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… ESE ES EL JUEGO QUE TIENE LUGAR EN NUESTRAS RELACIONES Y ORIGINA UN SENTIMIENTO DE CULPA

     DIÁLOGO: JUEVES, 19 de OCTUBRE                      c/Silva            Hora 18:00

         Contacto:  angel2vv@hotmail.com          

   “… Uno teme a la opinión pública, teme no lograr cosas, no realizarse, no tener la oportunidad, y a través de todo eso existe este sentimiento extraordinario de culpa; uno ha hecho algo que no debería haber hecho, y está el sentimiento de culpa en el momento mismo de la acción; sentimiento de culpa porque uno es sano y otros son pobres y enfermos, porque uno tiene aliento y a otros les falta. Cuanto más inquiere la mente, cuanto más investiga y averigua, mayor es el sentimiento de culpa, de ansiedad.

   Ahora hay una relación entre ustedes y quien les habla. Es muy importante que se comprenda esa relación. Quien les habla no está persuadiéndolos acerca de ningún punto de vista ni está ejerciendo ninguna clase de presión para que ustedes escuchen, acepten o rechacen lo que se dice. Él no tiene autoridad alguna. No es un gurú. Detesta la idea de liderazgo, tanto el psicológico como el espiritual. Para él todo eso es una abominación, y eso es lo que realmente quiere decir. Esto no es para ser tomado a la ligera.

   Las conversaciones que hemos sostenido han sido mutuas, no son conversaciones unilaterales. El mundo está poblado de intimidaciones, las intimidaciones religiosas, las intimidaciones de los diarios, de los políticos, de los gurús y los sacerdotes, las intimidaciones en la familia. Esas intimidaciones nos hacen sentir culpables; primero nos atacan y entonces tenemos que defendernos. Ese es el juego que tiene lugar en nuestras relaciones y origina un sentimiento de culpa.

  … Todos nosotros tenemos la culpa de que el horror actual continúe. Este es el resultado externo de nuestra vida cotidiana basada en la codicia, la mala voluntad y la lujuria, nuestra vida cotidiana de competencia, afán adquisitivo y religiones especializadas. La culpa es de todos los que entregándose a esto han creado la terrible calamidad que padecemos. Debido a que somos nacionalistas, individualistas, irascibles, cada uno de nosotros está contribuyendo a este asesinato en masa. A ustedes les han enseñado cómo matar y morir, pero no cómo vivir. Si de todo corazón aborrecieran la matanza y la violencia en cualquiera de sus formas, encontrarían medios y arbitrios para vivir pacífica y creativamente. Si ese fuera el interés primero y fundamental de ustedes, investigarían cada causa, cada insumo que contribuye a la violencia, al odio, al asesinato en masa. ¿Están así, de todo corazón, interesados en detener las guerras? Si lo están, entonces deben erradicar en sí mismos las causas que los impulsan a la violencia y a matar por cualquier razón que sea. Si desean poner fin a las guerras, entonces debe tener lugar en ustedes una profunda revolución basada en la compasión y la tolerancia; en tal caso, el pensamiento-sentimiento debe liberarse del patriotismo, de su identificación con cualquier clase de grupos, así como de la codicia y de aquellas causas que engendran enemistad.

   … El pensamiento, por ser limitado, crea problemas, divisiones nacionales, económicas y religiosas. Entonces el pensamiento dice: “Debo resolverlos”. De modo que el pensamiento está funcionando siempre en la solución de problemas. Y la computadora, un mecanismo que hemos programado, puede aventajarnos a todos nosotros porque no tiene problemas; la computadora deduce, aprende, acciona. Nuestra conciencia ha sido programada como una conciencia individual. Y nos estamos preguntando si esa conciencia, que hemos aceptado como individual es en modo alguno realmente individual. No digan: “¿Qué ocurrirá si yo no soy un individuo?” Puede ocurrir algo por completo diferente. Uno puede estar adiestrado individualmente en un oficio particular, en una particular profesión; puede ser un cirujano, un médico, un ingeniero, pero eso no lo convierte a uno en un individuo. Podemos tener diferentes nombres, formas diferentes, pero eso no hace la individualidad. Ni la hace el aceptar lo que a través del tiempo el cerebro ha afirmado: “Yo soy un individuo, mi deseo es realizarme, llegar a ser alguien mediante el esfuerzo y la lucha”. Esa llamada conciencia individual, o sea, la conciencia de cada uno de ustedes, es la conciencia de toda la humanidad.

    Si nuestra conciencia, que hemos aceptado como separada, no está separada, entonces, ¿cuál es la naturaleza de nuestra conciencia? Una parte la constituyen las respuestas sensorias. Esas respuestas sensorias están naturalmente, necesariamente programadas para defendernos; mediante el hambre buscamos alimento; respiramos sin que intervenga la conciencia. En lo biológico estamos programados. Después está el contenido de nuestra conciencia que incluye las múltiples ofensas y heridas psicológicas que hemos recibido desde la infancia; las diversas formas que adopta el sentimiento de culpa; también incluye las diferentes ideas, las certidumbres imaginarias, las distintas experiencias, tanto las sensorias como las psicológicas; y siempre está la base, la raíz del miedo en sus múltiples formas. Y naturalmente, acompañando al miedo está el odio. Cuando hay miedo, tiene que haber violencia, agresión, el tremendo impulso hacia el éxito, tanto en el mundo físico como en el psicológico. En el contenido de la conciencia está la constante persecución del placer, el placer de la dominación, de la posesión, el placer del dinero que da poder, el placer de un filósofo con su inmenso conocimiento, el del gurú con su circo. El placer, a su vez, tiene formas innumerables. También están el sufrimiento, la ansiedad, el hondo sentimiento de permanente soledad, y está el dolor, no sólo el llamado dolor personal, sino también el enorme dolor producido por las guerras, por la negligencia, por esas incesantes conquistas que un grupo de personas realiza a costa de otro. En esa conciencia está el contenido racial y el del grupo que le corresponde; y finalmente está la muerte.

   … Estamos realmente aprendiendo a mirarnos y, en consecuencia, damos origen a un estado de completa libertad en el que puede operar la totalidad del cerebro. Después de todo, la meditación, la compasión y el amor existen cuando opera la totalidad del cerebro. Cuando opera la totalidad, hay un orden integral. Si hay un orden interno integral, hay total libertad. Es solamente entonces que puede haber algo que es intemporalmente sagrado. Ello no constituye una recompensa, no es algo que pueda ser obtenido; lo que es eternamente intemporal, sagrado, adviene sólo cuando el cerebro está completamente libre para funcionar en su totalidad.” 

   J. Krishnamurti 

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