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CUANDO HAYA UNA INTELIGENCIA DESPIERTA, SOLO ENTONCES HABRÁ PAZ

 

    “… Mientras no pensemos de manera clara y fundamental, desde el principio mismo con respecto a esta cuestión, un día estaremos a favor de la paz y al día siguiente estaremos a favor de la guerra, porque no hemos descubierto por nosotros mismos, fundamentalmente, las espantosas crueldades, los odios raciales, las explotaciones que dan origen a la guerra. Cuando haya una inteligencia despierta, no sólo de parte de ustedes sino también de los políticos, de los gobernantes, solo entonces habrá paz. 

   … A mí, personalmente, no me importa en qué creen o no creen ustedes, puesto que mi afecto no se basa en la creencia. La creencia es una cosa artificial, mientras que el afecto es una condición innata, y cuando ese afecto se marchita tratamos de diseminar hermandad por el mundo y hablamos de tolerancia, de la unidad de las religiones. Pero donde hay verdadera comprensión no se habla acerca de la tolerancia. La comprensión no se encuentra en los libros. Ustedes pueden estudiar libros durante muchos años, pero si no saben cómo vivir, entonces todo su conocimiento se marchita, carece de sustancia, de valor. Mientras que un instante de plena percepción alerta, de plena comprensión consciente, produce una paz real, perdura.

   … La meditación es la comprensión total de este proceso, de observar, de darse cuenta de las respuestas del pensamiento condicionado en cada uno de los retos, de manera que la mente permanece atenta a su contenido, a su actividad, a sus búsquedas, a sus motivos ocultos; así, a través de ese constante darse cuenta sin elección hay libertad, hay equilibrio; todo este proceso es meditación. Una mente capaz de observar sin elección, de ver las cosas como son, sin intentar interpretarlas, sin deformarlas; una mente así sabrá, a través del darse cuenta, lo que es la paz, será capaz de permanecer realmente en silencio. Sólo entonces, en ese silencio, "aquello que es" se manifestará. Sin embargo, la mente que está buscando un resultado nunca encontrará la verdad. 

   … De modo que meditación significa vaciar la mente de todas las cosas que ella misma ha acumulado. Si lo hacen, posiblemente no lo harán, no importa, tan sólo escuchen, descubrirán que en la mente hay un espacio extraordinario, y ese espacio es libertad. Por tanto, deben tener libertad desde el mismo comienzo, y no sólo esperar con la esperanza de conseguirla al final. Deben buscar el significado de la libertad en sus trabajos, en sus relaciones, en cada cosa que hagan. Si lo hacen descubrirán que la meditación es creación.

   La meditación es el movimiento del amor, pero no es el amor a uno o a muchos, es como el agua que uno puede beber de cualquier jarra, ya sea de oro o de barro, es inagotable. Y sucede algo peculiar que ninguna droga o autohipnosis puede producir, es como si la mente se adentrara en sí misma, empezando por la superficie y profundizando cada vez más hondo, hasta que "profundidad" y "altura" pierden su sentido y toda forma de medición cesa. En este estado hay completa paz, no el contento que se produce a través de la gratificación, sino una paz que posee orden, belleza e intensidad. Todo eso puede ser destruido como se puede destruir una flor y, no obstante, a causa de su misma vulnerabilidad es indestructible. Esta meditación no puede ser aprendida de otro, uno debe empezar sin saber nada al respecto y avanzar de inocencia en inocencia.

   … Señores, si uno está del todo alerta ve lo que el hombre se ha hecho a sí mismo y lo que ha hecho a otros. Eso es lo primero que uno observa, la destrucción que estas divisiones ocasionan, las guerras que se generan a consecuencia del nacionalismo. Una de las causas de la guerra es el nacionalismo, y nosotros jamás abordamos este vasto movimiento de la vida como una unidad. Hemos vivido de este modo durante miles de años, matándonos unos a otros en nombre de Dios, en nombre de la paz, en nombre del país, en nombre de una bandera, y al cabo de miles de años seguimos haciendo lo mismo. Uno se pregunta entonces: ¿Qué le pasa al hombre? ¿Por qué hace esto? Es extraordinariamente ingenioso en el campo tecnológico, donde ha inventado los más asombrosos y delicados instrumentos. Pero nosotros seguimos adelante, viviendo con la máxima estupidez nuestras propias vidas. Esa es, entonces, la primera cosa que uno advierte. Y se pregunta cuál es la causa de ello.

   … Nuestra búsqueda es de certidumbre, no de la verdad; la verdad no es una certidumbre, para mí la certidumbre es falsa. Buscamos la certidumbre y eso se ha vuelto la meta, y a esa certidumbre la llamamos paz, tranquilidad, armonía, silencio, luz; todas las palabras espirituales que tenemos, el plano superior, etc. Por lo tanto, tengan la bondad de seguir esto, la certidumbre que estamos buscando nos impide dudar.

   … ¿Qué es lo que están buscando? Si están buscando consuelo, encontrarán quienes los consuelen y les provean de drogas que los satisfagan. Pero, ¿qué es lo que alguien puede enseñarles verdaderamente? Lo que otro puede ayudarles a hacer es discernir por sí mismos si están escapando de la realidad hacia una ilusión. Esto quiere decir que la persona que habla, que predica, debe ella misma estar libre de ilusiones. Entonces será capaz de ayudar a otros, aun sin leer los libros sagrados. Ayudará al individuo a mantenerse despierto, consciente de las realidades de la vida, liberado de toda ilusión. Al discernir una ilusión, la mente se libera de ella gracias a la comprensión profunda, y destruye al creador de ilusiones, que es ese centro de conciencia limitada, el "yo", el ego.

   … Puesto que no queremos ser individualmente responsables por esta confusión interna y externa que impera en nuestras vidas, recurrimos a las autoridades, los grupos y la acción de masas. A través de esos métodos externos podemos lograr una paz transitoria, pero esa paz constante y perdurable podremos tenerla sólo cuando el individuo se comprenda a sí mismo y comprenda su relación con el otro, relación que constituye la sociedad. La paz está dentro y no fuera; podrá haber paz y felicidad en el mundo sólo cuando el individuo, que es el mundo, empiece a transformar claramente dentro de sí las causas que producen confusión, sufrimiento, odio y demás.

   J. Krishnamurti

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