"Para
comprender, la mente debe profundizar, aunque debe saber cuándo estar
pasivamente alerta. Sería tonto y desequilibrado profundizar sin el poder
curativo y de recuperación que aporta la pasividad. Investigamos, analizamos,
nos estudiamos a nosotros mismos, pero éste es un proceso que implica conflicto
y dolor; en él no hay alegría porque juzgamos, justificamos o comparamos.
No hay momentos de silenciosa consciencia,
de pasividad sin elección. Esta consciencia de no elección, esta pasividad
creativa es incluso más esencial que la observación de uno mismo y la
investigación. Así como se cultivan los campos, se siembran, se cosechan y se
les deja estar en barbecho, también nosotros debemos vivir las cuatro
estaciones en un día:
Si cultivamos, sembramos y cosechamos sin dejar descansar a la tierra, en poco tiempo
se volverá improductiva. El periodo de barbecho es tan esencial como el
labrado. Cuando la tierra está en barbecho, los vientos, las lluvias y el sol
le proporcionan productividad creativa con lo cual se renueva a sí misma De la
misma forma, la mente y el corazón deben estar en silencio, alerta en la
pasividad después de las tribulaciones, a fin de renovarse a sí mismos."
J. Krishnamurti