo está dividido por las religiones separadas, las nacionalidades, las razas, las ideologías, ¿cuál es nuestra respuesta a todo esto? No podemos limitarnos a seguir así, viviendo un corto tiempo y muriendo, y esperar que de ello salga algo bueno. No podemos delegar en otros la tarea de traer dicha y paz a la humanidad, porque la humanidad somos nosotros mismos, cada uno de nosotros. ¿Dónde se encuentra la solución, excepto en nosotros mismos? Descubrir la verdadera respuesta requiere un pensamiento-sentimiento muy profundo, y pocos estamos dispuestos a resolver esta desdicha. Si cada uno de nosotros considera que este problema surge desde lo interno y no se deja arrastrar impotentemente por esta espantosa confusión e infelicidad, entonces encontraremos una respuesta simple y directa.

   … Los grandes artistas y los grandes escritores pueden crear, pero nosotros no, somos meros espectadores. Leemos un gran número de libros, oímos música excelente, contemplamos obras de arte, pero nunca sentimos directamente lo sublime; nuestra vivencia ocurre siempre a través de un poema, de un cuadro o de la personalidad de un santo. Para cantar tenemos que sentir una canción en el corazón, pero habiendo perdido la canción, buscamos al cantor. Sin un intermediario nos sentimos perdidos, pero tenemos que perdernos antes de poder descubrir algo. El descubrimiento es el principio de la creación y sin la creación, hagamos lo que hagamos, no puede haber paz ni felicidad para el hombre.

   … Sólo puede haber acción verdadera cuando hay verdadero pensar, y no hay verdadero pensar cuando no hay el conocimiento propio. Si no os conocéis a vosotros mismos no hay paz.”

   J. Krishnamurti

            Audiotexto:

GRACIAS A LA PROPIA Y TENAZ PERCEPCIÓN ALERTA HAY PLENITUD, TOTALIDAD

               

   “… Somos el resultado de nuestro entorno pasado y presente, y lo que expresamos, llamándolo individualidad o autoexpresión, no es más que la expresión de ese entorno condicionante. Para mí, la verdadera expresión de la individualidad es esa inteligencia que se despierta cuando la mente se libera del entorno condicionante, del pasado y del presente.

   … ¿Qué entiende por un canal a través del cual la persona puede expresarse? ¿No se expresan ustedes a través de los negocios, del matrimonio? ¿Se expresan o no se expresan cuando trabajan todos los días para ganarse la vida, cuando crían a sus hijos? Y como se revela que allí no se expresan, desean una Sociedad en la cual puedan expresarse. ¿No es eso? Por favor, espero no estar dando algún sentido sutil a todo esto. De modo que dicen: "Como no me expreso en el mundo de la acción, en el mundo cotidiano donde me resulta imposible expresarme, entonces utilizo para ello a la Sociedad". ¿Es así o no? Quiero decir, hasta donde entiendo la cuestión. ¿Cómo se expresan ustedes? Tal como están las cosas ahora, se expresan a expensas de otros. Cuando hablan de expresarse a sí mismos, ello tiene que ser a expensas de otros. Por favor, existe la expresión genuina, que trataremos enseguida, pero esta idea de la autoexpresión indica que ustedes tienen algo para dar; en consecuencia, la sociedad debe ser creada a fin de que puedan usarla. Primero que nada, ¿tienen algo para dar? Un pintor o un músico o un ingeniero o cualquier persona semejante, si es realmente creativa, no habla de autoexpresión; está expresando su creatividad todo el tiempo, en el mundo exterior, en el hogar o en un club. No desea una sociedad particular a fin de poder usarla para expresarse. De este modo, cuando ustedes hablan de "autoexpresión”, no quieren decir que están utilizando a la Sociedad para entregar al mundo un determinado conocimiento o algo que poseen. Si poseen algo lo dan, no son conscientes de eso. Una flor no está consciente de su belleza. Su belleza siempre se halla presente.

