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PERO EN LO PSICOLÓGICO, EL TIEMPO Y EL PENSAMIENTO GENERAN MIEDO

   “… No podemos ser nosotros mismos cuando amamos a instancias del miedo; entonces es miedo, no amor; miedo que se expresa de muchas maneras, aunque podamos disimularlo llamándolo amor. El miedo no puede permitirnos ser nosotros mismos. El intelecto tan solo guía al miedo, lo controla, pero jamás puede destruirlo, porque el intelecto es la causa misma del miedo.

   Como el miedo no puede permitir que seamos nosotros mismos, ¿de qué modo podremos, entonces, vencer este miedo, toda clase de miedos, no un tipo de miedo en particular? ¿Cómo ha de liberarse uno mismo de este miedo del cual puede o no estar consciente? Si no tienen conciencia del miedo tórnense conscientes de él, dense cuenta de sus pensamientos y acciones, y pronto tendrán conciencia del miedo. Y si están conscientes del miedo, ¿cómo van a liberarse de él? ¿Van a liberarse del miedo mecánicamente, por medio de la voluntad? ¿O el miedo comenzará a disolverse por su cuenta, espontáneamente? El proceso mecánico o volitivo no puede sino ocultar el miedo más y más, vigilarlo y restringirlo cuidadosamente, permitiendo solo las reacciones de la moralidad controlada. Debajo de estos patrones controlados de conducta el miedo debe, por fuerza, continuar siempre. Este es el resultado inevitable del proceso mecánico de la voluntad, con sus disciplinas, deseos, controles y demás.

   … Cuando digo que conozco los efectos del miedo, ¿qué significa? Los conozco verbalmente, es decir, intelectualmente; los conozco como recuerdo, como algo que ha sucedido en el pasado y digo: ‘esto sucedió’. De modo que el pasado me informa cuáles son sus efectos, pero no los veo en el momento del hecho. Por lo tanto, se trata de algo recordado y no real. Por el contrario, ‘conocer’ significa ver sin acumulación, sin reconocer, sino ver el hecho. ¿He logrado comunicarles esto? Cuando digo: ‘tengo hambre’, ¿me lo informa el recuerdo de haber tenido hambre ayer o el hecho real del hambre ahora? Ser realmente consciente de que tengo hambre ahora es del todo diferente de la respuesta de un recuerdo que me dice: has tenido hambre y, por tanto, quizás puedas tenerla ahora. ¿Está el pasado informándome de los efectos del temor o se da cuenta de los efectos reales del temor? Las acciones en ambos casos son enteramente distintas, ¿no? Una, dándose cuenta completamente de los efectos del temor ahora actúa instantáneamente. Pero, si es la memoria la que me habla de los efectos, entonces la acción es distinta. ¿Me he explicado con claridad? Ahora bien, ¿de cuál se trata? 

   … Eso era lo que estaba tratando de explicar. La acción en los dos casos es del todo diferente. ¿Lo ve? Por favor, si no lo ve no diga ‘sí’, no juguemos. Es muy importante comprender esto. ¿Está el pasado informándole de los efectos del temor o hay una percepción directa, un darse cuenta de los efectos del temor ahora? Si el pasado le está diciendo cuáles son los efectos del temor la acción es incompleta y, por lo tanto, contradictoria, engendra conflicto. Pero si uno se da cuenta completamente de los efectos del temor ahora, la acción es total.  

   …Si tengo miedo busco valor. Entonces mi valor es lo opuesto del miedo, lo cual no me libra del miedo. Sólo escapo hacia lo que llamo valor. Pero si estoy libre del miedo, del miedo mismo, entonces estoy libre tanto del miedo como del valor. Por eso, donde hay opción, todo el tiempo hay conflicto como ayer, hoy y mañana; y donde la acción está exenta de opciones, el tiempo es una totalidad, no existen el ayer, el hoy y el mañana. Eso es eternidad, es inmortalidad.

