“La Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. La Verdad, al ser ilimitada, incondicionada, absolutamente inabordable por ningún camino, no puede ser organizada, ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente a lo largo de algún sendero particular. Mi único interés es hacer que los hombres sean absoluta, incondicionalmente libres.
… Siendo el pensamiento la respuesta de la memoria, del conocimiento y la experiencia, ¿puede el pensamiento resolver nuestros problemas? La memoria es un proceso material; el pensamiento es un proceso material y químico, los científicos concuerdan en esto. Y las cosas que el pensamiento ha creado en el mundo, así como en nosotros mismos, constituyen el campo de la realidad, el mundo de las cosas. “Realidad” significa «la cosa que existe». Por tanto, para investigar qué es la verdad, uno debe tener muy claro dónde están las limitaciones de la realidad, y no debe permitir que esa realidad se introduzca en el mundo que no es real.
… La verdad sólo puede venir a la mente que
está vacía de lo conocido. Adviene en un estado en el cual lo conocido está
ausente, no actúa. La mente es el almacén de lo conocido, el residuo de lo
conocido; y para que la mente se halle en ese estado en que lo desconocido se
manifiesta; ella debe darse cuenta de sí misma, de sus experiencias anteriores,
conscientes así como inconscientes, de sus respuestas, reacciones y estructura.
Cuando hay completo conocimiento de uno mismo, entonces lo conocido tiene fin y
la mente está del todo vacía de lo conocido. Sólo entonces la verdad puede
venir a vosotros, sin que la invitéis. La verdad no pertenece a vosotros ni a
mí. No podéis rendirle culto. No bien es conocida, ella es irreal. El símbolo
no es la realidad, la imagen no es lo real; mas, cuando hay comprensión de uno
mismo, cesación "yo", entonces adviene lo eterno.
.… Y bien, para mí existe esa realidad, una
realidad viviente y eterna, llámenla Dios, inmortalidad, eternidad o como
quieran llamarla. Existe algo viviente, creativo, que no puede ser descrito,
porque la realidad elude cualquier descripción. Ninguna descripción de la
verdad puede ser duradera, porque sólo puede ser una ilusión hecha de palabras.
Uno no puede conocer el amor mediante la descripción de otro; para conocer el
amor, uno mismo debe experimentarlo. No podemos conocer el gusto de la sal
hasta que hemos probado la sal por nosotros mismos. Sin embargo, gastamos
nuestro tiempo buscando una descripción de la verdad, en vez de tratar de
descubrir la manera de realizarla. Digo que no puedo describir, no puedo poner en
palabras esa realidad viviente que está más allá de toda idea de progreso, de
crecimiento. Cuídense del hombre que trata de describir esa realidad viviente,
porque ésta no puede ser descrita; debe ser experimentada, vivida.
… Esta realización de la verdad, de lo
eterno, no se encuentra en el movimiento del tiempo, el cual no es sino un
hábito de la mente. Cuando ustedes dicen que realizarán la verdad en el curso
del tiempo, o sea, en algún futuro, entonces sólo están posponiendo esa
comprensión que siempre debe estar en el presente. Pero si la mente comprende
la integridad de la vida y está libre de la división del tiempo en pasado,
presente y futuro, entonces adviene la realización de esa realidad viva y
eterna.”
J. Krishnamurti