“… El tiempo
psicológico es diferente del tiempo común. No sé si usted lo ve. ¿Lo ve? El
tiempo de ese reloj, el tiempo del sol, el tiempo para cubrir una distancia
física. No nos conocemos el uno al otro, pero si nos encontramos con frecuencia
nos conoceremos. O podemos conocernos el uno al otro instantáneamente. Está
pues, el tiempo físico y está el tiempo psicológico. Hablamos del tiempo
psicológico. A una semilla le toma tiempo fructificar, a un niño el volverse
hombre. Y aplicamos esa clase de tiempo a la psique. Soy esto, pero seré
aquello; no soy valiente, pero denme tiempo y lo seré. Nosotros hablamos del
tiempo en el campo de la psique.
… ¿Tiene el hombre que
vivir condenado al conflicto, sufriendo, sin nunca saber lo que significa ser
completamente libre y, quizá, sin nunca conocer lo que es el amor? Si uno se da
cuenta que el tiempo, el pensamiento, no son el camino para terminar con el
sufrimiento, ¿qué sucede entonces? Darse cuenta, ¿saben lo que significa darse
cuenta? Cuando se dan cuenta que cierta carretera no conduce a su casa, dan
media vuelta y buscan otra, no insisten en seguir avanzando por esa carretera.
Si insisten en continuar por esa carretera que no conduce a su casa es porque
padecen alguna clase de desequilibrio mental, no están en su sano juicio; si
insisten en que esa carretera lleva a su casa están sordos, están ciegos.
Exactamente eso es lo que estamos haciendo; insistimos en que el pensamiento,
el tiempo, la evolución, nos sacará de este caos, de este sufrimiento.
… Pero en el momento que acepta el tiempo,
acepta la continuación del sufrimiento. Si no quedara tiempo, ¿qué esperanza le
quedaría sabiendo que es viejo, que está fuertemente condicionado, que le
resulta muy difícil soltar sus hábitos, ¿incluso el hábito más insignificante?
Por eso es necesario soltar nuestros hábitos instantáneamente, no mañana; no
sólo los hábitos superficiales, sino los más profundos, nuestra forma de
pensar, nuestras creencias y dogmas. Tenemos que romper esos hábitos que están
profundamente arraigados, pero decimos: «No es posible hacerlo de forma
inmediata, necesitamos tiempo». En consecuencia, esperamos hacerlo en la
próxima vida o la próxima semana, viene a ser lo mismo porque admitimos el
tiempo.
… Lo que estamos diciendo es, el cerebro ha
evolucionado en el tiempo y solo puede pensar en términos de tiempo, en que la
crisis, «se solucionará»; en el momento en que utiliza las palabras, «se
solucionará», ya está pensando en términos de tiempo. No sé si lo entienden.
¿De acuerdo? Señor, ambos estamos hablando juntos. Decimos que esa actividad
del cerebro que ha sido cultivada a través del tiempo, puede detenerse cuando
afrontamos la crisis y nos liberamos de la idea, del concepto, del deseo, del «finalmente
lo cambiaremos». ¿Entiende este punto?
… Si dedicamos nuestra
mente y corazón a terminar con la enfermedad de la ignorancia y el egoísmo,
crearemos un mundo sano y feliz. No debemos pensar y sentir horizontalmente,
sino verticalmente. Es decir, en vez de seguir la corriente de la pereza, del
egoísmo, de la ignorancia del pensar y del sentir gradual, del lento proceso a
través del tiempo para tener claridad, de seguir esta corriente de constante
conflicto y desdicha, de asesinatos en masa y de ciertas treguas llamadas paz,
con la idea final de tener un paraíso en la Tierra; en vez de pensar y sentir a
lo largo de estas corrientes horizontales, ¿podemos dejar de pensar y sentir
horizontalmente? ¿Podemos pensar y sentir verticalmente? ¿Es posible salirse de
esa continuidad horizontal de confusión y lucha, para pensar y sentir de forma
diferente, nueva, vertical, sin intervención del tiempo?
… La percepción y la
comprensión no pertenecen al tiempo. La percepción es cuestión de intensidad en
el ver, un ver que es total. ¿Cuál es la naturaleza de ese ver algo totalmente?
¿Qué es lo que a uno le da la capacidad, la energía, la vitalidad, el impulso
de encarar algo de inmediato con toda su energía no dividida? En el momento que
uno ha dividido la energía surge el conflicto y, por lo tanto, no existe el
ver, no existe la percepción de algo en su totalidad. Ahora bien, ¿qué es lo
que le da la energía para hacerlo saltar cuando ve una cobra? ¿Cuáles son los
mecanismos que hacen que todo el ser, orgánico y psicológico, salte sin
vacilación alguna, de manera que la reacción sea inmediata? ¿Qué es lo que ha
intervenido en esta inmediatez? Han intervenido varias cosas en esa acción
inmediata, miedo, protección natural, los cuales deben estar presentes, el
conocimiento de que la cobra es mortífera.
… Para percibir de forma directa se requiere
una mente que no sea esclava del tiempo. Por favor, comprendan esto pues, una
vez entiendan este hecho, la estructura entera del pensamiento cambiará. Para
percibir y comprender el tiempo no es necesario en absoluto; lo único que se
necesita es ver con claridad, y para ver con claridad uno ha de tener espacio,
no sólo espacio externo, sino espacio interior, es decir, espacio en la mente.
Porque cuando la mente parlotea se llena de conocimiento, entendiendo por
conocimiento no la información técnica, obvia y necesaria, sino el pasado;
cuando la mente está atestada del conocimiento de ayer, de los hechos de ayer,
del dolor y de los diversos recuerdos de ayer, no hay espacio en ella, y cuando
no hay espacio hay conflicto.
… ¿Cómo relaciono lo que he entendido lógica
e intelectualmente con lo que he escuchado? ¿Cuál es la verdad? Así, ya ha
creado una división entre el entendimiento intelectual y la acción. ¿Se da
cuenta de ello? Escuche, tan solo escuche. No haga nada al respecto. No
pregunte: ¿Cómo puedo conseguir algo? ¿Cómo puedo terminar con el pensamiento y
el tiempo? No puede hacerlo. Sería absurdo, porque usted es el resultado del
tiempo, del pensamiento, y lo único que haría seria dar vueltas en un mismo
círculo. Escuche, no reaccione, no pregunte cómo, tan sólo limítese a escuchar
como escucharía una hermosa música o el canto de un pájaro, esa afirmación de
que cualquier tiempo está contenido en el ahora, y que el pensamiento es un
movimiento. El pensamiento y el tiempo van unidos, no son dos movimientos
independientes, sino que son un único y constante movimiento. Eso es un hecho.
Escúchelo.”
J. Krishnamurti
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