“… Quizá podamos así
discutir inteligentemente, despacio, tanteando, para captar de este modo todo
el significado de la vida, de nuestra existencia, qué es todo esto. Y creo que
eso es posible sólo si podemos ser muy honestos con nosotros mismos, cosa que es
bastante difícil. En el proceso de discutir deberíamos estar revelándonos a
nosotros mismos, no a otro, para que, por nuestra propia inteligencia, por
nuestro propio pensar preciso, podamos penetrar en algo que realmente valga la
pena.
Creo que la mayoría de
nosotros sabemos, no sólo por los periódicos sino por nuestra propia
experiencia directa, que se está realizando un tremendo cambio en el mundo. No
me refiero al cambio que va de una cosa a otra, sino a la rapidez del cambio
mismo, no sólo en nuestra propia vida, sino en lo colectivo, lo nacional, en
todos los diversos pueblos del mundo.
… ¿Piensa usted que
meramente leyendo libros descubre por sí mismo lo que es verdadero? ¿Descubre
alguna cosa repitiendo lo que otros han dicho? ¿O sólo descubre investigando,
dudando, no aceptando jamás? Muchos de nosotros leemos montones de libros sobre
filosofía y esta lectura moldea nuestras mentes, lo cual hace muy difícil
descubrir por nosotros mismos qué es verdadero y qué es falso. Cuando la mente
ya está moldeada, formada, sólo puede descubrir la verdad a costa de las más
grandes dificultades.
… Un hombre que experimenta y desea un resultado, evidentemente no experimenta. Un hombre que experimenta no sabe qué va a resultar. Esa es la belleza de la experimentación. Si sabéis qué va a resultar de ello, no estáis experimentando. De suerte que el inconveniente de tener un instructor, una comunidad, un "ashram", consiste en que hacéis de ello vuestra referencia, hacéis de ello vuestro refugio. La culpa no es tanto del "gurú" como del secuaz. Hacéis de vuestro "gurú" vuestra referencia, le entregáis vuestra vida para que os diga qué habréis de hacer. Ningún hombre puede decíroslo. Si él os dice qué habréis de hacer, él no lo sabe; un hombre que "sabe", no sabe. No busquéis una referencia, no busquéis refugios. Experimentad, cobrad confianza; entonces tendréis vuestra propia referencia, que es la verdad. Entonces os daréis cuenta de que vosotros sois la comunidad, vosotros sois vuestro propio "ashram". Donde vosotros estáis tiene mucha importancia, pues la verdad está muy cerca de vosotros si solamente miráis.
… Creo que uno debería
mirar a fondo no sólo hacia el exterior, no sólo aquello que sucede en el
mundo, sino también, y con mayor rigor, lo que sucede dentro de sí. Y para
poder ver con claridad, sin distorsión alguna, es necesaria una cualidad de
percepción, una cualidad de la mente, que vea sin oponer resistencia, sin
prejuicios, sin estar sujeta a ningún método; es necesario poder tan sólo observar.
Pues percibir lo que es, no como teoría sino percibirlo de hecho, nos revelará
qué es la verdad, y serán innecesarias entonces todas las ideas especulativas
acerca de ella. No vamos a aceptar ni a rechazar lo que otros dicen que es la
verdad; vamos a ver por nosotros mismos con claridad lo que es. Es muy
importante, así pues, que comprendamos el significado de la palabra percepción.
… Uno tiene que actuar basándose en el hecho, basándose en lo que
es, basándose en lo que descubre. Es necesario actuar y por eso tengo que
investigar y comprender lo que significa actuar, la acción. Si no lo comprendo
del todo, si trato de cambiar el hecho actuando sobre él, eso impide afrontar
el hecho; por tanto, debo comprender lo que es la acción. El 99,90% de nuestras
acciones se basan en la imitación de una creencia, una idea, un concepto, una
imagen; nuestra acción siempre es un intento de copiar, de ajustarse a una
idea. Tengo la idea de que debería ser fraternal, la idea de que soy comunista
o católico y, de acuerdo con esa idea, actúo. Guardo ciertos recuerdos de
placer o de dolor, ciertos recuerdos de miedos profundos y la imagen de ese
miedo, de modo que actúo basándome en esos recuerdos, intentando evitar
cualquier problema particular y buscando siempre conseguir beneficios, una
felicidad mayor. Todo eso son ideas y, de acuerdo con esas ideas, actúo; pero
cuando interviene una idea y le sigue una acción, aparece el conflicto entre
ambas, porque la idea es el observador y la acción que voy a realizar es el
objeto.
… Muy
pocas personas quieren cambiar el mundo y son muchos menos los que quieren
cambiar ellos mismos, porque son el centro del mundo en el que viven. Para
generar un cambio se necesita una tremenda comprensión. Uno puede sustituir una
cosa por otra, pero eso no es un cambio en absoluto; cuando la gente dice: «Estoy cambiando de esto a lo otro», cree que está avanzando, que está
cambiando, pero en realidad no se ha movido lo más mínimo; lo que esas personas
han hecho es proyectar una idea de lo que deberían ser, pero la idea de lo que
"debería ser" es muy diferente de "lo que es". Esas
personas piensan que el cambio hacia "lo que debería ser" es un
avance; pero no es ningún progreso, aunque crean que están cambiando; porque el
cambio significa, en primer lugar, estar alerta a lo que realmente
"es", y vivir con ello. Entonces uno se da cuenta de que el
"ver" mismo produce el cambio.”
J. Krishnamurti