   … Ahora ustedes están buscando constantemente opuestos; cuando tienen miedo buscan valor como un sustituto para el miedo, pero ese sustituto no los libera realmente del miedo. En lo fundamental siguen atemorizados, ese miedo básico lo han tapado meramente con la idea del valor. El hombre que persigue el valor o cualquier otra virtud está actuando superficialmente, mientras que si tratara de comprender inteligentemente esta persecución del valor, ello lo conduciría al descubrimiento de la verdadera causa del miedo, descubrimiento que lo liberaría tanto del miedo como de su opuesto. Y ese no es un estado negativo, es el único modo dinámico y positivo de vivir.

   ¿Cuál es, por ejemplo, nuestro interés inmediato cuando experimentamos un dolor físico? Queremos alivio instantáneo, ¿no es así? No pensamos en los momentos en que no sentíamos dolor ni en los momentos en que no sentiremos dolor. Solo nos interesa el alivio inmediato de ese dolor. Buscamos el opuesto. Estamos tan consumidos por ese dolor que anhelamos librarnos de él. La misma actitud existe cuando todo nuestro ser se halla consumido por el miedo. Cuando ese miedo surja no escapen de él. Afróntenlo completamente con todo el ser, no traten de desarrollar valor. Solo entonces comprenderán su causa fundamental y con eso liberarán del miedo a la mente y al corazón.

   … ¿Cómo voy a deshacerme del miedo? Por favor, señores, presten atención. Este es nuestro problema, suyo y mío, de todo ser humano que desee librarse del miedo, porque si puedo deshacerme de él, entonces el yo, el ego que está creando tanto desorden, tanta desdicha en el mundo, puede desaparecer. ¿No es el ego en su naturaleza misma la causa del miedo? Porque quiero sentirme seguro si no tengo seguridad económica, quiero estar seguro en el ámbito político, social, en mi reputación; quiero sentirme seguro en el otro mundo; quiero tener el respaldo de Dios, que me dé una palmadita en el hombro y me diga: ‘tendrás una mejor oportunidad en la próxima vida’; quiero que alguien me diga lo que tengo que hacer, que me anime, que me dé amparo, que me ofrezca un refugio. Así que, en tanto siga buscando seguridad en cualquiera de sus formas tiene que haber miedo, del cual surgen todos los impulsos básicos. De modo que, si puedo comprender lo que es el miedo, tal vez entonces pueda haber un desprendimiento de esa constante elección.

   … El pasado está siempre deseando dar nacimiento al presente, y eso se convierte en la memoria que identifica al ‘yo’ y ‘lo mío’. El ‘yo’ es la raíz de todo miedo.”

        J. Krishnamurti



LA VERDAD ES UNA CONTINUA RENOVACIÓN, UN DEVENIR ETERNO

    “… Si durante esta disertación algo de lo que se dice resulta opuesto a vuestro modo de pensar y a vuestra creencia, escuchad nada más, no resistáis. Podréis tener razón y yo podré no estar en lo cierto, pero escuchando y considerando esto juntos, vamos a descubrir qué es la verdad. La verdad no puede dárosla nadie. Tenéis que descubrirla, y para descubrir es preciso que haya un estado mental en el que existe la percepción directa. No hay percepción directa cuando hay una resistencia, un resguardo, una protección. La comprensión llega dándose uno cuenta de ‘lo que es’. Saber exactamente lo que es, lo real, lo efectivo, sin interpretarlo, sin condenarlo ni justificarlo es, por cierto, el comienzo de la sabiduría. Sólo cuando empezamos a interpretar, a traducir de acuerdo con nuestro condicionamiento, a nuestro prejuicio, pasamos por alto la verdad.

