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INTELIGENCIA_1

  
   “… la inteligencia no tiene causa, es inteligencia, no la inteligencia de ustedes o mi inteligencia. Es luz. Cuando hay luz, no es mi luz o la luz de ustedes. El sol no es el sol de ustedes o mi sol; es la claridad de la luz. ¿Tiene el amor una causa? Si no la tiene, entonces el amor y la inteligencia marchan juntos.
   … está mucho más allá de todos los países y todos los senderos, más allá de toda actividad religiosa, social y política. No pertenece a ninguna sociedad o grupo en particular. La inteligencia sólo se manifiesta con la comprensión de uno mismo, lo cual, por cierto, no significa poner énfasis en el individuo. Es todo lo contrario.
   … La inteligencia es una sensible y lúcida percepción de la totalidad de la vida; la vida con sus problemas, contradicciones, desdichas, alegrías. Darse cuenta de todo esto sin preferencia alguna y sin ser atrapado por ninguno de sus eventos, sino fluir con la totalidad de la vida, es inteligencia. Esta inteligencia no es el resultado de influencia alguna ni del medio circundante; no es la prisionera de ninguna de estas cosas y, por lo tanto, puede comprenderlas y así estar libre de ellas.
   … es percibir lo ilusorio, lo falso, lo irreal, y descartarlo; no afirmar meramente que es falso y continuar en lo mismo, sino descartarlo por completo. Eso forma parte de la inteligencia. Ver, por ejemplo, que el nacionalismo, con todo su patriotismo, su aislamiento, su estrechez de ideas, es destructivo, que es un veneno en el mundo. Y ver la verdad de ello, es descartar lo falso.
   Inteligencia no es la ingeniosa búsqueda de argumentos, de opiniones contradictorias que se oponen unas a otras, como si por medio de opiniones pudiera encontrarse la verdad, lo cual es imposible, sino que es la comprensión de que el pensamiento con todas sus capacidades, con todas sus sutilezas, con su extraordinaria e incesante actividad, no es inteligencia. La inteligencia está más allá del pensamiento.
   … no es sólo la capacidad de comprender lo que se explica de modo racional, verbal, sino que implica también que reunamos la mayor información posible, sabiendo, no obstante, que esa información jamás puede ser completa acerca de nada ni de nadie. Cuando hay inteligencia, hay duda, hay observación y existe la claridad de un pensar racional e impersonal. La comprensión de la totalidad del hombre, de todas sus complejidades, de todas sus respuestas físicas, de sus reacciones emocionales, de sus capacidades intelectuales, de su afecto y sus afanes; la percepción de todo eso, en una sola mirada, en un solo acto, es suprema inteligencia.
   … La función de la educación es crear seres humanos integrados y, por lo tanto, inteligentes. Podemos adquirir títulos y ser eficientes, en el aspecto mecánico, sin ser inteligentes. La inteligencia no es mera información; no se deriva de los libros ni consiste en la capacidad de reaccionar hábilmente en defensa propia o de hacer afirmaciones agresivas. Uno que no haya estudiado puede ser más inteligente que un erudito. Medimos la inteligencia en términos de títulos y exámenes y hemos desarrollado mentes astutas que esquivan los vitales problemas humanos. Inteligencia es la capacidad para percibir lo esencial, lo que “es”, y educación es el proceso de despertar esta capacidad, en nosotros mismos y en los demás.
   … Adiestrar el intelecto no da como resultado la inteligencia. Antes bien, la inteligencia adviene cuando uno actúa en perfecta armonía, tanto intelectual como emocionalmente. Hay una diferencia inmensa entre intelecto e inteligencia. El intelecto es meramente pensamiento que funciona independientemente de la emoción. Cuando el intelecto, sin tener en cuenta a la emoción, es adiestrado en una dirección particular, uno puede tener un gran intelecto, pero no tiene inteligencia, porque en la inteligencia hay una capacidad inherente tanto de sentir como de razonar; en la inteligencia ambas capacidades están igualmente presentes de manera intensa y armónica.
   … La inteligencia no es discernimiento, ni juicio o evaluación crítica. La inteligencia es ver lo que es y, lo que es, cambia a cada instante; por eso, cuando el acto de ver depende del pasado, la inteligencia, que surge del ver, cesa; y entonces, lo que dicta nuestras acciones es el peso muerto de la memoria y no la inteligencia de la percepción. El acto de ver instantáneamente todo esto, es meditación; y para ver, tiene que haber silencio, porque de ese silencio emana la acción, que es diferente de las actividades del pensamiento.
   … Después de considerar todo esto, nos preguntamos: ¿existe un aprender, un despertar de la inteligencia, un sentido de orden en nuestras vidas, o vamos a volver a la misma rutina? Si ustedes tienen esa inteligencia, esa bondad, ese sentido de amor inmenso, entonces crearán una maravillosa sociedad nueva, donde todos podremos vivir dichosamente. Es nuestra Tierra, con la tierra india, inglesa o rusa; es nuestra Tierra en la que podemos vivir con felicidad, inteligentemente, no estrangulándonos unos a otros. Así que, por favor, dediquen la mente y el corazón a descubrir por qué no cambian, ni siquiera en las pequeñas cosas. Tengan la bondad de prestar atención a sus propias vidas. Poseen capacidades extraordinarias. Todo aguarda a que ustedes abran la puerta.”
   J.Krishnamurti