“… A quien les habla, le parece que no
estamos liberando energía creativa como para dar origen a una nueva cultura, a
un nuevo estilo de vida, porque la antigua cultura brahmánica de este país ha
desaparecido completamente; una cultura que no decimos que fuera buena o mala,
una cultura que ha existido quizá por cinco mil años ha muerto totalmente de la
noche a la mañana, ha desaparecido por completo. Y uno se pregunta por qué ha
desaparecido por completo una cultura particular con la cual los seres humanos
han vivido durante tanto tiempo. Tal vez no era una cultura en absoluto. Quizás
era nada más que una serie de palabras, de tradiciones sin ninguna vida tras de
ellas. Por tanto, al explorar juntos la condición de nuestra mente y de nuestro
corazón, al investigar la naturaleza del cerebro que es el centro de todas
nuestras acciones, de todos nuestros sentimientos y pensamientos, veremos si es
posible liberar esa energía creativa. Y vamos a investigar esto muy
cuidadosamente.
… Ustedes se nutren de palabras, por eso hay desorden. Por eso hay que descartar todo esto, de manera que empecemos de nuevo. Para empezar de nuevo hay que comprender toda esta estructura del pensamiento. Ahora bien, usted entiende esta estructura del pensamiento sólo cuando empieza a comprenderse a sí mismo como un movimiento vital; no se trata de que, habiendo comprendido, le añada más, en cuyo caso se convierte en algo muerto. Usted es un ser vivo enmarcado en una cultura, y esa cultura, esa tradición, esa autoridad lo confina. Dentro de ese marco de la conciencia se encuentra el desorden. El comprender todo este proceso e ir muchísimo más allá, que es lo que vamos a hacer ahora, es meditación.
… Ahora bien, la totalidad de la vida es
energía, es un movimiento infinito. Y esa energía, en su movimiento, crea un
patrón que se basa en la autoprotección y la seguridad, es decir, en la
supervivencia. La energía, el movimiento, al quedar atrapada en un patrón de
supervivencia, y la consiguiente repetición de ese patrón, constituye el inicio
del pensamiento. El pensamiento es mente. La energía es movimiento; ese
movimiento atrapado en un patrón de supervivencia y la repetición de la
supervivencia en el sentido de placer, de temor, etc., es el origen del
pensamiento.
Estamos hablando de algo vivo. Y usted ha
practicado estas cosas mecánicas durante muchos siglos. Aquellos que las han
practicado están muertos, y sus visiones son proyecciones de su propio pasado,
de su propio condicionamiento. Pero estamos hablando de una meditación viva, no
de una meditación mecánica, reiterativa, disciplinaria. A menos que usted sepa
lo que es la meditación, que sepa lo que es la muerte, no habrá nueva cultura,
no nacerá nada nuevo. La cultura es algo de lo más maravilloso. No la cultura
muerta de la que ustedes hablan incesantemente, la cultura india, la cultura
hindú; eso está sepultado, agotado, acabado. La cultura viva es lo que está
sucediendo ahora mismo. Ver la confusión, el desorden, el sufrimiento terrible,
y a partir de ahí crecer y florecer, eso es cultura, no el volver a sus
difuntos antepasados.
… Siguiendo con lo que hablábamos, la
cultura de la civilización occidental se fundamenta en el pensamiento, en la
medida, y de esa medida surge todo el mundo de la tecnología, del arte de la
guerra en este mundo; la religión es un asunto de creencias, de aceptar, de
propaganda, de salvadores, etc. En Oriente utilizan el pensamiento para ir más
allá del propio pensamiento, mientras que en Occidente han aceptado la medida,
el progreso; y su forma de vida se basa en la tecnología, en lograr más y más
disfrute, obtener gran placer en las posesiones, que incluyen la literatura y la
poesía.
… Hemos estado hablando de las relaciones
entre el cerebro y la computadora: ¿son similares o son intrínsecamente
distintos, y cuál es la diferencia? Tal y como yo lo entiendo hay muy poca
diferencia. El cerebro, que es el almacén de la memoria, del conocimiento, está
programado de acuerdo con una cultura, una religión y unas condiciones
económicas particulares. La computadora está programada también por los seres
humanos. De ahí que haya una gran similitud entre ambos. Si lo entiendo bien,
la gente de las computadoras está investigando cuál es la diferencia entre el
cerebro y la computadora, que también ha sido programada y que está
aprendiendo, corrigiéndose a sí misma y perfeccionándose más y más. La
computadora es también el almacén de cierta clase de conocimiento. Entonces,
¿cuál es la diferencia esencial entre aquella y el cerebro? ¿O existe una
actividad totalmente distinta del cerebro que no puede compararse con la
computadora?
… Por favor, sean conscientes de que no hay
ningún método; si se dan cuenta de esto, estarán libres de la enorme carga de
cualquier autoridad y, por tanto, libres del pasado. El pasado forma parte de
nuestra cultura, que consideramos como algo muy valioso, con su tradición, sus
creencias, sus recuerdos; todo esto queda descartado para siempre cuando somos
conscientes de que no hay ningún método que pueda generar libertad en esa
"pequeña esquina", tenemos que aprender todo el contenido de esa
diminuta esquina, y entonces estaremos libres de esa carga que nos hace
insensibles.
… Cuando la mente está libre para observar, para prestar plena atención, sólo entonces hay realización creadora. Es extraordinario que la mayoría de nosotros hayamos llegado a ser espectadores de la vida, no actores. Casi todos leemos libros, y cuando leemos se trata de tonterías o de disparates. Hemos perdido el arte de la belleza, hemos perdido la religión. Lo importante es volver a descubrir la belleza y la realidad. Ese nuevo descubrimiento se produce tan solo cuando reconocemos la vacuidad de nuestra propia mente y corazón, cuando no sólo nos damos cuenta de esa vacuidad sino de su hondura, cuando no procuramos huir de ella. Tratamos de huir mediante los cuadros, el dinero, los diamantes, los "saris", los "mantrams", innumerables expresiones externas. Solo la inteligencia creadora, el entendimiento creador, puede traeros una nueva cultura, un mundo nuevo y una nueva felicidad.”
J. Krishnamurti