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SENSIBILIDAD, INTELIGENCIA Y LIBERTAD EN LA ACCIÓN SON LA BELLEZA DEL VIVIR

 

   “… La meditación es un movimiento sin motivo alguno, sin palabras, sin la actividad del pensamiento, debe ser algo que no se decida deliberadamente, sólo entonces la meditación es un movimiento en el infinito, inmensurable para el hombre, sin una meta, sin un final ni un principio. Y eso genera una sorprendente acción en la vida diaria, porque entonces la vida es una y así se vuelve sagrada. Y aquello que es sagrado no puede ser jamás destruido. Matar a alguien es infame, clama al cielo, como un pájaro encerrado en una jaula. Uno nunca se da cuenta de lo sagrada que es la vida, no sólo la pequeña vida de uno, sino la vida de millones de otros seres, desde las criaturas de la naturaleza hasta los extraordinarios seres humanos. Y en la meditación que no tiene medida alguna está la verdadera acción de aquello que es lo más noble, lo más sagrado y sublime. 

   … Usted no puede ser íntegro si no sabe lo que es el amor. Si usted es íntegro, en el sentido en que estamos hablando, esa pregunta no tiene cabida. ¿Ha observado alguna vez una flor al lado del camino? Ella está ahí, vive bajo el sol, ondea al viento, en la belleza de la luz y el color, pero no le dice: "Ven y aspira mi aroma, deléitate en mí, mírame". Ella vive, y su misma acción de vivir es amor.  

   … Se le escapan las formas más sutiles de la observación. Estas significan vernos a nosotros mismos como realmente somos, sin querer corregirnos ni cambiar lo que vemos ni escapar de ello, tan sólo vernos como somos realmente, de modo que la mente no vuelva a caer en otra serie de hábitos. Cuando una mente así mira una flor o el color de un vestido o una hoja muerta cayendo de un árbol, es entonces capaz de ver vívidamente el movimiento de esa hoja mientras cae, y el color de esa flor. De modo que, tanto en lo externo como en lo interno, la mente se vuelve intensamente activa, dúctil, alerta; hay una sensibilidad que la torna inteligente. Sensibilidad, inteligencia y libertad en la acción son la belleza del vivir.

   … Cualquier acción que emana de la conciencia, la cual está condicionada, inevitablemente tiene que ser fragmentaria y así, contradictoria, confusa. Si usted ha nacido en un mundo comunista, socialista o católico, la cultura en que ha nacido esa mente particular, cerebro, está condicionada por esa cultura, por las normas, los valores, las aspiraciones de esa sociedad. Y cualquier acción nacida de esta conciencia, inevitablemente tiene que ser fragmentaria. No me hagan ninguna pregunta aún, simplemente vigílense. Primero escuchen lo que tiene que decir el que habla, no introduzcan sus preguntas o pensamientos. Luego, después de haber escuchado con mucha serenidad, pueden empezar a formular preguntas y entonces pueden decir: "Tiene razón, no tiene razón", etc. Pero si las preguntas siguen en su mente, desde luego, no están escuchando. De esa manera, cesa nuestra comunicación, dejamos de compartir juntos; y como la cosa que estamos investigando es un problema muy complejo y sutil, primeramente, tiene que escuchar. 

   … Señor, ¿nota usted mismo que está siempre actuando desde un centro? El centro puede que sea un motivo, el centro puede que sea el temor o la ambición; siempre está actuando desde un centro, ¿no es así? "Te amo", "te odio", "quiero ser poderoso''. Toda acción, según la conocemos, emana de un centro. Ya se identifique el centro con la comunidad o con una filosofía, sigue siendo el centro; la cosa con que se identifica se convierte en el centro. ¿Se da usted cuenta de si esta acción sigue continuamente o si hay momentos en que el centro no está activo? Esto sucede; súbitamente, usted está mirando, viviendo, sintiendo sin un centro, y esa es una dimensión por completo diferente. Después el pensamiento empieza a decir: ¡Qué cosa maravillosa fue esta! Me gustaría que continuara. Entonces, eso se convierte en el centro.

   … La liberación ha de ser alcanzada mediante la acción y a través de la acción, mientras que usted considera la acción como no significativa en sí, sino meramente como un escalón hacia una recompensa. La liberación no se realiza por intermedio de la acción, sino en la acción misma. Espero que vea el significado de esto. Somos bondadosos porque deseamos llegar a una comprensión correcta. Una bondad así carece de valor. De igual modo, decimos que somos virtuosos, pero si hemos de ser virtuosos para obtener la liberación, eso no es más que un comercio. En consecuencia, nuestra acción se basa siempre en el temor, la recompensa o el castigo, y el significado de la acción se pierde. Así, el amor no tiene sentido; la ternura, el afecto, ninguna de estas cosas tiene sentido. Para mí, acción y comprensión son la misma cosa. La comprensión no es una cosa mental ni es algo que está aparte de su sentir y pensar, es todo uno. Su acción, si es completa, solo puede originarse en la armonía de mente y corazón, y la comprensión es eso. Uno no puede dividir pues, la acción de la comprensión.

   … Es muy importante comprender esto. ¿Está el pasado informándole de los efectos del temor, o hay una percepción directa, un darse cuenta de los efectos del temor ahora? Si el pasado le está diciendo cuáles son los efectos del temor, la acción es incompleta y, por lo tanto, contradictoria, engendra conflicto. Pero si uno se da cuenta completamente de los efectos del temor ahora, la acción es total.

     … Así que cuando hace algo, hágalo completamente. No trate de estar alerta. En ese hacer algo completamente, descubrirá. Y usted actúa así cuando está enamorado, cuando se siente arrebatado por algo inmenso. Pero eso es meramente un estímulo. Cuando ve un cuadro hermoso, una bella pintura, se siente arrebatado, momentáneamente son una sola cosa, su acción es armoniosa, completa. O sea, que una belleza externa ha eliminado completamente de usted esta idea del “yo”, esta cosa particular.

   … Cuanto más os conocéis a vosotros mismos, más claridad existe. El conocimiento propio no tiene fin, no alcanzáis una realización, no llegáis a una conclusión. Es un río sin fin. Y a medida que se lo estudia, que en él se ahonda de más en más, encuéntrase la paz. Solo cuando la mente está tranquila, mediante el conocimiento propio, no mediante una autodisciplina impuesta, solo entonces, en esa quietud, en ese silencio, puede advenir la realidad. Es solo entonces cuando puede existir la beatitud, cuando puede haber acción creadora.”

    J. Krishnamurti

        
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