   Un hombre puede tener conocimiento sólo sobre cosas conocidas, no puede tener conocimiento sobre lo desconocido. Lo desconocido surge de instante en instante, no se lo puede juntar, acumular. Siendo atemporal, no puede ser acumulado y usado. El gurú, el llamado maestro, que afirma que sabe, no puede conocer más que las cosas que ha experimentado, y lo que ha experimentado está condicionado, es del tiempo y, por consiguiente, no es verdadero. Es pues esencial, si vosotros y yo queremos comprendernos unos a los otros, establecer la justa relación entre nosotros desde el principio mismo. No estáis escuchando para que yo os enseñe, estáis escuchando para aprender. La vida es un proceso de aprender, pero no se puede aprender mientras la mente está acumulando. ¿Cómo podéis aprender si la mente se interesa en acumular, y en utilizar lo recién adquirido para aumentar su acumulación?

    Él puede ser veraz, pero un hombre así no sabe qué es la verdad. ¿Por qué prestan atención al hombre que dice: “yo sé que Dios existe, que existen la verdad, la inmortalidad, ¿que hay un Maestro?” ¿Por qué le prestan atención? Porque están buscando certidumbre.

   Uno sólo puede conocer lo que es estático, no lo que es dinámico, lo que se mueve. Uno no puede decir: conozco una cosa que se mueve. La verdad es eso, es algo viviente. Ustedes pueden describirla, ponerla en un marco y decir: esta es la verdad. A causa de que estamos buscando esta constante certidumbre, esta certeza, esta seguridad, entregamos todo nuestro amor, nuestra devoción, nuestra confianza, todo, al hombre que dice: “yo sé”. Nosotros mismos deseamos estar tranquilos, nosotros mismos deseamos esta constante seguridad, la cual pensamos que va a librarnos del conflicto. No lo hace, tan solo nos embota.

   La verdad no es para ser conocida, no es estática, no es una finalidad, una meta. Es una continua renovación, un devenir eterno. Por lo tanto, cuídese del hombre que dice: yo sé. No del hombre, sino de usted mismo, porque respeta a ese hombre, quien le da lo que usted necesita, consuelo. En eso reside la explotación. Usted está creando al hombre que va a explotarlo.

   … El propagandista es simple repetidor, él no dice la verdad. Es por eso por lo que la propaganda hace en el mundo un daño infinito. El conferenciante que sale a hacer propaganda por una idea, es en realidad un destructor del pensamiento porque se limita a repetir su propia experiencia o la de otro. Pero la verdad no puede ser repetida, la verdad tiene que ser experimentada de instante en instante por cada uno. Comprendiendo eso, ¿qué podéis hacer para ayudar, para promover esta enseñanza? Todo lo que podéis hacer es vivirla; por poco que sea lo que comprendéis, por ínfima parte que sea, vividla completamente, no de un modo superficial sino profundamente, plenamente, tan vitalmente, tan intrínsecamente y con tanto entusiasmo como os sea posible. Entonces, como una flor en un jardín, ese vivir exhala de por sí su perfume. No necesitáis hacerle propaganda a un jazmín. El jazmín mismo la hace, su belleza, su perfume, su encanto cuenta su historia. Cuando no tenéis ese encanto, esa belleza, hacéis propaganda por ella. Pero no bien habéis entendido un poco, habláis al respecto, lo predicáis, lo gritáis porque con vuestra propia comprensión ayudáis a otro a comprender, y por lo tanto la comprensión se difunde de más en más, avanza cada vez más lejos.

   … Para mí no existe tal cosa como una técnica para vivir, una técnica para la realización de la verdad. Si hubiera una técnica así para que ustedes la aprendieran, serían meramente esclavizados por otro sistema.

