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¿POR QUÉ ANSIAMOS TENER ÉXITO, SER ALGUIEN?

            

   “… ¿Por qué somos ambiciosos? ¿Por qué ansiamos tener éxito, ser alguien? ¿Por qué nos empeñamos en ser superiores? ¿Por qué este esfuerzo por imponernos, ya sea mediante una ideología o el Estado? ¿Acaso este autoritarismo no es la causa principal de nuestro conflicto y nuestra confusión? Sin ambiciones, ¿sucumbiríamos? ¿No podemos sobrevivir físicamente sin ser ambiciosos?

   … Todo el mundo está adorando el éxito. Uno escucha el relato de cómo el muchacho pobre estudiaba de noche y finalmente llegó a ser juez, o cómo empezó vendiendo periódicos y terminó siendo multimillonario. Lo alimentan a uno con la glorificación del éxito. Con el logro del gran éxito hay también un gran dolor; pero la mayoría de nosotros está atrapada en el deseo de lograr cosas, de alcanzar el éxito, y el éxito es para nosotros mucho más importante que la comprensión y disolución del dolor.

   … Uno adora el éxito; Dios es éxito, es quien da los títulos, el doctorado, la posición y la autoridad. Dentro de uno está esa batalla constante, esa lucha por conseguir lo que se quiere; nunca hay un instante de paz, de paz en el corazón, porque siempre está presente el esfuerzo por llegar a ser algo, por progresar. Ahora bien, no se deje engañar por la palabra «progreso»; aunque las cosas mecánicas progresen, el pensamiento nunca puede progresar, a menos que sea dentro del ámbito de su propio devenir.

   … ¿Qué es lo que queremos, qué es lo que queremos lograr, qué queremos llegar a ser? Para la mayoría de nosotros la vida es esfuerzo, es lucha; en la sociedad actual tener éxito es hacer dinero, buscamos poder, posición, prestigio, vivimos una vida vacía, burguesa, estrecha y superficial, con toda clase de opiniones, de juicios y de creencias. Todo esto parece malgastar enormemente la vida, nunca somos felices, excepto cuando perseguimos el placer, cuando experimentamos cierta sensación de disfrute, de gratificación, de satisfacción; sin embargo, si examinan con detenimiento el contenido interno, dejando a un lado lo que han aprendido de los libros y las respuestas según el país en el cual viven, ¿se dan cuenta de que no hay absolutamente nada, excepto lo que cada uno ha puesto en su interior? Lo que han introducido en su interior es un producto del pensamiento, pero este no puede generar ninguna acción completa del ser humano, sólo puede actuar de forma parcial y fragmentaria.

   … La educación convencional hace sumamente difícil el pensamiento independiente. La conformidad conduce a la mediocridad. Ser diferente del grupo o resistir el ambiente no es fácil, y a menudo es peligroso, mientras rindamos culto al éxito. La urgencia de alcanzar éxito en la vida, que es la recompensa que esperamos por nuestro trabajo, ya sea en lo material o en la llamada esfera espiritual, la búsqueda de seguridad interna o externa, el deseo de conformidad, todo este proceso ahoga el descontento, pone fin a la espontaneidad y engendra el temor, y el temor obstruye la inteligente comprensión de la vida. A medida que se envejece, la mente se embota y se insensibiliza el corazón.

   … La correcta educación se interesa por la libertad individual, la cual puede producir, por sí sola, una verdadera cooperación con el todo y con los demás. Pero esta libertad no se consigue con la búsqueda del engrandecimiento y el éxito propio; la libertad llega con el conocimiento de uno mismo, cuando la mente transciende los impedimentos que ella misma ha creado debido a sus ansias de seguridad. 

   … Una persona libre es completamente inútil para un hombre que esté dominado por la ambición. Y como la mayor parte de nosotros estamos enredados en la ambición, en el deseo de éxito, esa persona es de muy escasa significación. Puede hablar de libertad, pero lo que nos interesa a nosotros es el éxito. Lo único que os puede decir es que paséis a la otra orilla del río, y que veáis la belleza del cielo, el encanto de ser sencillo, amar, ser bondadoso, ser generoso, carecer de ambición. Muy poca gente quiere venir a la otra orilla; por eso el hombre que se encuentra en ella es de muy poca utilidad. Probablemente lo pondréis en una iglesia y lo adoraréis. Eso es todo, poco más o menos.

   … El éxito es un invento de una sociedad codiciosa, adquisitiva. ¿Podemos, cada uno de nosotros, conforme crecemos, descubrir lo que realmente nos encanta hacer, ya sea remendar un zapato, convertirse en zapatero, construir un puente, o ser un administrador capaz y eficiente? ¿Podemos poseer el amor de la cosa en sí, sin preocuparnos de lo que nos proporcionará o de lo que hará en el mundo? Si podemos comprender ese espíritu, ese sentimiento, entonces, creo yo, la acción no creará aflicción, como sucede en estos momentos; entonces no estaremos en conflicto con otra persona.

   … La inteligencia no es el resultado de acumular, sino de estar libre de la constante búsqueda de logros o éxitos. La inteligencia nunca es estática, no es posible copiarla ni estandarizarla, y, por tanto, no se puede enseñar; sólo podemos descubrirla desde la libertad.”

   J. Krishnamurti

                                  https://youtu.be/Y7ydx-hMka4