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¿ES EL AMOR UN RECUERDO?

 

    “… En primer lugar, ¿por qué los seres humanos, en todo el mundo, han convertido el sexo en algo tan importante en su vida? ¿Comprende mi pregunta? ¿Por qué? Ahora en Occidente es permisivo, chicos y chicas de doce o trece años ya experimentan el sexo. Y uno se pregunta, ¿por qué los seres humanos, en todas sus actividades, durante toda su vida, le han dado a esto una importancia tan colosal? Adelante, plantee la pregunta, contéstela. Estamos compartiendo juntos la pregunta, ¿verdad? Usted no está escuchando el oráculo de Delfos, sino que estamos investigando juntos. Es su vida. La estamos examinando. Hay toda una filosofía llamada Tantra, parte de la cual se basa en el sexo, que dice que mediante el sexo se puede alcanzar a Dios, sea lo que fuere ese dios. Eso tiene mucha aceptación. Y existen aquellos que, como los monjes, los mendicantes indios y los sacerdotes budistas, han negado el sexo porque todos ellos han sostenido que es un desperdicio de energía, y para servir a Dios hay que presentarse con toda la energía. Y, por lo tanto, niegue, suprima, arda por dentro con todas las demandas, pero suprímalo, contrólelo.

   Así que tiene la permisividad y la llamada supresión religiosa. Y en medio están aquellos que disfrutan de todo, de ambos lados, tienen un pie en esto y otro pie en lo otro. Entonces pueden hablar de ambas cosas, ver si pueden armonizar las dos y encontrar a Dios, o lo que fuere que quieren encontrar. Probablemente, al final encontrará un montón de tonterías. Así que estamos preguntando: ¿Por qué el hombre, la mujer, ha convertido este asunto del sexo en algo tan importante? ¿Por qué no le da la misma importancia al amor? ¿Comprende? ¿A la compasión? ¿A no matar? ¿Por qué le da tan inmenso valor sólo al sexo? Sus guerras, terrores, divisiones nacionales, toda la sociedad inmoral en la que vivimos, ¿por qué no le concede igual importancia a todo eso y no sólo a esto?

   ¿Es porque el sexo es el mayor placer que usted tiene en la vida? ¿El resto de su vida es un aburrimiento, un esfuerzo penoso, una lucha, conflicto, una existencia sin sentido? Y esto al menos le proporciona cierta sensación de gran placer, una sensación de bienestar, una sensación de lo que llama relación y de lo que también llama amor, ¿verdad? ¿Es ésa la razón de que estemos tan locos por el sexo? ¿Porque no somos libres en ninguna otra dirección? De nueve a cinco, usted tiene que ir a la oficina, donde es avasallado, donde tiene a su jefe encima, ya sabe todo lo que sucede en una oficina, o en una fábrica, o en otro trabajo donde hay alguien que le domina. Y nuestras mentes se han vuelto mecánicas; repetimos, repetimos, repetimos; caemos en una tradición, en un surco, en una rutina. Nuestro pensamiento es eso, soy cristiano, soy budista, soy hindú, soy católico, ya sabe, todo el asunto está claramente trazado y usted lo sigue. O rechaza todo eso y forma su propia rutina. De modo que nuestras mentes se han convertido en esclavas de varias normas de existencia, ¿verdad? Así que se han vuelto mecánicas. Y el sexo puede ser placentero, y gradualmente eso también se vuelve mecánico. Así que, si quiere profundizar mucho en el tema, uno pregunta: ¿Es el amor sexo? Adelante, pregúntelo. ¿Es el amor placer? ¿Es el amor deseo? ¿Es el amor el recuerdo de un incidente al que llama sexo, con toda la imaginación, las imágenes, el pensamiento al respecto; es eso amor? ¡Oh, por el amor de Dios! ¿Es el amor un recuerdo? 

   ¿Ve a lo que se reduce? La relación humana es placer, sexo, conflicto, disputas, divisiones, usted siga su rumbo y yo seguiré el mío, ¿comprende? Ésa es nuestra relación, la relación real en nuestra vida diaria. Estamos celosos el uno del otro, queremos poseernos, dominarnos mutuamente y, por lo tanto, hay antagonismo entre nosotros. Uno está sexualmente insatisfecho, así que se va junto a otra persona, y en esa relación sexual hay soledad, ¿verdad? Todas estas cosas, y andar siempre buscando el propio placer, ¿es todo eso amor? Por eso usted hace caso omiso, pasa por alto eso que se llama amor, tal vez eso sea lo más maravilloso, si lo tiene, y está tan atrapado en este torbellino del propio deseo, del propio placer, ¿verdad? De manera que siempre estamos queriendo, no sólo satisfacción sexual, sino gratificación en todas las direcciones, lo cual se basa en el placer. Y a eso lo llamamos amor.

    Nos matamos el uno al otro por el amor de un país. Al final de esto, usted se pregunta por qué el hombre y la mujer le han concedido tan extraordinaria importancia a esta cosa. ¿Es que el hombre y la mujer han perdido su capacidad creadora, no la capacidad sexual, sino la capacidad creadora de poder ver, de ser su propia luz, de no seguir a nadie, no adorar ninguna imagen, ilusión o creencia? Cuando descarte todo eso y haya comprendido sus pequeños y mezquinos deseos personales, que son sus propias exigencias y gratificaciones sexuales, entonces, cuando vea todo eso, cuando tenga una percepción directa de todo eso, de ello surge la creación. No significa pintar un cuadro o escribir un poema. Esa sensación de perenne frescura, ¿comprende?, de tener una mente que es fresca, joven, inocente todo el tiempo, no ofuscada, apesadumbrada con todo tipo de recuerdos, insatisfacciones, miedos y ansiedades. Cuando hayan perdido todo eso, existe una clase de mente totalmente distinta. Entonces el sexo tiene su lugar correspondiente. Al parecer, no tenemos esa cualidad de escepticismo, ¿comprenden?, de ser escéptico acerca de las propias demandas, de cuestionar, de dudar.

   … Tan solo para las muy pocas personas que aman, la relación matrimonial tiene significado. En este caso es inquebrantable, no consiste en un simple hábito o conveniencia, tampoco se basa en la necesidad biológica o sexual; en ese amor incondicional las identidades se fusionan. Sin embargo, para la inmensa mayoría no existe fusión en la relación matrimonial. Usted vive en su aislamiento y ella en el suyo propio, y crean hábitos para asegurarse placer sexual. El amor no es un hábito, el amor es algo dichoso, creativo, nuevo. El hábito es lo contrario del amor, pero como están atrapados en el hábito, su relación rutinaria con la otra parte está muerta, naturalmente. De manera que usted, como individuo responsable de la relación, tiene que hacer algo, y solo podrá cuando su mente y su corazón despierten.”

   J. Krishnamurti

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