“… La meditación es el
cese de la palabra. Dado que la palabra es pensamiento no puede inducir al
silencio. La acción que surge del silencio es enteramente distinta de la acción
nacida de la palabra; la meditación es la liberación de la mente de todos los
símbolos, imágenes y recuerdos.
Hay una diferencia entre la acción y la palabra. La acción es
del presente, mientras que la palabra es siempre del pasado y, por lo tanto, es
estática. Uno puede atribuir vitalidad o movimiento al nombre, a la palabra,
pero no es lo mismo que la acción, la cual es siempre del presente ...
… ¿Qué es una acción
impersonal? Ante todo, ¿qué es la acción? ¿Qué entiende usted por esa palabra
‘acción’? Usted actúa ya sea conforme a un patrón de conducta, o a alguna idea,
o a su experiencia que es el pasado, o conforme a algún ideal que está en el
futuro, o según su conocimiento que también es el pasado; o actúa conforme a su
conveniencia. ¿Qué entiende usted, entonces, por esa palabra? La palabra
significa actuando, no ‘he actuado’ o ‘actuaré’. Acción implica actuar en el
presente. Que esa acción sea correcta, verdadera, real, depende de la cualidad
de nuestro cerebro, de nuestro corazón, no de meras teorías. Por lo tanto,
señores, investiguen qué es la acción. Todos estamos actuando de la mañana a la
noche. Usted está sentado allí y quien les habla se sienta aquí. Usted escucha
y él habla, ésa es una acción. Si escucha, eso es acción; o si no escucha, ésa
es una acción. El modo en que escucha es una acción.
… Nosotros explicamos las cosas, dando la
descripción de la causa y el efecto, diciendo, por ejemplo, el hombre ha
heredado la brutalidad del animal. Alguien lo señala, pero si en el mismo acto
de indicarlo usted actúa y deja de ser violento, ¿no hay ahí una diferencia? Lo
que se requiere es la acción. Pero, ¿surge ella mediante explicaciones y
palabras? ¿O surge esta acción total sólo cuando se es lo suficientemente
sensible para observar todo el movimiento de la vida, la totalidad de la misma?
¿Qué estamos tratando de hacer aquí? ¿Dar explicaciones del "porqué"
y la causa del "porqué"? ¿O estamos tratando de vivir de modo que
nuestra vida no esté basada en palabras sino en el descubrimiento de lo que
realmente es, lo cual no depende de las palabras? Hay una inmensa diferencia
entre las dos cosas, aun cuando yo lo señale. Es como el caso de un hombre que
tiene hambre. Usted puede explicarle la naturaleza y el sabor de la comida,
mostrarle el menú, enseñarle la variedad de alimentos tras la vitrina. Pero lo
que él desea es el verdadero alimento, y las explicaciones no pueden dárselo.
Esa es la diferencia.
… Para comprender los innumerables problemas
que tiene cada uno de nosotros, ¿no es esencial que haya conocimiento propio?
Esa percepción alerta respecto de uno mismo es una de las cosas más difíciles
que hay; no significa un aislamiento, un retirarse del mundo. Obviamente, es
esencial que nos conozcamos, pero ello no implica que hayamos de separarnos de
nuestras relaciones. Sería, por cierto, un error pensar que uno puede conocerse
a sí mismo de una manera significativa, completa, plena, mediante el
aislamiento, la exclusión, o acudiendo a algún psicólogo o a algún sacerdote; o
que puede aprender conocimiento propio por medio de un libro. El conocimiento
propio es un proceso, no es un fin en sí mismo; y para conocernos debemos estar
atentos a nosotros mismos en la acción, la cual es relación. Uno se descubre a
sí mismo, no en el aislamiento, no en el retiro, sino en la relación, relación
con la sociedad, con nuestra esposa, nuestro marido, nuestro hermano; relación
con la humanidad. Pero descubrir cómo reaccionamos, cuáles son nuestras
respuestas, requiere un extraordinario estado de alerta mental, una notable
agudeza de percepción.
… Yo siento que lo
esencial es descubrir en la acción todos los valores verdaderos, mientras que
usted saca a colación todo el pasado, ya sea el de ayer o el de un siglo atrás.
Me tocó ser un hindú, un brahmin, empapado en una tradición más vieja y más
rígida que cualquiera de las de ustedes. No me siento a examinar la tradición
histórica que me ha atado a la herencia de los siglos, a las diversas
tradiciones pequeñas que me sujetan como hindú, sino que, al moverme, en el
movimiento mismo, tomo conciencia de todas esas anclas históricas, religiosas,
nacionales, familiares, de los prejuicios personales. Y en ese movimiento del
pensar realmente creativo, hay inteligencia. Ése es un verdadero pensar, no
esta mera reacción de acá para allá de un trasfondo establecido desde el cual
ustedes piensan. A eso lo llamamos “pensar” y, debido a eso, el “pensar” nos
deja cada vez más vacíos, cada vez más superficiales.
… Hay rebeliones,
conflictos raciales, inmensa pobreza y explosión demográfica. Ya no hay límites
que se opongan, sea yendo a la luna o en la dirección del placer. Las
religiones organizadas con sus doctrinas, creencias, dogmas y sacerdotes, han
fracasado por completo perdiendo todo su significado. Hay guerras, y la paz que
el político está tratando de producir no es paz en absoluto. ¿Ven ustedes todo
esto? ¿Lo ven, no como una teoría, no como algo que se les señala para que lo
acepten o lo rechacen, sino como algo de lo que no tienen posibilidad alguna de
escapar, ya sea acudiendo a algún monasterio o a alguna ideación tradicional
del pasado? El reto está ahí para que ustedes respondan a él; es
responsabilidad de ustedes. Tienen que actuar, tienen que hacer algo por
completo diferente y, si es posible, descubrir si existe una acción nueva, un
nuevo modo de mirar todo el fenómeno de la existencia.
… Si de verdad quieren descubrir lo que
estoy diciendo examinen, por favor, una de las ideas que expongo y llévenla a
cabo en la acción; entonces verán qué práctica se vuelve, no algo vago,
teórico, imposible de captar. Entonces no necesitan ninguna enseñanza
secundaria.”
J. Krishnamurti