   La realización de la verdad llega solamente cuando hay integridad de acción sin esfuerzo. Y la cesación del esfuerzo llega mediante la percepción alerta de los obstáculos, no cuando tratamos de vencerlos. O sea, cuando somos plenamente conscientes, cuando estamos plenamente atentos, con nuestra mente y nuestro corazón, con la totalidad del ser; entonces, mediante ese estado de atención plena y alerta, podremos vernos libres de los obstáculos. Experimenten y lo verán. Todo aquello que han conquistado los ha hecho esclavos. Solo cuando han comprendido un impedimento, con todo el ser, solo cuando han comprendido realmente la ilusión de seguridad, ya no luchan más contra el impedimento. Pero si solo son intelectualmente conscientes de los obstáculos, continuarán luchando contra ellos.

   La concepción que tienen de la vida se basa en este principio. El esfuerzo que hacen para alcanzar el logro espiritual, la evolución espiritual, es el resultado del deseo que sienten por nuevas seguridades, nuevos engrandecimientos, nuevas glorias y, de aquí, esta lucha continua e incesante.

   Digo pues, que no busquen un camino, un método. No hay método ni camino hacia la verdad. No busquen un camino, más bien tomen conciencia de los impedimentos. La percepción alerta no es algo meramente intelectual, es tanto mental como emocional, es integridad en la acción. Entonces, en esa llama de la percepción alerta se disuelven todos estos impedimentos porque uno los penetra. Al hacerlo, puede percibir directamente, sin opción, aquello que es verdadero. Nuestra acción nacerá entonces de esa integridad, no de la insuficiencia de la seguridad; y en esa integridad, en esa armonía de mente y corazón, está la realización de lo eterno.”

        J. Krishnamurti



COMUNICARSE SIGNIFICA CONSTRUIR, CREAR JUNTOS, Y ESA ES LA BELLEZA DE LA COMUNICACIÓN

    “… Esta es una plática informal, no preparada; es más o menos un inquirir en uno mismo; y entrar en ello en una charla pública es una cosa, pero penetrar uno solo en todo esto es muy distinto. Lo que estamos tratando de hacer es comunicarnos mutuamente este viaje en el tiempo. El inquirir implica también tiempo y el reunir palabras implica tiempo, y toda comunicación se basa en el tiempo. Y tal vez haya comprensión de lo que es el tiempo y qué es lo atemporal, no por medio de palabras ni por comunicación verbal o intelectual, sino acaso pasando por alto todo el proceso. Pero, desgraciadamente tenemos primero que indagar el tiempo verbalmente, intelectualmente. Mas esta indagación es en el sentido de aprender sobre ello, que no es recordar lo que habéis leído ni simplemente oír las palabras que estoy diciendo, sino su percepción, el verlo directamente por vosotros mismos. Y creo que esto puede tener un inmenso valor.

   … No sé si tengo una opinión. He observado mucho, conversado con muchísima gente a lo largo de mi vida y hay muy pocos que se preocupan de verdad, que se comprometen a averiguar si existe una forma distinta de vivir, una relación, una intercomunicación global, no enfrentándose meramente por cuestiones de idioma, las divisiones religiosas y políticas y todo ese absurdo, sino descubriendo realmente si podemos vivir pacíficamente en esta Tierra, sin matarnos incesantemente los unos a los otros. Me parece que esa es la verdadera cuestión a la que nos enfrentamos actualmente. Y creemos que la crisis se encuentra fuera de nosotros, pero está en nuestro interior, en nuestra conciencia.

    … La mente necesita comprender la naturaleza y estructura de la conciencia; es decir, lo que uno es, lo cual es su conciencia. Esa conciencia con su contenido constituye la totalidad de lo que se llama el ‘yo’, el ego, la persona, la estructura psicológica de su temperamento, su idiosincrasia, su condicionamiento. Uno tiene que entender esto muy bien no de forma verbal, aunque tengamos que utilizar palabras. La comunión entre dos personas se da solo cuando existe una relación en la que ambos se encuentran al mismo tiempo, profunda e intensamente involucrados en el problema. Entonces no solo hay una comunicación verbal, sino también no verbal. Y eso es lo que debemos hacer ahora aquí.

