Translate

EL CONTENIDO DE NUESTRA CONCIENCIA ES EL MOVIMIENTO DEL PENSAR, MOVIMIENTO EN EL TIEMPO Y EL ESPACIO

   “… Cuando prestamos atención completa a un insulto, no hay insulto. O si viene alguien y dice: “qué persona maravillosa es usted”, y prestamos atención, ello no produce efecto alguno. El movimiento del temor es pensamiento en el tiempo y el espacio. Eso es un hecho. No es algo descrito por quien les habla. Si lo han observado por sí mismos, entonces es un hecho absoluto, no pueden escapar de él. Uno no puede escapar de un hecho, está siempre ahí. Puede tratar de eludirlo, de reprimirlo, puede intentar toda clase de escapes, pero eso está siempre ahí. Si ustedes prestan atención completa al hecho de que el temor es el movimiento del pensar, entonces el temor no existe psicológicamente. El contenido de nuestra conciencia es el movimiento del pensar, movimiento en el tiempo y el espacio. Tanto si ese pensar es muy limitado, como si es amplio y extensivo, permanece siendo siempre un movimiento en el tiempo y el espacio.

   … Me responderéis, sin duda, que tomará demasiado tiempo la transformación de cada uno de vosotros y el convencer a todos vuestros semejantes en el mismo sentido; que la sociedad no está preparada para recibir esta idea; que a los políticos no les interesa; que los dirigentes son incapaces de concebir un gobierno o Estado mundial sin soberanías separadas. Diréis probablemente que solo un proceso evolutivo producirá gradualmente el cambio necesario. Si le respondiese de ese modo a un padre cuyo hijo está destinado a morir en una nueva conflagración, y si él quiere realmente a su hijo, ¿creéis que hallaría alguna esperanza en este proceso evolutivo gradual? Lo que quiere es salvar a su hijo, y por eso pregunta cuál es el medio más seguro de terminar con todas las guerras. No podrá quedar satisfecho con vuestra teoría de la evolución gradual. ¿Esta teoría evolucionista de la paz progresiva es verdadera o la hemos inventado para racionalizar vuestra pereza, la tendencia egoísta de nuestro pensar-sentir? ¿No es acaso una teoría incompleta, y por lo tanto falsa?

   … De manera que el tiempo es el pasado, el presente y el futuro. El pasado consta de todos los recuerdos, las experiencias, el conocimiento, y lo que los seres humanos han logrado. Todo lo que permanece en el cerebro como memoria es el pasado. Así de simple. El pasado (los recuerdos, el conocimiento, las experiencias, las tendencias) está actuando ahora, por eso usted es el pasado. Y el futuro es lo que usted es ahora, tal vez, algo modificado. El futuro es el pasado modificado. Por favor, adviértalo, compréndalo. El pasado, que se modifica en el presente, es el futuro. Sin un cambio radical en el presente, mañana usted será lo mismo que es hoy. Así que el futuro es el ahora; no me refiero al futuro necesario para adquirir conocimientos, sino al futuro psicológico. Así, la psique, el «yo», el ego, son el pasado, son memoria. Y esa memoria se modifica a sí misma en el ahora, y así sigue. Por tanto, el futuro y el pasado están en el presente. Todo tiempo (el pasado, el presente y el futuro) es una continuidad del ahora. Esto no es complicado, sino que es lógico. Si ahora no cambian, es decir, en este instante, el futuro será lo que son ahora, lo que han sido. Y bien, ¿es posible cambiar radical, fundamentalmente ahora? No en el futuro.

   … Quiero aprender; ¿es posible aprender todo el tiempo? Y bien, cuando pregunta eso, ya lo ha hecho difícil para usted mismo. ¿Correcto? «¿Puedo aprender todo el tiempo?». Es imposible. Ya lo ve, al formular una pregunta así, usted mismo se está impidiendo aprender. Mire, señor, no me interesa si voy a aprender todo el tiempo. Quiero descubrir. Lo que me interesa es, ¿estoy aprendiendo? Si estoy aprendiendo, no me preocupa si eso ocurre o no todo el tiempo, no hago de ello un problema. Cuando usted dice: «Dios mío, ¿cómo voy a prestar atención completa todo el tiempo?», eso es imposible. Pero si dice, «mire, estoy aprendiendo», no le interesa si va a aprender todo el día y toda la noche, está aprendiendo. Una mente que está aprendiendo jamás formula esa pregunta. Entonces esa pregunta no viene al caso. Si estoy aprendiendo, estoy aprendiendo todo el tiempo.

   … No comprendéis ni el presente ni el porvenir porque vuestra mente y corazón están atados por tradiciones y creencias, por los sagrados libros del pasado, por las densas sombras de los templos, por el recuerdo de los dioses. El tiempo, tal como el hombre lo comprende, os separa de vuestra meta. Por lo tanto, para emular el tiempo, debéis vivir ahora de tal modo que dominéis el futuro y lo convirtáis en presente.

   … En la meditación tenemos que descubrir también si hay algo o si no hay nada que sea eterno, intemporal. Lo cual implica: ¿puede la mente que ha sido cultivada en el área del tiempo, puede esa mente descubrir, ver o dar con esa cosa que existe de lo eterno a lo eterno? O sea, ¿puede la mente existir sin tiempo? Si bien el tiempo es necesario para ir de aquí hacia allá y todo lo demás, ¿puede esa mente, esa misma mente que opera en el tiempo yendo de aquí hacia allá, no psicológicamente sino físicamente, puede esa mente existir sin tiempo? Es decir, ¿puede la mente vivir sin el pasado, sin el presente, sin el futuro? ¿Puede la mente vivir en la nada absoluta? No se asusten de esa palabra. A causa de que la mente está vacía, tiene un espacio inmenso. ¿Han observado alguna vez su propia mente para ver si tienen allí algún espacio? Simplemente espacio, ustedes saben, un poco de espacio. ¿O todo está atestado? Atestado por sus preocupaciones, por su sexo o su falta de sexo, por sus ansiedades, sus pequeñeces..., atestado. ¿Cómo puede una mente semejante comprender o hallarse en ese estado del ser o tener ese espacio inmenso?

   La base de la meditación es la comprensión del pensamiento y del placer, con la moralidad de estos, y la disciplina que conforta. La dicha de la meditación radica fuera del tiempo y de la duración; está más allá de ambos y, por tanto, es inconmensurable. Su éxtasis no está en el ojo del espectador, ni es una experiencia del pensador. El pensamiento no puede tocarla con sus palabras y símbolos, ni con la confusión que él engendra; no es una palabra que pueda arraigar en el pensamiento y ser moldeada por él. Esta dicha emana del completo silencio.”

    J. Krishnamurti