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LA RIQUEZA DE LA VERDADERA FELICIDAD NO PERTENECE AL TIEMPO


   “… Están el ayer, el hoy y el mañana; eso es una realidad, eso es también medida. Pero nos preguntamos si existe en absoluto el tiempo psicológico, o si el pensamiento ha inventado el tiempo, el tiempo psicológico, a fin de sentir que puede obtener alguna clase de seguridad y vivir en ella.

   … Desearía hablar un poco acerca de lo que es el tiempo porque creo que el enriquecimiento, la belleza y la significación de aquello que es atemporal, de aquello que es verdadero, sólo puede experimentarse cuando comprendemos todo el proceso del tiempo. Después de todo, cada uno a su manera, nosotros buscamos una sensación de felicidad, de enriquecimiento, una vida que tenga significación; la riqueza de la verdadera felicidad no pertenece al tiempo. Como el amor, una vida así es atemporal; y para comprender aquello que es atemporal no debemos enfocarlo a través del tiempo, sino más bien comprender el tiempo. No debemos utilizar el tiempo como medio de lograr, de realizar, de captar lo atemporal. Pero eso es lo que hacemos en la mayor parte de nuestra vida, pasar el tiempo tratando de captar aquello que es atemporal; de modo que es importante comprender qué entendemos por tiempo, porque yo creo que es posible estar libre del tiempo. Es muy importante comprender el tiempo como un todo, no parcialmente.

   … Existe un estado que no es imaginación ni fantasía romántica, que no pertenece al tiempo ni es producto del pensamiento y la experiencia. Pero para dar con él, debemos desprendernos de todas las monedas falsas que hemos atesorado, enterrarlas tan profundamente que ningún otro pueda encontrarlas. Porque el otro piensa que debe pasar por todas esas cosas que hemos desechado, y es por eso que esas cosas ya descartadas jamás deben ser encontradas por otro. Porque de lo contrario, surge la imitación y las monedas falsas vuelven a acuñarse. Negarlas no requiere esfuerzo ni una fuerte voluntad ni la atracción de algo más grande; uno las desecha muy sencillamente porque ve su futilidad, su peligro, su inherente capacidad de causar perjuicio, y su vulgaridad.

   … Así que nuestro problema es: ¿Puede el conflicto, la confusión, solucionarse a lo largo de un período de tiempo, ya sea de unos días, años o vidas? ¿Qué sucede cuando uno dice: «Voy a practicar la no violencia durante cierto período de tiempo»? El hecho mismo de practicarla indica que uno está en conflicto, ¿no es cierto? Uno no necesita practicar si no está en lucha con el conflicto, pero dice que es necesaria la lucha para poder superarlo, y para luchar se necesita tiempo; pero luchar con el conflicto es en sí mismo una forma de conflicto. Uno malgasta su energía luchando contra el conflicto, que se expresa en cierta forma, ya sea codicia, envidia o violencia, pero la mente sigue estando en conflicto. Por eso es tan importante ver la falsedad de este proceso que depende del tiempo como un medio para superar la violencia y, en consecuencia, liberarse de ese proceso. Entonces uno puede ver ‘lo que es’.

   … Así como el alfarero moldea la arcilla a su arbitrio, así puede el hombre moldear su vida según el deseo de su corazón. Así como las vasijas de alfarero pueden moldearse en formas hermosas o feas, así la vida puede ser hermosa o repugnante según el propósito que hayáis establecido. Quiero ayudaros a establecer la meta que buscáis y deseáis alcanzar, la meta que aguarda a todas las gentes del mundo cualesquiera sean sus experiencias, pensamientos y emociones. Entonces seréis capaces de guiaros por entre las tinieblas del mundo, como el caminante se guía en noche obscura por la situación de las estrellas.

   Una vez hayáis establecido vuestra meta que es la liberación y, por tanto, la felicidad, la vida, ya no habrá más confusión y desaparecerán el tiempo y las complicaciones del tiempo. Por no haber establecido vuestra meta, el presente os parece como una montaña después de puesto el sol; falta la luz, y la obscuridad de la montaña cubre el valle. El tiempo no es más que un sujetador de la vida y en el momento en que os libréis de él, trascenderéis el tiempo. Entonces podréis guiaros sin depender de autoridad alguna. Ya nada temeréis. No habrá para vosotros conflicto entre el bien y el mal. Una vez sea libre vuestra vida hallaréis la felicidad, la única meta, la única y absoluta Verdad.

   … El mero hecho de citar una autoridad no es conocimiento propio, no es descubrimiento del proceso del "yo", y por lo tanto carece de valor. Tenéis que principiar como si nada supierais, y sólo entonces hay un descubrimiento creativo, libertador; y sólo entonces vuestro descubrimiento os trae felicidad y júbilo. Pero la mayoría de nosotros vive de palabras; y las palabras, como la memoria, son el resultado del pasado. El hombre que vive en el pasado no puede comprender el presente. Tenéis pues, que descubrir el proceso de vosotros mismos de instante en instante, lo cual significa que debéis ser perceptivos, conscientes de vuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Sed perceptivos, y entonces veréis cómo vuestros pensamientos, sentimientos y acciones no sólo se basan en la norma establecida por la sociedad o por los instructores religiosos, sino que son la consecuencia de vuestras propias inclinaciones.

   … Somos el producto del pasado; nuestro pensamiento es el resultado del ayer, y con el ayer es obvio que no podemos afrontar el hoy, porque el hoy es nuevo. Cuando abordamos lo nuevo con el ayer, estamos continuando el condicionamiento del ayer en la comprensión del hoy. Nuestro problema al encarar lo nuevo es cómo comprender lo viejo y, en consecuencia, estar libres de lo viejo. Lo viejo no puede comprender lo nuevo; uno no puede "poner vino nuevo en botellas viejas". Por lo tanto, es importante comprender lo viejo, que es el pasado, que es la mente que se basa en el pensar.

   … El cambio radical consiste en eliminar por completo el tiempo, no decir que llegaré a ser algo, que cambiaré más tarde. ¿Entiende? Ése es uno de los aspectos básicos de la transformación; puedo dar muchas más explicaciones, pero ésa es una de las claves. ¿Lo ve?”

    J. Krishnamurti

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