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CUANDO ACTUAMOS CON LA ESPERANZA DE UNA RECOMPENSA, LA ACCIÓN EN SÍ MISMA NADA SIGNIFICA

 

   “… Pueden ver lo que pasa en Europa desde la guerra, más sentimiento nacional, mayor agitación de banderas, mayores barreras arancelarias. Eso, por cierto, no va a producir hermandad. Podrá producirla en el sentido de que habrá una gran catástrofe y la gente se despabilará y dirá: "Por Dios, despertemos y seamos sensibles". Finalmente, puede que eso produzca hermandad; pero no van a producirla las nacionalidades, no más que las diferencias religiosas, las cuales, si lo piensan bien, se basan en un refinado egocentrismo. Todos queremos estar seguros en el cielo, sea lo que fuere ese sitio queremos estar a salvo, y por eso creamos instituciones, organizaciones para que generen la certidumbre; llamamos a eso religiones y, de tal modo, aumenta la explotación. Mientras que, si vemos realmente la falsedad de todas estas cosas, no sólo percibiéndolas con el intelecto, sino sintiéndolas en totalidad con la mente y el corazón, entonces la hermandad es posible.

   … Espero que no le choque cuando le diga que el hombre no ganará el reino de los cielos de esa manera. Ahora vea lo que está diciendo: “Mediante el servicio obtendré algo que deseo”. Su declaración implica que usted no sirve de manera completa, busca obtener una recompensa por su servicio. Dice: “Mediante una conducta virtuosa conoceré a Dios”. Es decir, lo que le interesa realmente no es la conducta virtuosa sino conocer a Dios; separa así a Dios de la conducta virtuosa. Pero no es mediante el servicio, ni mediante el amor o la adoración o la plegaria, sino sólo en la acción misma, donde se encuentra la verdad, Dios. ¿Comprende? Cuando usted pregunta: “¿Ganaré el reino de los cielos mediante el servicio?”, su servicio no tiene sentido porque usted se interesa fundamentalmente en el reino de los cielos, se interesa en obtener algo a cambio, es una especie de trueque, como lo es la mayor parte de nuestra vida. La relación implica amar al otro. ¿Qué quiere decir esa palabra ‘amor’? Yo amo esto o yo amo aquello, amo a Dios, amo a mi gurú. ¿Qué significa ese amor? ¿Se basa en la recompensa y el castigo? Considérenlo, señores, porque siempre estamos atrapados entre los dos extremos, la recompensa y el castigo. Yo sigo a mi gurú porque él va a prometerme el cielo, me ha de consolar. Estamos presos en esto. ¿Es la relación un proceso de recompensa y castigo? ¿Es un movimiento como ése el amor? Considérenlo cuidadosamente.

   … ¿Por qué creamos el opuesto? ¿Por qué? Todas las religiones, todos los filósofos que se precien de serlo pregonan que no debemos ser codiciosos, codiciosos o lo que fuere, o bien nos advierten que si lo somos no alcanzaremos el cielo. La tradición y toda la caterva de expertos y santos han cultivado siempre la idea del opuesto, y lo que trato de decir es que no puedo aceptar «aquello», ya que, a mi entender, «aquello» es un escape de «esto».

   … Por lo tanto, cuando dice: “Mediante la virtud, mediante el amor, llegaré, realizaré”, lo que le interesa es la realización, la cual no es más que un escape, una forma de imitación. Por eso, su amor o su acto virtuoso no tiene sentido. Si usted es bondadoso conmigo porque puedo darle algo a cambio, ¿qué significación tiene su bondad? Ése es todo el proceso de nuestra vida. Tenemos miedo de vivir. Sólo cuando alguien cuelga una recompensa ante nuestros ojos nos decidimos a actuar, y entonces actuamos no por la acción misma, sino con el fin de obtener esa recompensa. En otras palabras, actuamos por lo que podemos conseguir gracias a la acción. Lo mismo ocurre con nuestras plegarias. O sea, debido a que nuestra acción carece en sí misma de significado, a que creemos que necesitamos un estímulo para actuar correctamente, hemos puesto delante de nosotros una recompensa, algo que deseamos, y confiamos en que ese aliciente, ese juguete nos dará satisfacción. Pero cuando actuamos con la esperanza de una recompensa, la acción en sí misma nada significa.

   … Luego, ¿qué nos hará cambiar a cada uno de nosotros, que con seguridad queremos originar una sociedad buena? Se nos ha prometido el cambio a modo de premio, el cielo, un nuevo tipo de incentivo, una nueva ideología, una nueva comunidad, nuevos grupos, nuevos gurús; o de castigo, «si no haces esto irás al infierno». Como consecuencia, todo nuestro pensar está basado en el principio del castigo y la recompensa; actuamos de determinada forma sólo si podemos sacar algo a cambio. Sin embargo, esa clase de actitud o esa manera de pensar no generará un cambio radical, y sin duda todos nos damos cuenta de que ese cambio es absolutamente necesario. Por lo tanto, ¿qué vamos a hacer?

   … ¿Qué es lo que desea cada uno de ustedes? Yo no puedo darles dinero, ni un empleo, ni conducirlos al cielo ni a la salvación; entonces, ¿qué puede hacer quien les habla? Todo cuanto puede hacer es señalar ciertos factores, sucesos, ciertas experiencias que son nocivas para la existencia humana; él puede señalar que el nacionalismo es un gran peligro, que cualquier religión que no libera al hombre es un peligro extraordinario, los libros que ustedes llaman sagrados son inútiles si no los ayudan a liberarse. ¿Podemos, pues, ayudarnos el uno al otro a estar libres, libres del miedo, del dolor, de la ansiedad, a fin de que tengamos en el mundo alguna clase de paz, de amor? ¿Podemos hacer esto juntos? ¿O es imposible? ¿Les gustaría que quien les habla lo hiciera acerca de la terminación del dolor?, ¿quisieran que les comunicara una manera de vivir totalmente distinta de la manera como vivimos ahora? Eso será posible solamente si nuestras relaciones y nuestras acciones son las debidas, las correctas.

   … Si existe el amor, uno deja de ser un líder, porque el amor no ejerce ninguna autoridad. Y lo mismo se aplica al seguidor. En el momento en que uno sigue a alguien está aceptando la autoridad; la autoridad que proporciona seguridad, un rincón seguro en el cielo, o un rincón seguro en este mundo. Cuando uno sigue a alguien, buscando seguridad para sí mismo, para su familia, para su raza, para su nación, ese seguimiento indica que necesita estar seguro, y una persona que busca la seguridad no conoce la cualidad del amor.”

   J. Krishnamurti