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¿QUÉ HAY DETRÁS DEL DESEO DE SER GUIADOS?

 

   “… Ante todo, la verdad, o esa realidad, no puede ser encontrada corriendo tras de ella, porque cuando buscamos algo, eso indica que nuestra mente, todo nuestro ser está tratando de escapar de ese conflicto en el que la mente y el corazón están atrapados. Mientras que si podemos volvernos conscientes, alerta a los muchos obstáculos que creamos a causa del temor y, de tal modo, liberamos a la mente de ese temor, de esos obstáculos, descubriremos qué es la vida eterna. O sea, en vez de tratar de descubrir qué es la verdad, descubramos cuáles son los obstáculos que hemos creado a causa del miedo, y en la comprensión de la causa del miedo y de sus numerosos obstáculos, descubriremos entonces qué es esa cosa indescriptible. De nada sirve hablarle de la libertad a un prisionero, a un hombre que se encuentra en la cárcel; él sabrá qué es la libertad en el momento en que salga de la cárcel. Pero casi todos estamos deseosos de averiguar qué es la libertad antes de tener conciencia de lo que son las cárceles; y en tanto estemos buscando meramente la libertad, la realidad, la riqueza de la vida, no podremos comprender de qué se trata; tiene que ser algo imaginario, irreal, ideado por una limitada mente consciente. Mientras que si podemos descubrir qué son los muros de la cárcel que encierran a la mente y al corazón y, de ese modo, liberamos a la mente de sus obstáculos, entonces, por cierto, podremos descubrir "lo que es".

   … Un hecho real nunca está quieto, está en movimiento, vive. Pero nosotros queremos fijarlo para captarlo con una opinión, con un juicio. Así pues, una mente alerta, sensible, ve la futilidad de todo esfuerzo. Aun en nuestra educación, el niño, el estudiante que hace un esfuerzo para aprender, nunca aprende realmente. Puede adquirir conocimientos, puede obtener un grado, pero el aprender es algo que está más allá del esfuerzo. Acaso esta noche podamos aprender juntos, sin esfuerzo y sin quedar atrapados dentro de los campos del conocimiento.

   … Y bien, no hay seguridad, no hay consuelo; sólo existe la claridad del pensar, la cual da origen a la comprensión de la causa fundamental del sufrimiento. Esta comprensión es lo único que liberará al hombre. En esta liberación se encuentra la bienaventuranza del presente. Yo digo que existe una realidad eterna que puede ser descubierta sólo cuando la mente está libre de toda ilusión. Así que cuídense de la persona que les ofrece consuelo, porque en esto tiene que haber explotación; esa persona crea un señuelo en el que ustedes quedan atrapados como peces en una red.

   … He estado hablando acerca de la autoridad y de la influencia destructiva que ejerce sobre la inteligencia, ya se trate de la autoridad de los vivos o la de los muertos. La autoridad, la compulsión, destruyen la realización humana, tanto si son ejercidas por la religión, por la sociedad o por los médiums. ¿Qué hay detrás del deseo de ser guiados? Tenemos miedo de que por nuestros propios actos quedemos atrapados en el sufrimiento; por lo tanto, a fin de evitarlo -en realidad eso es no vivir- decimos: debo seguir, debo ser guiado. El movimiento de la verdad existe solo cuando la mente ya no está atrapada en el temor con todas sus ilusiones, cuando ya no busca ser guiada. Esta unicidad de la mente no es exclusividad, surge a la existencia cuando hay discernimiento de lo falso.

   … Que usted explote, o no, depende de lo que entienda por ayudar y por esparcir la felicidad. Puede ayudar a otro y así esclavizarlo, o puede ayudar a otro a comprenderse a sí mismo y, de ese modo, a realizarse profundamente. Puede esparcir la felicidad fomentando la ilusión, brindando bienestar y seguridad superficiales que parezcan ser algo duradero. O puede ayudar a otro a discernir las muchas ilusiones que lo aprisionan; si es capaz de hacer esto, entonces no está explotando. Pero, a fin de no explotar, debe liberarse fundamentalmente de esas ilusiones y esos consuelos en que usted u otro se hallan atrapados. Debe discernir sus propias limitaciones antes de que pueda ayudar verdaderamente a otro. En todo el mundo hay muchas personas que desean intensamente ayudar a los demás, pero por lo general, esta ayuda consiste en convertirlas a su propia creencia o religión, o a su sistema particular. Eso no es sino sustituir una clase de prisión por otra. Este canje no genera comprensión, sino tan solo mayores confusiones.

   En la profunda comprensión de uno mismo reside la felicidad que cada ser humano busca a tientas y se esfuerza por lograr. ¿En qué se interesa la mayoría de nosotros? Si tenemos dinero, nos inclinamos hacia las cosas así llamadas espirituales o a los entretenimientos intelectuales, o discutimos sobre arte, o nos dedicamos a la pintura para expresarnos a nosotros mismos. Si no tenemos dinero ocupamos nuestro tiempo, día tras día, en ganarlo, y estamos atrapados en esa desdicha, en la interminable rutina y el tedio que implica. La mayoría de nosotros se ha adiestrado para funcionar mecánicamente durante años en algún empleo. Tenemos responsabilidades, esposa e hijos que mantener, y prisioneros de este mundo demente tratamos de ser serios, de volvernos religiosos; vamos a la iglesia, ingresamos en esta o aquella organización religiosa; o quizás hayamos escuchado acerca de estas reuniones y, como estamos en periodo de vacaciones, llegamos hasta aquí. Pero nada de eso originará esta extraordinaria transformación de la mente.

     … Ustedes saben, la vida es un tremendo misterio, y casi todos nosotros creamos un misterio falso, una ilusión, y tratamos de penetrar esa ilusión esperando que sea real. Preferimos el misterio de una ilusión al misterio de la realidad, y la vida es un misterio que no puede ser comprendido si el corazón y la mente se hallan atrapados en una ilusión. Por lo tanto, toda ilusión tiene que llegar a su fin antes de que uno pueda penetrar ese santuario profundísimo al que llamamos vida. Trato de mostrar la manera como puede ser penetrado, no el método, porque no creo que exista tal cosa como un método. No hay sendero hacia la verdad. La verdad es una tierra desconocida. Es una tierra inexplorada y tenemos que acercarnos a ella completamente desnudos, desprevenidos, no podemos haberla cartografiado, trazado previamente; tenemos que llegar a ella totales, libres, puros. Entonces la comprenderemos.”

     J. Krishnamurti

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