Creo que deberíamos inquirir profundamente en este asunto, y ésta es una ardua tarea. No es precisamente cuestión de discutir unas pocas ideas, sino que más bien significa penetrar muy profundamente en nosotros mismos, ver si es posible desarraigar el conflicto, de cualquier clase que sea. Requiere una mente viva, aguda, una mente que no se deje atrapar en una red de palabras. Creo que somos propensos a escuchar, sólo para oír ciertas palabras, frases e ideas, cosa que no es más que rasguñar la superficie. Y probablemente es por esto que venimos a todas estas pláticas, año tras año, y por lo que todo ello se vuelve al fin un poco estúpido, porque nos limitamos a jugar con las ideas, sin entrar jamás hondamente en la cuestión por nosotros mismos y desarraigar de hecho el conflicto." de El Estado Creativo de la Mente. Londres, 1961