   … Debemos ser capaces de discernir, comprensivamente en nosotros mismos, la influencia de la masa a través de las tradiciones, los prejuicios raciales, los ideales y las creencias a las que nos hemos abandonado consciente o inconscientemente. Mientras estas cosas ejerzan dominio sobre nosotros seremos incapaces, como individuos, de desarrollar una acción clara, directa, simple y comprensiva. De modo que el énfasis que pongo en la individualidad, no debe ser mal interpretado como una forma de alentar la autoexpresión egoísta, ni debe entenderse como la aquiescencia colectiva respecto de una idea o de un principio. No debe ser usado como una excusa para someterse a un grupo de personas o a un conjunto de dirigentes, sino para generar la recta comprensión del proceso de la conciencia individual; sólo esa comprensión podrá dar origen a la acción espontánea y verdadera.

   … Hasta que empecemos a romper este círculo vicioso de la ignorancia que sólo crea más ignorancia, la confianza en nosotros mismos no podrá liberarnos del dolor. Sin embargo, para comprender esta continuidad de la ignorancia y el dolor, cada uno debe llegar a confiar totalmente en sí mismo a fin de poder investigar el anhelo, el miedo, las tendencias, los recuerdos, etc. La mera autoexpresión no es creatividad; para ser verdaderamente creativo, uno debe comprender el proceso del yo y así liberarse de él. Mediante la intensa percepción alerta respecto de lo que es aquello que se está expresando a sí mismo, comenzamos a comprender las limitadas causas del pasado que controlan el presente, y en esta intensa comprensión nos liberamos de la causa de la ignorancia. La genuina confianza en uno mismo, no la confianza que responde a un propósito de mera expresión agresiva del yo, puede surgir sólo comprendiendo el proceso del anhelo con sus valores limitados, sus temores y esperanzas; la confianza en uno mismo tiene gran importancia, porque gracias a la propia y tenaz percepción alerta hay plenitud, totalidad.

   … Somos la consecuencia del pasado y, sin la crítica comprensión de éste, si meramente lo expresamos, tal autoexpresión o acción sólo puede continuar la ignorancia y el conflicto. Las ideas que actualmente albergamos, provienen en parte de otros que las han pensado, y en parte surgen a través de nuestra acción y reacción presentes. Son el resultado del anhelo, el miedo, el afán posesivo y la codicia. Cuando nos interesa la autoexpresión, debemos preguntarnos qué es lo que está expresándose a sí mismo. Si soy un hindú, tengo ciertas creencias, ciertos dogmas, ciertas restricciones sociales, una determinada herencia, resultado del anhelo posesivo y adquisitivo, del miedo y el ansia de éxito de mis padres y antepasados, a lo cual he añadido mis propias experiencias condicionadas y mi conocimiento. Si trato de expresarme de la manera más original y plena posible, ¿qué estoy expresando? Por cierto, ¿acaso no estoy repitiendo en esencia, quizá con modificaciones y variaciones, los limitados pensamientos y sentimientos del pasado, un pasado que considero que soy yo mismo? A casi todos nosotros, la expresión del yo nos parece de una importancia vital.

   … El hablar no es para mí un medio de autoexpresión o de explotación. En ello no hallo satisfacción, no es un medio de explotaros ni de conseguir vuestro dinero, porque no deseo que hagáis caridad alguna, que creáis esto o no creáis aquello. Hablo simplemente para ayudaros a ver lo que sois, a ser claros en vosotros mismos. Pues en la claridad hay felicidad, en la comprensión hay iluminación. Hay felicidad en discutir juntos, pues en esa discusión podemos vernos a nosotros mismos tal cuales somos. Esta interpelación podrá hacer las veces de espejo, pues toda relación es un espejo en el cual vosotros y yo nos descubrimos a nosotros mismos.”

   J. Krishnamurti