“… Me
gustaría hablar acerca de algo con lo cual es posible que algunos de ustedes no
estén muy familiarizados; es la cuestión de vaciar del miedo a la mente.
Quisiera investigar esto bastante a fondo, pero no con demasiados detalles,
porque los detalles puede aportarlos cada uno por su cuenta. ¿Es posible para
la mente vaciarse por completo del miedo? El miedo, de cualquier clase que sea,
engendra ilusión, embota la mente, la torna superficial. Donde hay miedo es
obvio que no hay libertad, y sin libertad no hay amor. Y casi todos
experimentamos alguna forma de miedo, miedo a la oscuridad, a la opinión
pública, a las serpientes, al dolor físico; miedo a la vejez, a la muerte.
Tenemos, literalmente, muchísimos miedos. ¿Es posible, entonces, estar
totalmente libres del miedo?
… Así que tenemos toda esa cuestión del
miedo, y una vida que se vive con miedo es una vida en las tinieblas, una vida
horrible. La mayoría de nosotros tenemos diferentes miedos, ¿puede la mente
estar por completo libre del miedo? Nadie quiere liberarse del placer, pero
todos queremos liberarnos del miedo porque no vemos que ambos van juntos, son
las dos caras de la misma moneda que el pensamiento alimenta; por eso es tan
importante comprender el pensamiento. Como saben, existen diferentes clases de
miedos, miedo a la muerte, a la vida, a la oscuridad, al vecino, a nosotros
mismos, a perder el empleo, y todos los miedos inconscientes que se esconden en
las profundas interioridades de la propia mente; y al sentirnos inseguros
buscamos seguridad, pero ¿es posible que la mente esté por completo libre del
miedo, de manera que, al estar libre disfrute de la vida, no para perseguir el
placer, sino para gozar de la vida? Mientras haya miedo no es posible gozar de
la vida.
… Cuando usted, a causa del miedo cree en
una cosa, y cuando otro a causa de su miedo cree en otra distinta, el dios de
él y el suyo, el país de él y su país, él es indio, usted es pakistaní; eso es
desorden. De modo que sus creencias, sus religiones e ideologías, sus
comunidades, sus familias, han creado este desorden; sólo mírenlo. En este
desorden tratamos de producir orden.
… De modo que, mirando el temor y dejándolo
en libertad, termina el temor. Uno espera ver la verdad escuchando todo esto en
esta mañana, escuchando, otorgando auténtica atención, no a las palabras o a
los razonamientos, no a su secuencia lógica o ilógica, etc., sino escuchando
efectivamente. Y si usted ve la verdad de esto, de lo que se está diciendo, al
salir de este edificio estará libre del temor.
Ya saben, este mundo está tiranizado por el
miedo, y este es uno de los más monstruosos problemas que tiene cada uno de
nosotros. Miedo de ser descubierto, miedo de arriesgarse, miedo de que se
repita lo que dijo usted hace años, y está usted nervioso y miente. Tiene que
conocer la extraordinaria naturaleza del temor, y saber que cuando vive uno en
el temor vive en tinieblas. Es una cosa terrible. Lo percibe uno, pero no sabe
qué hacer con él; con el miedo a la vida, el miedo a la muerte, el miedo a los
sueños.
… Si sólo pudiéramos mirar dentro de
nosotros mismos. Muchos de nosotros, por desgracia, no parecemos dispuestos a
hacerlo. Queremos hallar algo extraordinariamente bello, algo noble, pero sin
querer admitir ‘lo que es’, lo real, conocido consciente o inconscientemente,
aunque la mayoría de nosotros no lo sabemos. Tenemos tanto miedo de ir más allá
de esto ‘conocido’. Para ir más allá, tenemos que examinarlo, tenemos que estar
en completa intimidad y familiarizarnos con ello, comprender su estructura y
naturaleza. La mente no puede trascender los hechos de lo conocido si no los ha
comprendido y vivido totalmente, por completo, en íntimo contacto con los
movimientos del pensamiento y del sentimiento, con la brutalidad, con los
instintos animales. Sólo entonces puede uno ir más allá y encontrar algo que
puede llamarse la verdad, y una belleza que no está separada del amor; un
estado, una dimensión diferente, donde hay un movimiento siempre nuevo, fresco,
joven, decisivo.
… El dolor físico es una respuesta nerviosa,
pero el dolor psicológico surge cuando me aferro a cosas que me dan
satisfacción, porque entonces tengo miedo de que alguien o algo pueda
quitármelas. Las acumulaciones mentales evitan el dolor psicológico en tanto
permanecen inalteradas; es decir, soy un haz de acumulaciones, experiencias,
que previenen cualquier forma seria de perturbación, y yo no quiero que me
perturben. Por lo tanto, temo que alguien pueda alterar algo de eso. Así que mi
miedo es a lo conocido; siento temor por las acumulaciones, físicas o
psicológicas, que he reunido como medios para evitar el dolor o prevenir el
pesar. Pero el pesar está en el proceso mismo de acumular para impedir el dolor
psicológico. El conocimiento también ayuda a prevenir este dolor. Tal como el
conocimiento médico previene el dolor físico, así las creencias ayudan a evitar
el dolor psicológico; por eso tengo miedo de perder mis creencias, aunque no
tenga un conocimiento perfecto o pruebas concretas de la realidad de tales
creencias. Puede que rechace algunas de las creencias tradicionales que me han
impuesto, porque mi propia experiencia me da fuerza, confianza, entendimiento;
pero tales creencias y el conocimiento que he adquirido son básicamente la
misma cosa, un medio de evitar el dolor.
… Después de todo, el hombre ha abordado
durante siglos este problema del temor y no estamos libres de él. Y las formas
extremas del miedo llevan a diversas formas de neurosis, etc. Ahora la cuestión
es: ¿podemos, vosotros y yo, viendo todo esto, quedar enteramente libres del
miedo, en el instante, no hipnotizándonos y diciendo: ‘ahora estoy libre de
temor’? Porque esto sería simplemente tonto. El ver la totalidad del miedo
significa esencialmente, ¿no es cierto?, un estado de ‘no ser’.
… El miedo es tanto innato como adquirido,
se relaciona con el pasado y, para liberar del miedo al
pensamiento-sentimiento, el pasado debe ser comprendido a través del presente.
… El miedo surge en el proceso de huir de lo
que es. Solo la mente que en su interior está libre de miedo puede conocer la
bendición de la realidad, y la mente puede estar libre de miedo solo cuando no
hay dependencia alguna.”
J. Krishnamurti
Audiotexto: