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LA PAZ ES UN MODO DE VIDA, HAY PAZ CUANDO SE COMPRENDE EL VIVIR DE CADA DÍA

 

    “… Tiene que habernos ocurrido a muchos de nosotros. Cuando vamos caminando solos por un bosque, y el sol está a punto de ponerse, sobreviene una calma peculiar. No se mueve el aire, los pájaros han cesado de cantar, no se siente ni el movimiento de una hoja, y nos invade una sensación de quietud, de alejamiento. Mientras observamos, mientras sentimos la belleza del anochecer en esa extraordinaria quietud, cuando casi todo parece estar inmóvil, nos hallamos entonces en completa comunión, en completa armonía con todo lo que nos rodea. No hay pensamiento ni palabra, no hay juicio ni valoración, no hay sentido de separatividad. Estoy seguro que usted tiene que haber experimentado todo esto en sus paseos a solas, cuando ha dejado todos sus cuidados, preocupaciones y problemas en casa, y ha seguido una senda a lo largo de un río que está en constante rumor. Su mente se halla muy serena y se siente usted totalmente en paz, con una extraordinaria sensación de belleza y amor, sentimiento que ninguna palabra puede describir.

   … Si durante estas charlas y discusiones podemos hallar en nosotros mismos una luz, una manera de vivir sin violencia de ningún tipo, una manera de vivir que sea totalmente religiosa y, por tanto, libre de temor, una vida que sea internamente estable y que no pueda ser afectada por sucesos externos, entonces creo que estas charlas y discusiones habrán valido la pena. ¿Podemos prestar completa y sensible atención a lo que vamos a discutir? Estamos trabajando juntos para descubrir cómo vivir en paz. El que habla no va a decirles a ustedes lo que deben hacer o pensar; él no tiene ninguna autoridad ni "filosofía".

   … ¿Qué es lo que busca la mayoría de nosotros? ¿Qué es lo que cada uno de nosotros quiere? Sobre todo, en este mundo de desasosiego, en el que todos procuran hallar cierto género de felicidad, alguna clase de paz, un refugio, resulta sin duda importante averiguar, ¿no es así?, qué es lo que intentamos buscar, qué es lo que tratamos de descubrir.

   … Aunque incesantemente hablamos de paz, hemos sufrido miles y miles de guerras. Nuestro vivir cotidiano es una guerra, un campo de batalla, un constante conflicto. Lo damos por inevitable, nunca nos preguntamos si somos capaces de vivir una vida de paz absoluta, lo que significa una vida sin conflicto alguno. El conflicto existe porque hay contradicción en nuestro interior, lo cual es bastante simple de ver; tenemos diferentes deseos que se contradicen entre sí, exigencias opuestas, lo cual genera conflicto. Hemos aceptado todo eso como inevitable, como parte de nuestra existencia, y nunca lo cuestionamos.

    … No puede haber paz o felicidad en el mundo a menos que nosotros, como individuos, cultivemos la sabiduría que da por resultado la serenidad. Muchos piensan que, sin considerar su propia naturaleza interna, su propia claridad de propósito, su propia comprensión creadora, alterando en cierta medida las condiciones externas, pueden producir paz en el mundo. Esto es, esperan tener fraternidad en el mundo aun cuando en su interior estén atormentados por el odio, por la envidia, por la ambición, etc. Que esta paz no puede existir a menos que el individuo, que es el mundo, efectúe un cambio radical dentro de sí mismo, es obvio para quienes piensen profundamente.

  … La paz es un estado de la mente, implica estar libre de todo deseo de seguridad porque una mente-corazón que busca seguridad siempre está bajo la sombra del miedo. Nuestro deseo de seguridad no afecta únicamente a la búsqueda de seguridad material, sino también de seguridad interna, seguridad psicológica, y ese deseo de seguridad interna que se expresa a través de la virtud, la creencia, la nación, es lo que ha creado tanta limitación y, por tanto, conflicto entre grupos e ideas. 

   … Cada una de las principales religiones tiene un historial de violencia manchado de sangre; inquisiciones, cruzadas, luchas entre sectas, persecuciones, terrorismo, lo cual sigue vigente hoy en día. A la vez que proclamamos que el objetivo es la paz en el mundo, bendecimos banderas militares, las colgamos en las iglesias y luchamos en guerras por “Dios y el país”. También están aquéllos, que de hecho no son pocos, que anhelan una guerra que ponga fin a todas las guerras, el Apocalipsis, porque significaría el fin de la vida en la Tierra y serían entonces catapultados al éxtasis, a un paraíso fruto de su imaginación en el que solo ellos estarían a salvo, nadie más. 

   … Si queremos terminar con las guerras externas, empezar por poner fin a su guerra interna, la guerra en uno mismo. Algunos asienten con la cabeza y dicen: «Estoy de acuerdo», pero saldrán de aquí y seguirán haciendo exactamente lo mismo que han venido haciendo durante los últimos diez o veinte años. Ese asentimiento es sólo verbal y no tiene ninguna validez, porque el sufrimiento y las guerras del mundo no terminarán asintiendo esporádicamente. Sólo es posible poner fin a las guerras cuando uno se dé cuenta del peligro, cuando uno se haga responsable y no deje esa responsabilidad en manos de otros. Si uno se da cuenta del sufrimiento, si uno se da cuenta de la urgencia de una acción inmediata y no la pospone, entonces uno se transforma realmente. La paz sólo puede llegar cuando uno está en paz consigo mismo, cuando está en paz con sus semejantes.

   … La paz es nuestra responsabilidad, es responsabilidad de cada uno de nosotros, no del político, del soldado, del abogado, del hombre de negocios, del comunista, del socialista, de nadie. Es responsabilidad de cada uno de nosotros, de cómo vivimos nuestra vida cotidiana. Si uno quiere paz en el mundo, tiene que vivir pacíficamente, lo cual significa vivir sin odio, sin envidia, sin ansia de poder, sin perseguir la rivalidad, porque el amor nace con esa libertad, nace de estar libre de todo eso. Y solo una mente capaz de amar conocerá lo que es vivir en paz.

   … Hay muchas organizaciones para la paz, pero hay muy pocos individuos libres, inteligentes en el verdadero sentido de la palabra. Ustedes deben comenzar, como individuos, a comprender la realidad; entonces la llama de la comprensión se expandirá sobre la faz de la Tierra.”

   J. Krishnamurti