"... Investigar
es buscar. Juntos vamos a buscar, a encontrar y a descubrir la respuesta
correcta. Este no es el Oráculo de Delfos. Juntos averiguaremos el significado
y la importancia de la pregunta, y también examinaremos la respuesta. De modo
que aquí no hay autoridad; el hecho de que esté sentado sobre una plataforma es
sólo para facilitar el que todos podamos vernos, pero esa pequeña altura no me
da ninguna autoridad.
... En primer lugar, ¿está claro para nosotros qué implica la palabra corrupción? Existe la corrupción física de la contaminación del aire en las ciudades, en los pueblos industriales. Estamos destruyendo los mares, matamos miles de ballenas y cachorros de foca. Hay contaminación física en el mundo, hay superpoblación. Después está la corrupción política, religiosa y demás. ¿A qué profundidad se halla esta corrupción en el cerebro humano, en la actividad humana?
Cuando hablamos de corrupción en el cerebro humano, en la actividad humana, cuando hablamos de corrupción debemos tener muy claro qué es lo que entendemos por esa palabra y en qué nivel nos estamos refiriendo a ella. En todo el mundo hay corrupción. Y, por desgracia, la corrupción es mayor en esta parte del mundo, donde se pasa dinero bajo la mesa, donde hay que sobornar a alguien para comprar una entrada; ya conocen ustedes las estratagemas que tienen lugar en este país. La palabra corromper significa dividir, no sólo diversas religiones contra otras comunidades y otros Estados, sino que implica básicamente corrupción del cerebro y del corazón. Debemos pues, tener muy claro el nivel en el cual estamos hablando acerca de esta corrupción, si es en el nivel financiero, en el burocrático, en el político o en el religioso, el cual está dominado por todo tipo de supersticiones, carece por completo de sentido y es sólo un montón de palabras que han perdido todo significado, tanto en el mundo cristiano como en el oriental, con su repetición de rituales y todo lo que usted ya conoce. ¿No es corrupción eso? Por favor, considérelo.
Los ideales, ¿no son una forma de
corrupción? Quizá tengan ustedes ideales. Digamos, por ejemplo, la no
violencia. Cuando tienen ideales de no violencia y los persiguen, mientras lo
hacen son violentos. ¿De acuerdo? ¿No es eso, entonces, la corrupción de un
cerebro que descuida la acción necesaria para terminar con la violencia? Creo
que está muy claro.
¿Y no es corrupción cuando no hay amor en
absoluto, sino tan sólo placer con su sufrimiento? Esta palabra «amor» está muy
cargada en todo el mundo y, al hallarse asociada con el sexo, el placer, la
ansiedad, los celos, el apego, ¿no implica corrupción? El apego, ¿no es, en sí
mismo, corrupción? Cuando uno está apegado a un ideal, a una casa o a una
persona, las consecuencias de eso son los celos, la ansiedad, el espíritu
posesivo, la dominación.
... La creencia es corrupción, porque detrás de
la creencia y la moralidad se esconde la mente, el «yo», el «yo» que se vuelve
cada vez más grande, poderoso y fuerte. Consideramos que la creencia en Dios,
la creencia en algo, es religión. Pensamos que creer es ser religioso.
¿Comprende? Si no creemos se nos considerará ateos, seremos condenados por la
sociedad. Una sociedad condenará a los que creen en Dios, y otra sociedad
condenará a los que no creen. Ambas son la misma cosa. Así pues, la religión se
vuelve una cuestión de creencia, y la creencia actúa y ejerce su influencia
sobre la mente. De ese modo la mente jamás puede ser libre. Pero sólo en
libertad podemos descubrir qué es lo verdadero, qué es Dios; no podemos hacerlo
mediante ninguna creencia, porque nuestra creencia misma proyecta lo que
pensamos que debe ser Dios, lo que pensamos que debe ser la verdad.
... La belleza existe cuando hay una total
ausencia del ‘sí mismo’. Pero nosotros no estamos libres del ‘yo’; somos gente
egoísta que sólo se interesa en sí misma, en su propia importancia o en sus
problemas, en sus agonías y dolores, en su soledad personal. A causa de esa
desesperada soledad necesitamos identificarnos con una cosa u otra, y nos
aferramos a una idea, a una creencia, a una persona, especialmente a una
persona. En la dependencia es donde surgen todos nuestros problemas. Donde hay
dependencia psicológica está el comienzo del temor. Cuando estamos atados a
algo, ahí principia la corrupción.
... Creo que la mayoría de nosotros tiene una
visión bastante amplia de lo que está sucediendo en el mundo. Al observar los
procesos históricos, la espantosa parodia de la paz, uno se pregunta qué es
todo esto. Pueblos enteros viven esclavizados, hay corrupción y se habla de
democracia; las religiones han fracasado y sólo ha quedado la superstición.
... En cuanto a su pregunta acerca del símil de erguirse como una roca en medio de la corriente, no lleve el símil demasiado lejos. Un símil es una descripción de lo que ocurre, pero si da mucha importancia al símil, pierde la significación de lo que realmente está ocurriendo.
La sociedad en que vivimos se basa
esencialmente en la relación de unos con otros. Si en esa relación no hay amor,
tan sólo explotación mutua, consuelo mutuo en varias formas diferentes, es
inevitable que ello genere corrupción. ¿Qué hará, pues, con respecto a todo
esto? Éste es un mundo maravilloso en su belleza, la belleza de la tierra, la
cualidad extraordinaria de un árbol... y estamos destruyendo la tierra como nos
destruimos a nosotros mismos. ¿De qué modo pues, actuará usted como ser humano
que está viviendo aquí? Si nuestra relación mutua es destructiva, con su lucha
constante, su esfuerzo, su pena, su desesperación, entonces crearemos por
fuerza un ambiente que representará aquello que somos. ¿Qué es, entonces, lo
que va a hacer al respecto cada uno de nosotros? Esta corrupción, esta falta de
integridad, ¿es una abstracción, una idea o es una realidad que queremos
cambiar? Es asunto de ustedes."
J. Krishnamurti
Audiotexto: