"El pensamiento no ha resuelto nuestros problemas. Los intelectuales, los filósofos, los eruditos, los dirigentes políticos, no han resuelto realmente ninguno de nuestros problemas humanos, es decir, las relaciones entre vosotros y los demás, entre vosotros y yo mismo. Hasta ahora nos hemos valido de la mente, del intelecto, para ayudarnos a investigar el problema, con lo cual esperamos hallar una solución. ¿Podrá alguna vez el pensamiento disolver nuestros problemas? ¿No es el pensamiento ‑salvo en el laboratorio o en el tablero de dibujar- siempre autoprotector, autoperpetuador, condicionado? ¿No es egocéntrica su actividad? ¿Y puede jamás el pensamiento así resolver alguno de los problemas que el pensamiento mismo ha creado? ¿Puede la mente, que ha creado los problemas, resolver esas cosas que ella misma ha producido?
Lo cierto es que el pensar es una reacción; si os hago una pregunta, a eso respondéis. Respondes según vuestra memoria, vuestros prejuicios, vuestra educación, de acuerdo con el clima, a todo el trasfondo de vuestro condicionamiento; contestáis de acuerdo con eso, de acuerdo con eso pensáis. El centro de este trasfondo es el "yo", en el proceso de la acción. Mientras ese trasfondo no sea comprendido, mientras ese proceso de pensar, ese "yo" que crea el problema, no sea comprendido y no se le ponga fin, tendremos forzosamente conflicto dentro y fuera de nosotros mismos, en el pensamiento, en la emoción, en la acción. Ninguna solución de ningún género, por inteligente y bien pensada que sea, jamás podrá dar fin al conflicto entre hombre y hombre, entre vosotros y yo."
J. Krishnamurti