“… Antes que nada, uno
tiene que dudar, tiene que ser escéptico con respecto a sus experiencias, a sus
conclusiones y pensamientos. Dudar. Cuestionar. No aceptar nada de ningún
libro, incluyendo los míos; yo soy un transeúnte, no soy importante. Y vamos a
investigar juntos para ver qué es lo que no está claro y qué es lo que está
claro. Estamos examinando, dudando juntos, sin aceptar jamás lo que tiene que
decir quien les habla. Ésta no es una conferencia para guiar, para instruir,
para ayudar; eso sería demasiado tonto. Hemos tenido esta clase de ayuda por
generaciones y generaciones, y somos lo que somos ahora.
… Si quieren comprender
lo que voy a decir les rogaría que fueran verdaderamente críticos, no
ingeniosos en su oposición. Ser crítico exige una gran dosis de inteligencia.
La capacidad crítica no es escepticismo ni aceptación; las dos cosas serían
igualmente tontas. Si ustedes se limitan a decir: "Bueno, soy escéptico
con respecto a lo que usted dice", eso sería tan tonto como el mero aceptar.
Mientras que el verdadero espíritu crítico consiste en no asignar valores, sino
en tratar de descubrir los verdaderos valores. ¿No es así? Si asignan valores a
las cosas, si la mente les confiere valores, entonces no están descubriendo el
mérito intrínseco de la cosa; y la mayoría de nuestras mentes están adiestradas para asignar valores.
Tomemos, por ejemplo, el
dinero. En abstracto el dinero no tiene valor. Tiene el valor que nosotros le
asignamos; es decir, si anhelamos el poder que el dinero otorga, entonces
usamos el dinero para adquirir poder, de modo que estamos asignando un valor a
algo que intrínsecamente no lo tiene; de igual manera, si es que van a
descubrir y comprender aquello de que voy a hablar, deben poseer esta capacidad
crítica, la cual es realmente fácil si desean averiguar, descubrir; si no
dicen: "Bueno, yo no quiero que me ataquen. Me defiendo. Tengo todo lo que
deseo, estoy perfectamente satisfecho". Por lo tanto, una actitud así deja
bastante pocas esperanzas. Porque entonces están aquí solamente por curiosidad,
y la mayoría probablemente viene por eso, y lo que diré no tendrá significación
para ustedes; por lo tanto, dirán que es negativo, nada constructivo, nada
positivo.
… Es algo más bien infantil que ustedes
vengan aquí, a estas reuniones a experimentar algún nuevo y fantástico estado
místico. Eso lo pueden lograr fácilmente por medio de una droga. Si tienen una
seria intención de encontrar por ustedes mismos, no de buscar, sino de ver algo
totalmente nuevo, descubrir una nueva flor, una brizna de hierba que nunca
vieron antes, no importa que hayan pasado cientos y millares de veces a lo
largo del camino donde crece; entonces ustedes descubren algo que es un
renacimiento, algo que no tiene relación con el pasado, la mente se les vuelve
joven, fresca, inocente.
… Decíamos que esa mente, que funciona con
ideas, con ideales, que persigue una dirección impuesta por el pensamiento, no
es una mente religiosa. También dijimos que una mente religiosa no es una mente
que cree, más bien es una mente escéptica, que duda, cuestiona, inquiere y, por
tanto, no tiene sentido alguno de autoridad ni mira la vida de forma
jerárquica. No tiene ninguna creencia: «Creo en algún extraño y extravagante
Dios», o «Creo que llegaré a ser aquello», etc. Asimismo, dijimos, lo cual es
mucho más complejo, que una mente religiosa está libre de conflicto; es decir,
percibe la naturaleza del conflicto y le pone fin.
… Escepticismo, por
supuesto. De modo que ninguna otra persona puede resolver mis problemas. Los
tengo que resolver yo mismo. Por lo tanto, no cree problemas. No voy a entrar
en eso. La mente que está adiestrada para resolver problemas está siempre
encontrando problemas. Pero si al cerebro no se le prepara y educa para
resolver problemas, entonces está libre de problemas. Puede afrontarlos, pero
es esencialmente libre.
¿Es posible, entonces,
tener un cerebro que esté libre, de modo que uno pueda resolver problemas? Un
cerebro libre, no confuso y atiborrado de problemas. ¿Es eso posible? Si dicen
que es imposible o que es posible, han dejado de investigar. Lo importante en
esta investigación es tener muchas dudas, mucho escepticismo, sin aceptar jamás
nada por su valor aparente o según el propio placer o la propia gratificación.
La vida es demasiado seria.
… No estoy seguro de si
estarán ustedes interesados en formular preguntas. Debemos cuestionarlo todo,
incluyendo las creencias preferidas, los ideales, las autoridades, las
Escrituras, los políticos. Esto significa que tiene que haber cierta calidad de
escepticismo. Pero el escepticismo tiene que mantenerse sujeto y soltarlo
cuando sea necesario, de manera que la mente pueda ver libremente, correr
rápidamente. Cuando pregunten debe tratarse de su propio y particular problema,
no de una pregunta casual, superficial, que les divierta; debe ser algo de
ustedes mismos. Si es así, entonces formularán la pregunta correcta. Y si se
trata de la pregunta correcta, recibirán la contestación correcta, porque el
mismo hecho de formular la pregunta correcta les muestra la respuesta en sí
misma. De manera que, si se me permite decirlo, uno tiene que formular la
pregunta correcta. Entonces, al hacerlo así ambos podremos tomar parte,
participar juntos en el problema.
… Una mente que dialoga, duda de cada opinión, es escéptica de cualquier conclusión porque no está interesado en una respuesta verbal. Lo que busca es ir más allá de las palabras y tener un discernimiento más profundo de la realidad. Busca una percepción de los hechos para una comprensión holística del asunto, no meramente un método de resolver un problema. Por el hecho de buscar una percepción más profunda y directa de la verdad, y no meramente la transferencia de conocimientos; no hay jerarquía en un diálogo. No hay división entre el maestro y la enseñanza, entre uno que sabe y otro que no sabe. Un diálogo empieza con la observación y apunta a discernir lo que es verdadero de lo que es falso. Dado que la búsqueda no está basada en el conocimiento, no está en la naturaleza de una transferencia de ideas de uno que sabe a otro que no sabe. Es más bien una exploración que juntos realizan en el “como es”, conducida con entera humildad, por amigos quienes saben que no saben, pero desean entender y encontrar la verdad.”