   … Sin una transformación radical del individuo la sociedad se convierte en una carga, en una irresponsable continuidad en la que el individuo no es más que una pieza del engranaje. Existe una fuerte tendencia a pensar que el individuo tiene muy poca trascendencia en la sociedad moderna actual, y que la sociedad debe hacer todo lo posible para controlar al individuo moldeando su pensamiento a través de propaganda, restricciones y de los diversos medios de comunicación masiva. El individuo en sí mismo se pregunta qué puede hacer en esa sociedad tan opresiva que se le viene encima como el peso de una montaña, y hace que se sienta prácticamente impotente. Al tener que afrontar esa cantidad de dificultades, deterioro, guerra, hambre y desdicha, el individuo, como es natural, se pregunta: ¿qué puedo hacer? Creo que la respuesta es que no puede hacer nada, lo cual es un hecho obvio, porque no puede impedir las guerras, no puede hacer mucho contra el hambre, no puede detener el fanatismo religioso o el proceso histórico del nacionalismo y todos sus conflictos.

   … ¿Por qué el hombre, que ha vivido durante tantos miles y miles de años, llega a semejante desdicha y conflictos? ¿Por qué? Este caos se ha vuelto muy alarmante. ¿Cuál es la razón de ello? Ustedes dirán: es la superpoblación, doce millones y medio de personas nacen cada año en la India, que ya está superpoblada. Dirán: es el tipo de moralidad que acompaña al conocimiento tecnológico. Dirán: es la falta de comunicación. Estas son las respuestas hábiles, cómodas. En respuestas cómodas como esas no encontrarán ustedes la profundidad o la verdad de este problema. Realmente, ¿por qué ustedes, en este país, habiendo vivido por tanto tiempo con sus maestros, sus Shankara, Gitas, gurús, con sus inmaduros santos, por qué se encuentran hoy en este estado de desorden, en esta confusión? ¿Por qué?

   Si descartan las explicaciones fáciles de la superpoblación, de la falta de moralidad que acompaña al conocimiento tecnológico, y de esta falta de comunicación directa, que puede ser cierta; ¿cuál es, entonces, la razón fundamental de esta desdicha? ¿Por qué un país como este, que ha tenido la tradición de la bondad, de la amabilidad, de no matar, de no ser crueles (no es que lo vivieran así), por qué, habiendo tenido todos estos maestros, algo ha resultado totalmente mal? ¿Cuál es y de dónde proviene la causa de ello? Para investigarlo deben ustedes examinar muy detenidamente; para examinar no deben tener prejuicios; para poder descubrir tienen que ser libres y estar exentos de temor. ¿Están ustedes trabajando tan intensamente como el que les habla o meramente escuchan las palabras?

   … Comunicarse significa construir, crear juntos, y esa es la belleza de la comunicación. Y eso se acaba cuando el que habla se vuelve una autoridad y ustedes escuchan meramente como estudiantes o discípulos. No hay maestro ni discípulo, sólo existe el aprender. Lo que han aprendido pertenece al pasado y actuar desde lo que ha sido acumulado es un proceso de adquisición, mientras que el aprender debe ser un movimiento, no una acumulación. Si comprendieran esto con la mente y el corazón llevarían ustedes una clase diferente de vida. La prueba y el examen del aprender son la vida que llevan.

   … La armonía de la belleza es la capacidad de percepción, la capacidad de percibir, lo cual significa que uno debe ser realmente sensible, y la sensibilidad viene de la profundidad del silencio. No es aconsejable ir a la escuela o a la universidad para aprender lo que es ser sensible, o ir a que alguien nos enseñe a ser sensibles. No es posible percibir si no hay cierta profundidad de silencio; si uno mira un árbol en silencio hay una comunicación que no es simplemente verbal, sino una comunicación, una comunión con la naturaleza. La mayoría de nosotros hemos perdido esa relación con la naturaleza, con los árboles, con las montañas, con todas las cosas vivas de la Tierra.”

        J. Krishnamurti