“… Si queremos
comprender el hecho, las opiniones no son necesarias; todo lo contrario, las
opiniones son un impedimento. Para investigar la conciencia uno debe estar
libre, no puede estar atado a una teoría o conocimiento. Así que el primer
requisito para un ser humano serio que quiere aprender es estar libre para
investigar, lo cual significa no tener miedo, estar libre para mirar, para
observar, para cuestionar, para ser inteligentemente escéptico y no aceptar
ninguna opinión. Vamos a investigar algo que exige toda nuestra atención, y no
podrán estar atentos si tienen opiniones, ideas, fórmulas o conocimientos de lo
que otras personas han comentado. Como decíamos el otro día, si uno camina bajo
la luz de otro, no importa quien le haya dado esa luz, le conducirá a la
oscuridad. Uno sólo puede caminar bajo la luz de su propia comprensión si hay
atención y silencio, lo cual exige muchísima seriedad.
… Si me rebelo contra
la religión a la que pertenezco, como reacción me uniré a otra religión, porque
me ofrece, o eso creo, mayor libertad y sensaciones, una nueva serie de frases,
enunciados, dogmas e ideologías; pero debido a esa reacción seré incapaz de
investigar. Sólo una mente libre, una mente que no reacciona, puede investigar;
no sólo la mente humana, sino también toda la estructura psicológica del orden
social del que uno forma parte, cuestionando, dudando, siendo escéptico. Para
indagar, para cuestionar, para descubrir, hace falta una inmensa libertad y no
grandes reacciones. Si hay libertad, hay pasión, y una intensidad que no tiene
relación alguna con la intensidad o la pasión de la reacción. La pasión, la
intensidad, la vitalidad, la energía de la libertad no tiene límites, mientras
que el entusiasmo, el interés, la vitalidad de la reacción puede cambiar y ser
modificada.
… Por favor, no acepten lo que se les está
diciendo; si lo hacen, ello no tendrá ningún significado. Si no empiezan por
dudar, cuestionar, por ser escépticos a fin de inquirir, si se aferran a sus
propias creencias particulares, a la propia fe, a la experiencia o al
conocimiento que han acumulado, entonces reducirán todo esto a alguna clase de
pequeñez con muy escaso significado. Si así lo hacen, no estarán encarando el tremendo
problema a que se enfrenta el hombre.
… ¿Por qué el hombre,
que es tan altamente refinado en una dirección carece por completo de
inteligencia en otras direcciones? ¿Se termina el conflicto por medio de los
conocimientos, conocimientos acerca de uno mismo, o acerca del mundo,
conocimiento sobre la materia, más estudios sobre la sociedad para tener
mejores organizaciones e instituciones, adquiriendo así más y más
conocimientos? ¿Resolverá eso nuestro conflicto humano? ¿O es que la libertad
con respecto al conflicto nada tiene que ver con el conocimiento?
… Muchos intelectuales
en todo el mundo huyen asustados de la religión. Ellos ven lo que son las
religiones en el mundo actual, con sus creencias, dogmas, rituales y la
organización jerárquica de su existencia establecida; y más bien se burlan y
escapan de cualquier cosa que tenga algo que ver con la religión. Y a medida
que envejecen y se acercan a ese umbral llamado muerte, recaen con frecuencia
en su antiguo condicionamiento; se vuelven católicos o siguen a algún gurú de
la India o del Japón. En todo el mundo la religión ha perdido su credibilidad y
ya no tiene significado alguno en la vida cotidiana. Cuanto más uno las examina
y más advierte el contenido íntegro de todas las estructuras religiosas, más
escéptico se vuelve sobre todo este asunto; y, como los intelectuales, nada
quiere tener que ver con eso. Y los que no son escépticos, tratan a las
religiones románticamente, emocionalmente o como una forma de entretenimiento.
… La meditación sólo
tiene significado cuando se comprende al meditador. Al practicar lo que llaman
meditación, el meditador está separado de la meditación, ¿no es cierto? ¿Por
qué existe esta diferencia, esta separación entre ambos? ¿Es inevitable o es
necesario poner fin a esa separación? Sin comprender realmente la verdad o la
falsedad de esta aparente división, los resultados de la llamada meditación son
semejantes a los que pueden producirse por medio de cualquier tranquilizante
que se tome para aquietar la mente. Si nuestro propósito es dominar el
pensamiento, entonces servirá cualquier sistema o droga que produzca el efecto
deseado. «Pero usted elimina de un plumazo todos los ejercicios de yoga, los
sistemas tradicionales de meditación que han practicado y recomendado a lo
largo de los siglos los innumerables santos y ascetas. ¿Cómo pueden estar todos
ellos equivocados?»
¿Pero por qué no pueden
estar todos ellos equivocados? ¿Por qué esta credulidad? ¿Acaso un escepticismo
atemperado no ayuda a entender todo este problema de la meditación? Si acepta
lo que dicen es porque está deseando obtener resultados, tener éxito, quiere
"llegar". Para comprender qué es la meditación debe dudar,
investigar, la mera aceptación destruye la posibilidad de investigar. Tiene que
ver por sí mismo lo falso como falso, la verdad en lo falso, y la verdad como
verdad, porque nadie puede instruirle en esto. La meditación es el camino de la
vida, forma parte de la existencia diaria, y la plenitud y la belleza de la
vida sólo se pueden comprender a través de la meditación. Sin comprender toda
la complejidad de la vida y las reacciones cotidianas momento a momento, la
meditación se convierte en un proceso de autohipnosis. La meditación del
corazón es la comprensión de los problemas diarios; no puede ir muy lejos si no
empieza desde muy cerca.”
J. Krishnamurti