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¿EXISTE ALGO QUE NO TENGA NADA QUE VER CON EL PENSAMIENTO Y LA TRADICIÓN?

 

   “… Para comprender y discernir el significado profundo de la vida deben abordarla con una mente flexible y apasionada. Además, la mente ha de ser crítica y perceptiva. La oposición ejercida por los prejuicios que han sido cultivados y por el trasfondo tradicional de reacciones defensivas, se vuelve un gran impedimento para la claridad de comprensión. Es decir, si ustedes son cristianos, han sido educados en cierta tradición, con prejuicios, esperanzas e ideales, y a través de ese trasfondo, de esos prejuicios miran la vida y sus siempre cambiantes expresiones. Esto se considera a menudo como una comprensión crítica de la vida, pero sólo es la creación de más oposición defensiva.

   … ¿En qué se basan estos valores sazonados en la tradición y en las ilusiones? Si disciernen profundamente, verán que estos valores y los ideales se basan en el temor, el cual es el resultado de la búsqueda individual de seguridad. Buscando esta seguridad hemos dividido la vida en material y espiritual, económica y religiosa. Tal división artificial es completamente falsa porque la vida es una totalidad integrada. Nosotros hemos creado esta distinción artificial; al comprender la causa de esta separación entre lo espiritual y lo material, conoceremos la acción integrada de la vida como una totalidad. Así que, en primer lugar, comprendamos esta estructura que llamamos religión.

   … Si somos religiosos, o sea, si nuestras mentes están condicionadas por creencias y dogmas, entonces sólo agregamos una mayor complejidad a la existencia. Debemos considerar la vida de manera comprensiva, con profunda inteligencia, pero casi todos tratamos de resolver nuestros problemas con mentes condicionadas y abrumadas por la tradición. Si uno es un hindú busca comprender la vida conforme a sus particulares creencias, prejuicios y tradiciones del hinduismo. Si es un budista, un socialista o un ateo, trata de comprender la vida sólo a través de su credo especial. Una mente condicionada, limitada, es incapaz de entender el movimiento de la vida.

   … Tratamos de investigar, de descubrir juntos. Si habéis venido con la idea de que se os dirá lo que hay que hacer os iréis de aquí con las manos vacías. Para mí, lo importante es ver que hay desorden exterior e interiormente, y que la demanda de orden es tan sólo la demanda de seguridad, protección, certeza. Y desgraciadamente no hay seguridad, ni exterior ni interiormente. Los bancos pueden quebrar, puede haber guerra, hay muerte, los valores de bolsa pueden derrumbarse, puede ocurrir cualquier cosa, y están sucediendo cosas terribles. De modo que la demanda de orden es la demanda de seguridad, protección; y eso es lo que todos queremos, ya seamos viejos o jóvenes. No nos preocupamos tanto de la seguridad interior porque no sabemos cómo empezar para conseguirla, pero esperamos que por lo menos podremos tener seguridad exterior mediante buenos bancos, buenos gobiernos, mediante una tradición que ha de continuar indefinidamente. Así la mente llega gradualmente a quedar satisfecha, embotada, segura, atada a la tradición. Y es evidente que una mente así nunca podrá descubrir lo que es verdad o lo que es falso; es incapaz de hacer frente al tremendo reto de la existencia.

   … Ahora me gustaría investigar algo distinto. ¿Existe algo sagrado en la vida, lo cual forma parte de todo esto? ¿Existe algo sagrado, santo en su vida? Quite, aparte la palabra, la imagen, el símbolo, el cual es muy peligroso, y cuando lo haya hecho, pregúntese: «¿Hay algo realmente sagrado en mi vida, o todo es superficial, fabricado por el pensamiento?». El pensamiento no es sagrado, ¿verdad? ¿Cree usted que el pensamiento y las cosas que ha creado son sagrados? Se nos ha condicionado en eso; como hindú, budista o cristiano, estamos condicionados a rendir culto, a adorar, a rezarle a cosas que el pensamiento ha organizado. Y a eso le damos el nombre de sagrado. Uno tiene que averiguarlo, porque si no descubre si hay algo realmente sagrado que no esté compuesto por el pensamiento, la vida se vuelve cada vez más superficial, más mecánica, y el final de la propia vida carece por completo de sentido. ¿Sabe? Estamos apegados a todo el proceso de pensar y rendimos culto a las imágenes que el pensamiento ha creado. Una imagen, un símbolo, una escultura, ya esté hecha a mano o por la mente, es el proceso del pensamiento. El pensamiento es memoria, experiencia, conocimiento, lo cual es pasado. Y el pasado se convierte en tradición, y está en lo más sagrado. Por consiguiente, estamos rindiendo culto a la tradición. ¿Existe algo que no tenga nada que ver con el pensamiento y la tradición, con rituales, con toda esa parafernalia de circo? Uno tiene que averiguarlo.

   … Nuestras mentes funcionan tradicionalmente, de modo que nos volvemos mediocres y perpetuamos la miseria, lo cual es bastante obvio. Verbalmente reconocemos este hecho, pero no internamente y en la acción, porque todos queremos estar seguros. Y la seguridad es una cosa muy extraña. Desde el momento en que tratamos de estar seguros, invariablemente creamos circunstancias y valores que producen inseguridad, lo cual es exactamente lo que está sucediendo en el mundo en los tiempos actuales. Todos buscamos seguridad en diversas direcciones, económica, social, nacional, y sin embargo ese mismo deseo de estar seguros está creando caos y produciendo inseguridad. Así, la mente funciona en la rutina de la tradición porque espera estar segura, y una mente que busca seguridad nunca está libre para descubrir. No podéis dejar de lado la tradición, pero si comprendéis todo el proceso, sus implicaciones psicológicas, encontraréis que la tradición ya no tiene sentido alguno, y entonces ya no tenéis que dejarla de lado, se desprende como una hoja seca. Entonces la vida tiene una significación muy diferente.

       … Comprendan la naturaleza de un cerebro que no necesita registrar, excepto lo imprescindible. Es indispensable registrar el lugar donde uno vive y las actividades prácticas de la existencia. Pero no es necesario registrar psicológicamente, internamente, el insulto, la alabanza y todo ese tipo de cosas. ¿Lo han intentado alguna vez? Probablemente todo esto sea nuevo para ustedes. Cuando atienden de este modo, el cerebro, la mente, se libera por completo de todo su condicionamiento.

  … Significa una mente que, de veras y muy en lo profundo, está libre de temor. Eso es libertad, ¿no es así?”

    J. Krishnamurti