"La transformación no es en el futuro; jamás puede serlo. Sólo puede ser ahora,
de
momento en momento. ¿Qué entendemos, pues, por transformación? Es, sin
duda,
algo muy sencillo: ver lo falso como falso y lo verdadero como verdadero.
Ver
también la verdad en lo falso, y ver lo falso en aquello que ha sido aceptado
como
la verdad; ver lo falso como falso y lo verdadero como verdadero es
transformación.
Porque cuando veis muy claramente que algo es la verdad, esa
verdad
es libertadora. Cuando veis que algo es falso, esa cosa falsa se desprende.
Cuando
veis que las ceremonias son simples y vanas repeticiones; cuando veis la
verdad
acerca de ellas y no las justificáis, prodúcese la transformación, porque otra
atadura
ha desaparecido. Cuando veis que la división de la sociedad en clases es
falsa,
que ella engendra conflictos, miseria y desunión entre las personas; cuando
veis
la verdad al respecto, esa verdad resulta libertadora. La percepción misma de
esa
verdad es transformación. Y como estamos rodeados de tantas cosas falsas, el
percibir
de instante en instante esa falsedad, es transformación. La verdad no se
acumula;
ella es de momento en momento. Lo que se acumula, lo acumulado es la
memoria;
y mediante la memoria jamás podréis hallar la verdad. La memoria, en
efecto,
pertenece al tiempo; el tiempo es el pasado, el presente y el futuro. El
tiempo,
que es continuidad, jamás puede descubrir aquello que es eterno. La
eternidad
no es continuidad. Lo que perdura no es eterno. La eternidad está en el
instante.
La eternidad está en el “ahora”. El “ahora” no es reflejo del pasado, ni
continuación del pasado hacia el futuro a través del presente."J. Krishnamurti