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¿EXISTE OTRA FORMA DE APRENDER?

 

   “... Generalmente aprendemos a través de los estudios, con los libros, con la experiencia o con instrucción ajena, Éstas son las formas habituales de aprendizaje. Confiamos a la memoria lo que hay y lo que no hay que hacer, lo que hay y no hay que pensar, cómo sentir y cómo reaccionar. Mediante la experiencia, el estudio, el análisis, el inquirir o el examen introspectivo, almacenamos conocimientos en forma de memoria, y entonces la memoria responde a posteriores retos y exigencias, y de ahí surge más y más aprendizaje. Nos sentimos muy familiarizados con este proceso, es nuestra única manera de aprender.

   Como no sé pilotar un avión, aprendo, se me instruye, adquiero experiencia, retengo un recuerdo de ésta, y entonces vuelo. Éste es el único proceso de aprender que conocemos la mayoría de nosotros.

   Pues bien, yo creo que existe una manera de aprender absolutamente distinta y voy a hablar un poco sobre ello; sin embargo, para comprenderlo y aprender de dicha manera, tienen que estar completamente libres de toda autoridad, porque si no, tan sólo se les estará instruyendo y repetirán lo que hayan oído. Por eso es muy importante comprender la naturaleza de la autoridad.

  … Para aprender sobre uno mismo y para conocerse, deben observarse con frescura, con libertad. No pueden aprender de ustedes mismos si se limitan a usar sus conocimientos, es decir, a mirarse a ustedes mismos basándose en lo que han aprendido de un instructor, de un libro o de su propia experiencia. El “tú” es una entidad grandiosa, es algo complejo y vital, enormemente vivo y en constante cambio, que experimenta toda clase de experiencias, es un torbellino de enorme energía; y no hay nadie que pueda enseñarles nada al respecto, nadie. Eso es lo primero que hay que ver. Una vez que lo comprendan, que realmente vean esa verdad, quedarán liberados de una gran carga, habrán dejado de esperar que otra persona les diga lo que deben hacer, y entonces aparece el principio de ese extraordinario aire de libertad.

   … El aprender no es un proceso en el que se sientan las bases del conocimiento. El aprender es a cada instante, es un movimiento en que uno se observa infinitamente sin condenar; sin interpretar ni evaluar en ningún momento, sino tan solo observando. En cuanto uno condena, interpreta o evalúa, tiene un patrón de conocimiento y de experiencia, y ese patrón le impide a uno aprender.

   … La adquisición de conocimiento es un proceso mecánico, y el aprender nunca puede ser una cosa mecánica. Una mente tiene que estar siempre fresca, ser joven, inocente para aprender, y una mente que esté aprendiendo siempre estará, por cierto, en un estado de humildad, no la humildad cultivada por el monje, el santo, o la persona erudita. Una mente que esté aprendiendo tiene su propia dignidad …

   … Si quiero aprender acerca de mí mismo, descubrir lo que en realidad soy, tengo que vigilar todo el tiempo, cada minuto del día, para ver cómo me expreso. Observar no es condenar ni aprobar, sino ver lo que soy de instante en instante. Porque lo que soy está cambiando continuamente, ¿no es así?, nunca es estático. El conocimiento es estático; mientras que el proceso de aprender sobre el movimiento de la ambición nunca es estático, está viviendo, avanzando. Espero que estaré explicándome. De modo que aprender y adquirir conocimiento son dos cosas diferentes. El aprender es infinito, es un movimiento en libertad; el conocimiento tiene un centro que está acumulando, y el único movimiento que conoce es una nueva acumulación, una nueva esclavitud.

   … Sentado ahí, muy por encima de todos los árboles, sobre una roca que tiene su propio sonido como toda cosa viviente en esta tierra, observando el cielo azul, claro, inmaculado, uno se pregunta cuánto tiempo le tomará al hombre aprender a vivir en este mundo sin rencillas, sin disputas, guerras y conflictos. El hombre ha creado el conflicto al dividir la tierra lingüísticamente, culturalmente, superficialmente. Uno se pregunta cuánto tiempo le tomará al hombre, que ha evolucionado durante tantos siglos de dolor y aflicción, de ansiedad y placer, temor y conflicto, cuánto tiempo le tomará vivir una clase diferente de vida.

   … Como siempre lo hemos dicho, en cierto campo de nuestra existencia física es necesario reunir conocimientos y actuar a base de esos conocimientos, lo cual requiere tiempo. ¿Es que extendemos el mismo principio, el mismo movimiento de tiempo al mundo psicológico? Aquí también decimos que tenemos que aprender acerca de nosotros mismos, de nuestras reacciones, de nuestra conducta, de nuestras exaltaciones y depresiones, de nuestras ideaciones, etc.; pensamos que todo eso también requiere tiempo.

   … Uno puede aprender acerca de lo limitado, pero no puede aprender acerca de lo ilimitado. Y nosotros tratamos de aprender acerca de todo el campo de la psique, y decimos que para ello se necesita tiempo. Pero en ese campo el tiempo puede ser una ilusión, puede ser un enemigo. El pensamiento crea la ilusión, y esa ilusión se desarrolla, crece, se extiende. 

   Aunque vivan diez mil años, diez días, un día o una fracción de segundo más, el tiempo no eliminará el sufrimiento. De manera que uno debe aprender en el instante y no de forma gradual.

   … La educación no consiste sólo en aprender de los libros memorizando algunos hechos, sino también en aprender a mirar, a escuchar aquello que los libros dicen, tanto si lo que dicen es verdadero como si es falso. Todo eso es parte de la educación.

   No estoy en contra de la acumulación de conocimientos, pero estamos tratando de averiguar qué es el acto del aprender. La mente solo aprende cuando se encuentra en un estado de no saber. Cuando no sé, estoy aprendiendo.”

   J. Krishnamurti