“… ¿Qué es la sabiduría? ¿Es la mera acumulación de conocimientos? ¿O la sabiduría llega sólo cuando cesa el sufrimiento? Después de todo, la sabiduría no está en los libros ni en el conocimiento acumulado por la experiencia de otros. Ciertamente, la sabiduría llega con la comprensión, con el descubrimiento de toda la estructura de uno mismo. En la comprensión de uno mismo está la terminación del dolor y el comienzo de la sabiduría. ¿Cómo puede una mente ser sabia cuando está presa en el miedo y el dolor? Sólo cuando el dolor, que es miedo, llega a su fin, hay una posibilidad de ser sabio.
… Como sabéis, todos queremos ser
terriblemente respetables, ¿no es así?, los jóvenes tanto como los viejos. La
respetabilidad significa reconocimiento por parte de la sociedad, y la sociedad
sólo reconoce a los que tienen éxito, a los que son importantes, a los famosos,
e ignora a los demás. Adoramos pues, el éxito y la respetabilidad. Y cuando no
os preocupa que la sociedad os crea o no respetables, cuando no buscáis éxito,
no queréis llegar a ser alguien, entonces hay intensidad, lo que significa que
no hay miedo y que no hay conflicto ni interna contradicción y, por consiguiente,
tenéis abundante energía para seguir el hecho hasta el fin mismo.
… ¿Qué ocurre cuando aceptáis algo, cuando
aceptáis lo que sois? Cuando aceptáis ser lo que sois, ¿dónde está el problema?
El problema existe únicamente cuando no aceptamos una cosa tal cual es, y
deseamos transformarla, lo cual no significa que yo abogue por la resignación,
al contrario. Si aceptamos lo que somos, entonces vemos que la cosa que nos
aterraba, la cosa que llamábamos aburrimiento, desesperación, miedo, ha sufrido
un cambio completo. Hay una transformación completa de la cosa que nos infundió
temor.
… Nuestra conciencia incluye, en sus capas
más profundas, nuestros miedos. El hombre ha vivido con miedo generación tras
generación. Ha vivido con el placer, con la envidia, con todos los tormentos de
la soledad, la depresión y el desorden. Ha vivido con gran dolor, con lo que él
llama amor y con el perpetuo miedo a la muerte. Todo esto es nuestra
conciencia, que es común a toda la humanidad. Dense cuenta de lo que eso
significa, significa que ya no somos individuos separados. Esto es muy difícil
de aceptar porque se nos ha programado como a una computadora, para pensar que
somos individuos. Se nos ha programado religiosamente para creer que uno tiene
un alma separada de todos los demás. Al estar programado, nuestro cerebro
trabaja dentro del mismo patrón siglo tras siglo.
… Esto es lo que está pasando en todo el
mundo. Hemos negado a Dios, las iglesias han perdido su sentido, la autoridad
del sacerdote se ha terminado. Cuanto más piensa uno, más depura la mente de
todos estos absurdos. Tenéis pues, que hacer frente al temor, tenéis que
comprenderlo. ¿Lo seguís? Tenéis que descubrir. Porque no sólo existe el temor
de la muerte, el de las cosas que habéis hecho y las que no habéis hecho, sino
que está la desesperación, la ansiedad y la culpa que nacen del temor. Todas
éstas son expresiones del miedo. De modo que, si la mente no ha de
deteriorarse, si ha de ser viviente, activa, rica, tiene que eliminar el temor.
Hasta que no hagamos eso, no creo que podamos saber lo que significa amar ni lo
que significa tener paz, no la paz política y todo eso, sino un verdadero
sentido de quietud interna, no afectado por el tiempo, incorruptible; esto no
tiene relación con esa cosa llamada paz, que es concebida por la mente del
hombre.
… Es pues imperativo que la mente esté libre
de miedo, porque es sólo la mente libre la que puede descubrir si hay algo más
allá. Podéis llamarlo verdad, Dios o lo que queráis; eso es lo que el hombre ha
estado buscando por centurias, por milenios. El miedo es el estado común a toda
la humanidad, sea que uno viva en una casita o en un palacio, que carezca de
trabajo o lo tenga en abundancia, que posea enormes conocimientos acerca de
todo lo que hay sobre la tierra o sea un ignorante, que sea un sacerdote o el
más alto representante de Dios; cualquier cosa que uno sea, siempre está este
miedo profundamente arraigado que es común a toda la humanidad. Y ése es el
terreno común sobre el cual toda la humanidad se sostiene. Acerca de esto no
hay ninguna duda. Se trata de un hecho absoluto, irrevocable, que no puede
refutarse. En tanto el cerebro se encuentra preso en este patrón del miedo, su
funcionamiento es limitado y, por ende, nunca puede operar totalmente. En
consecuencia, si la humanidad ha de sobrevivir completamente como una humanidad
de seres humanos y no como un conjunto de máquinas, es indispensable que
descubramos por nosotros mismos si es posible estar totalmente libres del
miedo.
… Para aprender acerca de mí no puedo seguir
a nadie. Si sigo a alguien no estoy aprendiendo. Aprender significa que el
pasado no interviene, porque el "yo" es algo extraordinariamente
vital, en movimiento, dinámico, debo mirarlo con una mente nueva. No existe una
mente nueva si el pasado está siempre funcionando. Eso es un hecho. Lo veo.
Entonces, al verlo, me doy cuenta de que estoy atemorizado. No sé qué sucederá.
De modo que quiero aprender sobre el miedo. ¿Entienden? Estoy avanzando todo el
tiempo en el movimiento del aprender. Quiero saber acerca de mí mismo y me doy
cuenta de algo, de una verdad profunda. Voy a aprender acerca del temor, lo
cual significa que no debo huir de él cueste lo que costare. No debo tener
ningún deseo sutil de huir de él. ¿Qué le sucede, por tanto, a una mente que es
capaz de mirar el temor sin división alguna? Siendo la división el intento de
librarse de él, además de las formas sutiles de escape, represión, etc., ¿qué
le sucede a la mente cuando se enfrenta al miedo y no existe la posibilidad de
huir de él? Por favor, descúbranlo, pongan su mente en ello.
… Uno de los resultados del miedo es la
aceptación de la autoridad en los asuntos humanos. Creamos autoridad con
nuestro deseo de verdad, de seguridad, de comodidad, de evitar conflictos y
confusiones conscientes; pero nada que sea un resultado del miedo puede ayudarnos
a entender nuestros problemas, aunque el miedo asuma apariencia de respeto y
sumisión a los llamados sabios. Los sabios no hacen uso de la autoridad, y los
que tienen autoridad no son sabios. El miedo en cualquier forma impide que nos
entendamos nosotros mismos y nuestras relaciones con las cosas.”
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