“… Es un hecho que existe un progreso en el
sentido biológico, del pequeño arbolillo al árbol grandioso, del bebé al niño y
al adolescente, ¿no es cierto? Bien, ¿es también cierto que con esa
mentalidad, con esa idea, con ese hecho en mente, nos hemos desplazado al campo
psicológico y hemos asumido igualmente como hecho que es posible progresar en
él, lo cual constituye un movimiento falso? Me pregunto si estoy expresándome
con claridad.
… Entonces, ¿es esto una idea o es un hecho
que usted mismo ha percibido? ¿Ve que el progreso del hombre mediante el
conocimiento no es tal progreso? El hombre sólo puede progresar, tal vez,
tecnológicamente, pero psicológicamente, si continúa acumulando conocimientos,
está preso en la trampa. ¿Ve usted eso? ¿O lo convierte en una idea y dice: ¿qué
quiere usted decir con eso, y cosas así?
… Me pregunto si entendéis todo esto. Ahora
bien, ¿qué es el mundo moderno? El mundo moderno está hecho de técnica y
eficiencia en las organizaciones de masa. Hay extraordinario adelanto en
tecnología, y una mala distribución de las cosas necesarias para la masa; los
medios de producción están en manos de unos pocos; hay nacionalidades en
conflicto, guerras que se repiten constantemente a causa de los gobiernos soberanos,
etc. Eso es el mundo moderno, ¿no es así? Hay progreso técnico sin un progreso
psicológico igualmente vital, y hay así un estado de desequilibrio; hay
realizaciones científicas extraordinarias y al mismo tiempo miseria humana,
corazones vacíos y mentes huecas.
Muchas de las técnicas que hemos aprendido
tienen relación con la construcción de aviones, el matarse unos a otros, etc.
Eso pues, es el mundo moderno, es decir, vosotros mismos. El mundo no es
diferente de vosotros. Vuestro mundo, que sois vosotros mismos, es un mundo del
intelecto cultivado y del corazón vacío. Si os examináis a vosotros mismos,
veréis que sois el mismísimo producto de la civilización moderna. Sabéis
realizar unas cuantas proezas técnicas, físicas, pero no sois seres humanos
creativos. Producís hijos, pero eso no es creativo. Para poder crear se
necesita riqueza interior, y esa riqueza solo puede advenir cuando comprendemos
la verdad, cuando somos capaces de recibir la verdad.
… Para la mayoría de nosotros, la idea de la
evolución implica una serie de logros, o sea, logros nacidos de la continua
opción entre lo que llamamos no esencial y lo esencial. Implica vivir lo no
esencial y moverse hacia lo esencial. A esta serie de logros continuos que
resulta de optar, la llamamos evolución. Toda nuestra estructura de pensamiento
se basa en esta idea de progreso y logro espiritual, en la idea de crecer más y
más dentro de lo esencial, como resultado de la continua opción. Así pues,
pensamos en la acción como en una serie de logros, ¿no es así?
Ahora bien, cuando consideramos el
crecimiento o la evolución como una serie de logros, es natural que nuestras
acciones jamás sean completas; siempre crecen de lo inferior a lo superior,
siempre trepando, avanzando. Por lo tanto, si vivimos bajo ese concepto,
nuestra acción nos esclaviza; es un constante, incesante, infinito esfuerzo, y
ese esfuerzo se vuelve siempre hacia la seguridad. Naturalmente, cuando existe
esta búsqueda de seguridad hay temor, y este temor crea la conciencia continua
de lo que llamamos el “yo”. ¿No es así?
… En todo el mundo, las religiones han
separado a los hombres. Individualmente, cada cual busca su propia pequeña
seguridad y se interesa en su propio progreso; individualmente, cada cual busca
crecer, expandirse, triunfar, lograr, y así acepta a cualquier maestro que le
ofrezca ayudarlo en su progreso y crecimiento. Y como resultado de esta actitud
de aceptación, han cesado el espíritu crítico y la verdadera investigación. Se
ha instalado el estancamiento. Aunque se muevan a lo largo de un surco estrecho
de pensamiento y de vida, ya no hay un verdadero pensar ni un vivir pleno, sino
solo una reacción defensiva. Mientras la religión mantenga separados a los
hombres, no puede haber hermandad, no más de lo que puede haberla en tanto haya
nacionalidades, las cuales siempre tienen que causar, por fuerza, conflicto
entre los hombres.
… Si observan, verán que todos quieren
experimentar algo por medio de un método; y un método supone no solo conformarse,
amoldarse, no solo medir el progreso conseguido, sino que está implícita en él
la idea de un sistema, de un sendero que conduce a una meta prefijada, ¿no es
así? Creen que su gurú o aquellos que dicen haber experimentado la verdad, lo
han hecho gracias a un sistema o método concretos. Para ellos la verdad es un
punto fijo, y si pretenden llegar a él solo tienen que practicar. Es una idea
tan ilógica, tan irracional, tan sinsentido; basta con que observen su vida
para ver que no existe en ella nada estable, nada permanente. Puede que uno
quiera que sea permanente la relación con su esposa, con sus hijos, con su
vecino, con su sociedad; pero nada es permanente, ni su cuenta bancaria ni
ninguna relación son permanentes; todo está en un flujo constante, en constante
movimiento. Consciente o inconscientemente sabemos que es así; por tanto,
buscamos algo estable, que perdure, algo en lo que nos podamos apoyar, y a eso
lo llamamos "la verdad", "Dios", o como uno prefiera. Así
pues, se dan cuenta, ven el hecho de que la verdad, la realidad, no tiene
morada fija. Es como un océano inexplorado, tiene que encontrar la forma de
salir, no su salida o la de alguien más, sino la salida.
… Espero que estén dispuestos a investigarlo para que la mente se libere de la medida, de tal modo que pueda conocer un espacio y un silencio inmensos, que no son medibles ni son creados por el pensamiento. Siguiendo con lo que hablábamos, la cultura de la civilización occidental se fundamenta en el pensamiento, en la medida, y de esa medida surge todo el mundo de la tecnología, del arte de la guerra en este mundo; la religión es un asunto de creencias, de aceptar, de propaganda, de salvadores, etc. En Oriente utilizan el pensamiento para ir más allá del propio pensamiento, mientras que en Occidente han aceptado la medida, el progreso, y su forma de vida se basa en la tecnología, en lograr más y más disfrute, obtener gran placer en las posesiones, que incluyen la literatura y la poesía.”
J. Krishnamurti
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