… ¿No es la búsqueda de una utopía teórica
concebida previamente, la negación de la libertad e integridad del individuo?
Cuando uno sigue un ideal, una norma, cuando uno tiene ya una fórmula de lo que
debe ser, ¿no está viviendo una vida muy superficial y automática? Lo que
necesitamos no son ideales ni individuos con mentes mecanizadas, sino seres
humanos integrales que sean inteligentes y libres. Forjarse el modelo de lo que
debe ser una sociedad perfecta es motivo de luchas y derramamientos de sangre
por lo que debe ser, mientras ignoramos lo que “es”.
… Si yo digo que soy un hindú o que soy
indio, estoy limitado, y esa limitación produce no solamente corrupción, sino
conflicto, porque hay otro que dice: “Yo soy cristiano” o “Yo soy budista”, de
modo que entre nosotros hay conflicto. Desde que nacemos hasta que morimos,
nuestra vida es una serie de luchas y conflictos de los cuales siempre estamos
tratando de escapar, lo que a su vez causa más conflicto. Y en este perpetuo y
constante conflicto vivimos y morimos. Jamás buscamos la raíz de ese conflicto;
esa raíz es el pensamiento, porque el pensamiento es limitado. Por favor, no
pregunten: “¿Qué hago para detener el pensamiento?”, ese no es el punto. El
punto es comprender la naturaleza del pensamiento, mirarlo.
… Desde tiempos inmemoriales, el hombre
siempre se ha planteado la pregunta de si existe algo más allá del pensamiento,
más allá de las invenciones románticas y más allá del tiempo; siempre se ha
preguntado, ¿existe algo más allá de todo este sufrimiento, más allá de todo
este caos, más allá de las guerras, de la constante lucha entre los seres
humanos? ¿Existe algo que sea inmutable, sagrado, absolutamente puro, no
contaminado por ningún pensamiento ni por ninguna experiencia? Desde los
tiempos antiguos, este ha sido el interrogante de todas las personas serias.
Para descubrirlo, para dar con eso, es imprescindible la meditación, pero no la
meditación repetitiva que no tiene ningún sentido. Cuando la mente está libre
de todo conflicto, de cualquier afán del pensamiento, entonces existe una
energía creativa que es verdaderamente religiosa. Dar con esa energía, que no
tiene principio ni fin, es la verdadera profundidad y belleza de la meditación,
lo cual requiere libertad de todo condicionamiento.
… Piensa que la seguridad, la felicidad, el
halago de la opinión pública radican en poseer muchas cosas, ya sea ideas,
virtudes, tierras o títulos. Debido a que pensamos que la felicidad y la
seguridad, y el poder están en la posesión, acumulamos, nos esforzamos en
poseer, luchamos y competimos con otros, nos ahogamos y explotamos el uno al
otro. Eso es lo que pasa en todo el mundo, y una mente lista dice:
“Convirtámonos en ascetas, no poseamos, volvámonos esclavos del ascetismo, hagamos leyes que obliguen al hombre a no poseer”. En otras palabras, uno no
hace más que cambiar una prisión por otra, solo que llamando a la nueva con un
nombre diferente. Pero si uno comprende de verdad el valor transitorio de la
posesión, ni se convierte en asceta ni es una persona agobiada por el deseo de
la posesión; entonces uno es verdaderamente un ser humano.
… Por lo tanto, repito. Hay un modo de vivir
sin esfuerzo, sin la constante tensión del logro y de la lucha por el éxito,
sin el constante temor del ganar y perder; digo que hay un modo de vivir
armonioso que adviene cuando encaramos cada experiencia, cada acción de manera
completa, cuando nuestra mente no está dividida contra sí misma, cuando nuestro
corazón no está en conflicto con nuestra mente; o sea, cuando hacemos las cosas
de manera total, con unidad completa de mente y corazón. Entonces, en esa
riqueza, en esa plenitud está el deleite de la vida; eso es para mí lo
perdurable, eso es para mí lo eterno.
… ¿Qué es lo que tienen ahora? Unas cuantas
creencias y unos cuantos ideales, algunas posesiones, un líder o dos a quienes
seguir, un ocasional susurro de amor, lucha y dolores constantes. ¿Es esto la
riqueza de la vida, la realización humana y el éxtasis? ¿Cómo puede existir la
bienaventuranza de la realidad cuando la mente-corazón está presa en el miedo?
¿Cómo puede haber lucidez cuando la mente-corazón está creando su propia
confusión y sus limitaciones? Yo digo, consideren lo que ahora tienen, perciban
claramente estas limitaciones, y esa percepción misma despertará la
inteligencia creativa.”
J. Krishnamurti
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