"... ¿Qué es el espacio? El espacio que ha creado el pensamiento es
una cosa. Está el espacio que existe en el cielo. En nuestro universo. Tiene
que haber espacio para que exista una montaña, para que crezca un árbol, para
que se abra una flor. Entonces, ¿qué es el espacio? ¿Tenemos espacio nosotros?
¿O estamos tan limitados físicamente a vivir en un pequeño departamento, en una
pequeña casa, sin ningún espacio externo, que al carecer de espacio nos
volvemos más y más violentos?
... Pero nosotros carecemos físicamente de espacio con una población
en aumento permanente y todo lo demás. Por eso hay cada vez más violencia, más
y más personas que viven juntas en un pequeño departamento, miles de personas
amontonadas respirando el mismo aire, pensando la misma cosa, viendo la misma
televisión, leyendo el mismo libro, acudiendo a la misma iglesia, creyendo en
la misma cosa, sufriendo la misma pena, la misma ansiedad, los mismos
temores... Mi país y todo eso. De modo que la mente, el cerebro, tiene muy poco
espacio. Y el espacio es indispensable, de lo contrario me asfixio. Entonces,
¿puede tener espacio la mente? No habrá espacio si hay una dirección.
... ¿Ha notado además el
poco espacio que poseemos en nuestro interior, psicológicamente? Nuestras
mentes están repletas de imaginación, de todas las cosas que hemos aprendido,
de varias clases de condicionamiento, de influencias y propaganda. Estamos
llenos de todas las cosas sobre las que el hombre ha pensado, que ha inventado,
de nuestros propios deseos, búsquedas y ambiciones, temores y demás y, por
consiguiente, hay muy poco espacio. La meditación, si la examina muy a fondo,
es la negación de todo esto, de tal manera que en ese estado de atención existe
un espacio inmenso, sin fronteras. Entonces la mente está en silencio.
... Debe haber espacio, no
solo espacio físico sino dentro de la mente, lo que significa que no esté
ocupada. Nuestras mentes están siempre ocupadas. «¿Cómo dejaré de parlotear?»,
«debo tener espacio», «debo estar en silencio». Un ama de casa está ocupada con
su cocina y con sus hijos; un devoto está ocupado con su Dios; un hombre está
ocupado con su profesión, con el sexo, su trabajo, su ambición y su posición
social. La mente está totalmente ocupada y, por consiguiente, no hay espacio en
ella.
... Cuando una mente está ocupada no hay orden ni espacio. Cuando la
mente está repleta de problemas, ¿cómo puede tener espacio? Para disponer de
espacio, cada problema debe ser resuelto de inmediato, tan pronto como se
presente. Eso es parte de la meditación, no arrastrar los problemas día tras
día. ¿Es posible no estar ocupado? Lo que no significa irresponsabilidad. Al
contrario, cuando no está ocupado, usted le presta toda su atención a la
responsabilidad. Solo la mente ocupada está confusa y, por consiguiente, la
responsabilidad se vuelve algo feo y contiene la posibilidad de la culpa. Por
favor, no pregunte cómo dejar de estar ocupado, porque entonces se afanará con
un sistema, con un método, con consignas; eso sucede si ve, si ha percibido que
una mente ocupada es destructiva, que no es libre y no tiene espacio.
... No sé si alguna vez ha considerado o examinado todo el proceso
de la verbalización, el proceso de nombrar. Si lo ha hecho, habrá encontrado
que es una cosa interesante, sorprendente y muy estimulante. Cuando damos un
nombre a cualquier cosa que experimentamos, vemos o sentimos, la palabra se
vuelve extraordinariamente significativa; y la palabra es tiempo. El tiempo es
espacio, y la palabra es el centro de ello. Todo pensar es verbalización,
pensamos en palabras. ¿Puede la mente liberarse de la palabra? No diga: ¿Cómo
he de liberarme? Eso no tiene sentido. Formúlese esa pregunta a sí mismo y vea
cuán esclavos son ustedes de palabras tales como India, Gita, comunismo,
cristiano, ruso, estadounidense, inglés, la casta inferior y la casta superior
a la de uno. La palabra amor, la palabra Dios, la palabra meditación; qué
significado extraordinario hemos dado a estas palabras y cuán esclavos somos de
ellas.
... La mente debe poseer un espacio grande e ilimitado, y eso solo puede acontecer cuando no hay parloteo, cuando no hay ningún problema, porque todos los problemas han sido resueltos conforme surgieron. Usted solo puede disponer de un gran espacio cuando no hay centro alguno. En el momento en que tiene un centro, debe haber una circunferencia, un diámetro, un movimiento desde el centro hacia la periferia. El espacio supone la ausencia del centro; por consiguiente, es absolutamente ilimitado. La atención implica poner toda su energía en escuchar, en ver, y en esto no hay centro. Entonces surge una mente que ha captado el orden y está libre de temor, que le ha puesto fin al sufrimiento, ha comprendido la naturaleza del placer y le ha asignado su justo lugar.
... La inocencia y la espaciosidad son el florecimiento de la meditación. No hay inocencia sin espacio. La inocencia no es inmadurez. Puede que usted esté físicamente maduro, pero el vasto espacio que llega con el amor no es posible si la mente no está libre de las muchas huellas de la experiencia. Las cicatrices de ésta impiden la inocencia. El librar la mente de la presión constante de la experiencia es meditación."