“Estamos condicionados por nuestras propias creencias, las creencias que nos han impuesto y el deseo de estar seguros, de no tener miedo; todo esto genera nuestro condicionamiento, como americano, ruso, hindú, musulmán, árabe, judío, etc. Estamos condicionados. Muchos nos damos cuenta de que estamos condicionados y decimos: « No es posible cambiarlo; es imposible que la mente, el cerebro por sí mismo se descondicione; por tanto, hay que aguantarlo, modificarlo y continuar así ». Si uno se observa a sí mismo, eso es lo que hacemos. Por favor, me gustaría, si el orador puede, señalar que no estamos haciendo ninguna clase de propaganda. No estamos institucionalizando una creencia en contra de otra, una dependencia en contra de otra.
No
hay nada que demostrar, porque estamos, ambos, pensando juntos. Todos nosotros,
si somos
serios, prestamos atención a este hecho: que estamos condicionados, y con este condicionamiento
creamos más y más estragos en el mundo, más y más desdicha y confusión.
Así
que preguntamos, hablando y pensando juntos: ¿es posible que este
condicionamiento
pueda
eliminarse totalmente, erradicarlo, romperlo, cambiarlo, mutarlo, etc.? Estamos pensando
juntos; no están, si puedo señalarlo, escuchando al orador para aceptarlo o negarlo. No
hay nada que aceptar o negar. Estamos pensando juntos y viendo la necesidad de
producir un
cambio radical en la sociedad, y ese cambio solo puede suceder de forma total y
completa cuando
nosotros, los seres humanos, nos transformemos. Esto es un hecho, no un
concepto. Un
concepto es meramente una conclusión, oponer una opinión contra otra opinión,
una creencia
contra otra creencia, y disputar o pelear sobre estos conceptos, ideas,
ideales. Aquí tan solo investigamos, miramos, observamos nuestro condicionamiento”.