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LA TOLERANCIA ES LA ACEPTACIÓN CIVILIZADA DE UNA DIVISIÓN ENTRE LAS GENTES

   “… Los seres humanos están condicionados por la propaganda, por la sociedad en la que se han criado, donde cada religión afirma que su propio camino es el mejor. Hay miles de gurús que sostienen que sus métodos, su sistema, su forma de meditación son el único camino que conduce a la verdad. Y si uno observa con atención, ve que cada discípulo tolera complaciente a los discípulos de otros gurús. La tolerancia es la aceptación civilizada de una división entre las gentes: política, religiosa o social. El hombre ha inventado muchos caminos, a conveniencia de cada creyente y, de ese modo, el mundo se ha fragmentado. 

   … Ustedes hablan de hermandad y, no obstante, son nacionalistas. Yo llamo hipocresía a eso, porque el nacionalismo y la hermandad no pueden existir juntos. Además, hablan acerca de la unidad del hombre, hablan de ella teóricamente; sin embargo, tienen sus religiones particulares, sus prejuicios particulares, sus diferencias de clase. A eso lo llamo hipocresía. Por otra parte, recurren a la autoglorificación, una autoglorificación sutil en lugar de la que consideran autoglorificación grosera, propia de los hombres de mundo que buscan distinciones, concesiones y honores del gobierno. Ustedes también son hombres de mundo y su glorificación es exactamente la misma, solo que un poco más sutil. Ustedes, con sus distinciones, sus reuniones secretas, su exclusividad, también están tratando de llegar a ser nobles, de obtener honores y grados, pero en un mundo diferente. A eso lo llamo hipocresía. Es hipocresía porque pretenden ser abiertos, hablan de la hermandad y unidad del hombre, mientras que al mismo tiempo sus actos son completamente opuestos a sus palabras.

   Que esto lo hagan consciente o inconscientemente carece de importancia. El hecho es que lo hacen. Si lo hacen conscientemente, con interés totalmente despierto, entonces, al menos lo hacen sin hipocresía. Entonces saben lo que están haciendo. Si dicen: “quiero glorificarme a mí mismo pero, dado que no puedo obtener distinciones y honores en este mundo, trataré de adquirirlos en otro; me convertiré en discípulo, seré llamado esto y aquello, seré honrado como un hombre de calidad, de virtud”, entonces, al menos, son perfectamente honestos. Entonces hay alguna esperanza de que descubran que este proceso no lleva a ninguna parte.

   Pero ahora están tratando de hacer simultáneamente dos cosas incompatibles. Son posesivos y al mismo tiempo hablan de estar libres de la posesión. Hablan de tolerancia y, no obstante, se están volviendo más y más exclusivos con el fin de “ayudar al mundo”. Palabras, palabras sin profundidad alguna. Eso es lo que yo llamo hipocresía. En un momento hablan de amor por el Maestro, de reverencia a un ideal, a una creencia, a Dios; sin embargo, al momento siguiente actúan con terrible crueldad. Sus actos son actos de explotación, afán posesivo, nacionalismo, maltrato de mujeres y niños, crueldad con los animales. Son insensibles a todo esto y, no obstante, hablan de afecto. ¿No es hipocresía eso? Dicen: “no advertimos estas condiciones”. Sí, es justamente por eso que existen. Entonces, ¿por qué hablan de amor?

  … Así, ustedes, como individuos, establecen diversas religiones que actúan como su seguridad. Ningún maestro ha establecido estas religiones organizadas y explotadoras. Son ustedes los que, a causa de su inseguridad, de su confusión, de su falta de comprensión, han creado las religiones como guías. Entonces, después de haber establecido las religiones, buscan y escogen a sus gurús e instructores, escogen a los Maestros para que los ayuden.

   No piensen que estoy tratando de atacar su creencia favorita, simplemente establezco hechos, no para que los acepten, sino para que los examinen, para que los sometan a un juicio crítico y los verifiquen. Usted tiene su Maestro y otro tiene su guía particular, usted tiene su salvador y otro tiene el suyo. A causa de una división así del pensamiento y la creencia, crecen la contradicción y el conflicto de méritos entre diversos sistemas. Estas disputas ponen al hombre contra el hombre pero, puesto que hemos intelectualizado la vida, ya no peleamos abiertamente, tratamos de ser tolerantes.

   Por favor, reflexionen sobre lo que estoy diciendo. No acepten ni rechacen meramente mis palabras. Para examinar imparcialmente, críticamente, deben poner de lado sus prejuicios e idiosincrasias, y abordar abiertamente toda la cuestión.

   … Ahora bien, habiendo establecido sus ideales religiosos, que son en realidad sus seguridades, deben tener formas particulares de conducta, prácticas ceremoniales y creencias, a fin de alcanzar esos ideales. Al tratar de llevarlas a la práctica, surge la división en el pensamiento religioso, la cual se deriva en cismas, sectas, credos. Usted tiene sus creencias y el otro tiene las suyas; usted se aferra a su forma particular de religión y el otro a la suya; usted es cristiano, otro es mahometano, otro es hindú. Así es como tienen ustedes estas discusiones y discriminaciones religiosas pero, no obstante, hablan de amor fraternal, de tolerancia, de unidad; no dicen que tiene que haber uniformidad de pensamientos e ideas. La tolerancia de la que hablan es tan sólo una hábil invención de la mente; esta tolerancia indica nada más que el deseo de aferrarse a sus propias idiosincrasias, a sus propias ideas limitadas y a sus prejuicios, permitiendo que el otro persiga los suyos. En esta tolerancia no hay diversidad inteligente, sino solo una especie de superior indiferencia. Esta tolerancia contiene en sí una absoluta falsedad. Ustedes dicen: “continúe a su propio modo y yo continuaré al mío, pero seamos tolerantes, fraternales”. Cuando hay verdadera fraternidad, amistad, cuando hay amor en nuestro corazón, no hablamos de tolerancia. Sólo cuando nos sentimos superiores en nuestra certidumbre, en nuestra posición, en nuestro conocimiento, sólo entonces hablamos de tolerancia. Somos tolerantes sólo cuando hay discriminación. Cuando cese la discriminación, no hablarán de tolerancia. Entonces no hablarán de hermandad porque serán hermanos en el corazón.”

    J. Krishnamurti